CORRE LOLA CORRE
Lola (Franka Potente) recibe una angustiosa llamada de su novio. Éste tenía que entregarle una maleta llena de dinero a un individuo peligroso… y, en un descuido, se la han quitado. Y si no entrega el dinero en cuestión de minutos, puede darse por muerto. Lola piensa con rapidez y, con la esperanza de que su padre (director de un Banco) le deje el dinero, parte rauda y veloz en su búsqueda. Lola tendrá que correr, y mucho, si quiere llegar a tiempo…
Se trata de una película original donde las haya.
En los títulos de crédito iniciales, podemos ver unos dibujos animados en los que Lola corre y corre, atravesando en su camino tres relojes enormes. Y es que esto tiene un significado: la historia se cuenta tres veces. ¿Cuál es la diferencia? Pues que, en cada ocasión, después de hablar con su novio, Lola baja las escaleras (pasamos, una vez más, a dibujos animados) y se encuentra a un hombre con un perro. En función de lo que ocurra entonces, Lola llegará antes o después a la calle; y esos breves instantes de diferencia son más que suficientes para que todo cambie radicalmente.
Otra curiosidad: la gente con la que Lola se topa por la calle queda afectada por dicho encuentro fortuito. Durante unos segundos se interrumpe la acción y se muestran al espectador, en rápida sucesión, instantáneas acerca de lo que el futuro deparará a esas personas. El destino de los transeúntes varía en cada una de las tres historias… y todo porque Lola se topa con ellos antes o después. Es curioso y, al mismo tiempo, estremecedor.
Al margen de estas curiosidades, la película destaca por su ritmo trepidante: seguimos a Lola a través de Berlín, en un desesperado intento de vencer al tiempo y evitar la tragedia. Cada una de las tres historias incorpora suficientes elementos como para resultar una sorpresa respecto de las demás; incluso por sí solas, su desenlace resulta sorprendente y absolutamente inesperado.
La música cumple su función y contribuye a crear esa atmósfera frenética en la que apenas puedes permitirte un pequeño respiro. El montaje también da sensación de velocidad, pero permite al mismo tiempo apreciar los detalles.
El trabajo de Franka Potente es admirable, sobre todo teniendo en cuenta el esfuerzo que supone patearse las calles de Berlín una y otra vez.
En resumen: una producción europea (concretamente alemana) de la que bien podemos estar orgullosos. Fresca, original; no creo que haya nada parecido. Y su corta duración (menos de una hora y media) es otro punto a favor que deben tener en cuenta los que aún estén indecisos. Recomendada.