REDS (ROJOS), de Warren Beatty. Año: 1981. Duración aproximada: 3 horas.
Intérpretes: Warren Beatty, Diane Keaton, Jack Nicholson.
USA, 1916. Louis Brian es una mujer con inquietudes que, sin embargo, vive una vida tranquila en Portland; todo cambia cuando conoce a John Reed, un periodista con el que no tarda en congeniar. No tarda en irse con él a un barrio bohemio en Chicago, donde conviven otros intelectuales y artistas. Será allí donde les sorprenda la noticia de la Revolución Rusa de 1917, la cual será cubierta por John Reed, quien a raíz del acontecimiento escribirá su conocida obra “Díez Días que Conmocionaron al Mundo”. Cabe destacar que John Reed es el único americano enterrado en el Kremlin.
La premisa de la película sonaba interesante, y por eso me puse a verla. Sin embargo, me he llevado una decepción. ¿Por qué? Pues porque durante la primera mitad de la película la trama se reduce al ambiente bohemio de principios del siglo XX, a la relación estilo “tira y afloja” entre John y Louis… Después de una hora y media, el periodista viajará a Rusia y allí tendrán lugar algunos momentos épicos. Cuando ves esos poderosos planos, mientras suena de fondo la internacional cantada a coro en ruso, ¡te dan ganas de hacerte comunista! La película resulta curiosa, ya que ahonda también en cómo los USA de la posguerra veían con temor la amenaza incipiente que suponía el comunismo.
Las actuaciones son correctas, aunque los dos personajes principales hacen tanto el tonto y durante tanto tiempo que te dan ganas de abofetearlos. La fotografía y la música son correctas. El problema, insisto, es el ritmo. Aquí, definitivamente, la película falla. Podrían haber animado un poco el cotarro, recortando las escenas más insulsas. Por el contrario, se nota que han recortado otras escenas (las que tenían más acción) para evitar que la película tuviera una duración todavía más excesiva.
Otra aportación interesante consiste en los comentarios de gente que conoció a John Reed, intercalados a lo largo de todo el metraje. Sin embargo, no hay subtítulos: les oyes hablar en inglés y, un poco más alto y con bastante menos entusiasmo, en español. También resulta criminal cómo traducen “en directo” la letra de algunas canciones de la época, con un tono tan soso que le quita toda la gracia al asunto.
En resumen: a no ser que te interesen especialmente estos acontecimientos puntuales, resulta conveniente prescindir de “Rojos”. Algunos momentos brillantes no justifican el visionado de un producto con más de tres horas de duración. Pensad que en ese tiempo podríais ver, por lo menos, ocho capítulos de Tengen Toppa…