La historia de Sigmar

Tiempo ha que se canta la canción de quién acabó con la maldición del norteño pueblo de Asgiriath.
Quien sepultó la bendita hoja del único en el vientre del mismísimo mal.
La canción de Sigmur.

No se sabe exactamente si nació en el pueblo de Asgiriath o si llegó al pueblo en su mocedad. Lo que es seguro es que pasó la forja de su vida en aquel pueblo.
Asgiriath era un pequeño pueblo cerca del bosque de Timarau, al estar tan al norte los vientos que en el soplaban eran frío los veranos y tan gélidos en el invierno que la carne misma arrancaba de los huesos.
La vida no era fácil para aquellas gentes, la mayoría de ellos trabajaban en la serrería, cortando los brazos del bosque de Timarau y enviando sus extramidades a lejanos lugares.

Sigmur trabajó desde pequeño en la forja de Kilian, la única que había en el pueblo. Se cuenta de Kilian que era un pendenciero, era más frecuente verle con la botella en la mano que con el martillo en la forja, se dice que era un mujeriego y que era rápido en desvestir el acero. Pero lo que realmente se sabe con certeza es que las pocas veces que decidía usar el martillo para la creación y moldeo del metal, el único abría las nubes y se dejaba caer en su brazo, sólo así se podrían explicar las maravillas que de su forja salían.

Trabajando con el borracho, Sigmur aprendió el arte de la espada, no solo su forjado sino también su mantenimiento y uso. Los brazos del muchacho se fueron haciendo cada vez más poderosos, sus golpes en el yunque cada vez más estruendosos, hasta que cumplió la edad de dieciséis años.
Fue entonces cuando Sigmar dejó la forja de Kilian y decidió unirse a las partidas de caza.
Las partidas se organizaban en grupos de cuatro muchachos, solían internarse en el oscuro bosque y cazar lobos de Fulgan. Dichos lobos eran de un blanco pelaje y de unos ojos rojos cúal espesa sangre, recorrían los bosques como si pertenecieran al mismo diablo.
Los lobos eran peligrosos y había que mantenerlos a raya, si se descuidaba la tarea no tardarían en alimentarse de los intestinos de los trabajadores de la serrería y el pueblo se quedaría con nada que vender, si esto llegara a pasar no podrían comprar ni carbón ni alimentos ni sal, ni siquiera metales, y no tardarían en morir debido a las extremas temperaturas.

Sigmar trabajó durante un tiempo con Filez, Sernos y Kargos, los tres eran buenos y hábiles, pero pronto Sigmar destacó entre ellos y los dejó aparte, ante su temeridad dejó el grupo y empezó a salir de partida en solitario.

Una gélida mañana estaba Sigmar esperando tumbado en la nieve, sintiendo el frío agarrar sus músculos, esperando a los lobos, se introdujo nieve en la boca para que no le delatara el aliento de la vida, permaneció quieto. Entonces los cielos se nublaron, y el día pareció tornarse noche, y los rayos empezaron a partir la bóveda de los cielos. Entonces entre la negrura, Sigmar distinguió una figura, era un hombre que caminaba encorvado, de pronto, a su alrededor empezaron a surgir lobos, estos se arremolinaban en torno a la figura, Sigmar contempló atónito la escena.
Como los rayos que por el cielo se extendían así salieron corriendo las cuadrúpedas criaturas, que se dirigieron en dirección al pueblo. Catorce de aquellas criaturas se encaminaban al pueblo, pero Sigmar se sintió llamado por la fgura humana y cuando ésta se internó en la espesura del bosque, el muchacho no pudo menos que desvestir el acero y seguirla.
La nieve caía gélida y el oscuro cielo negaba casi por completo la visión. Pero las dotes de Sigmar unidas a su conocimiento del terreno le ayudaron y desenvolverse por aquel inhóspito terreno.
Después de vagabundear durante horas por el bosque por fin llegó a una caverna. En el interior había una oscuridad total, el joven muchacho fue palpando la piedra de la pared para poder seguir caminando, lentamente sus ojos se acostumbraron a la, casi palpable, oscuridad del lugar.
A medida que fue avanzando notó como la caverna se fue agrandando y también distinguió luces a los lejos, hasta que llegó a una gran sala natural. Gotas de agua caían desde el lejano techo, y las paredes eran iluminadas por antorchas.
En el centro de la sala había un hombre, el mismo que había visto en el bosque, su cara estaba ajada por el tiempo, sus ojos hundiendo en cuencas oscuras, sus manos acababan en largos dedos, todo él se tapaba con una túnica raída y sucia.
Sigmar avanzó lentamente.
Al contar la docena de pasos la figura levantó la testa y miró con penetrante mirada al joven. Sigmar levantó el acero justo cuando el anciono se lanzó a por el, de la nada desenvainó una hoja oscura como la noche, la levantó por encima de su cabeza y atacó con desenfrenado ímpetu al joven héroe. Sigmar calculando la potecia del golpe decidió esquivarlo rodando hacia su derecha, la espada del viejo golpeó la piedra y las chipas danzaron cuando el acero acarición con su frío tacto la piedra.
Sigmar usó su nueva posición para dirigir un tajo vertical hacia el costado de su enemigo, pero éste, haciendo gala de una imrpesionante habilidad consiguió parar la espada. Sigmar retrocedió dando un salto hacia atrás e intentó calcular sus posibilidades, el anciano era mcuho más de lo que aparentaba ser, tenía una fuerza y una agilidad imposibles para alguien de su edad, pero lo que más le inquietaba era que desde que comenzaron su batalla todavía no había visto al anciano respirar desacompasadamente.
Sigmar decidió probar la constitución de su antagonista y se lanzó a por el en una furiosa carga.
Hizo un amago hacia la izquierda, pero en el último momento y reuniendo toda la destreza que tenía atacó el flanco derecho de su enemigo.
Sigmar no pudo dar crédito cuando la espada se quebró.
Sonó como un relámpago, para la mente de Sigmar desde luego lo fue. La oscura hoja del hombre había detenido en seco la carga del muchacho y del tremendo golpe su espada se había roto en dos pedazos. El brazo del joven temblaba a causa del impacto, todavía sosteniendo la empuñadura del arma decidió echarse para atrás todo lo que pudiera para poder tener una mejor visión del campo de batalla. Entonces la vió, justo detrás de donde estaba el anciano había una hoja enterrada en la piedra, su empuñadura metálica sobresalía, pero no podía imaginarse como era la hoja que la tierra ocultaba. Cuando el muchacho hacía planes de aproximación el viejo se lanzó como un rayo hacia el. Le dirigió varios golpes que Sigmur no tuvo más opción que esquivar, intentó ir aproximándose hacia el lado contrario de la caverna, pero el viejo le tenía encerrado en un baile mortal y Sigmar veía sus fuerzas agotarse poco a poco.
A pesar de todo, lentamente se fue aproximando hacia su destino, hasta que chocó con la hoja enterrada, trastabilló y se cayó de espaldas, el viejo aprovechó para sujetar su arma con las dos manos, la levantó y la dejó caer con todas sus fuerzas sobre el cuerpo de Sigmar, el muchacho acudió a todas las fuerzas que le quedaban y hurtó el cuerpo en el último segundo, así notó como la espada del anciano era abrazada por la tierra, mientras el viejo aún maldecía, el muchacho se levantó con premura y pisó con fuerza la gurda de la espada para enterrarla todavía más.
Se aproximó a la otra espada enterrada, sujetó la draconiana guarda y con todas sus fuerzas tiró hacia arriba mientras veía como el viejo hacía el mismo esfuerzo.
Todo se decidiría por quién desenvainara más rápido.
Sigmar desenterró la hoja y un segundo más tarde también lo hizo su adversario. Pero ese segundo era todo lo que el muchacho necesitaba, el rayo bailó por la hoja de la espada cuando atravesó el cuerpo del anciano, Sigmar se empapó de la sangre del antinatural anciano y contempló maravillado el arma que tenía entre las manos.
Jamás había visto algo tan precioso.
Había trabajado durante mucho años en la forja, pero nunca había contemplado una pieza tan exquisita.
Cuando terminó de contemplarla la limpió y se encaminó a la salida.
El invierno le dio la bienvenida.

Así comenzó la historia del héroe, y así se pusieron los ladrillos de la mayor historia jamás narrada.

La hice ayer por la tarde, efestivamente es de un PJ para una partida.
En serio te gustó?
A mi no termina de convencerme...

¿Qué es lo que no te convence? ¿Podrías ser un poco más concreto? ¿O se trata de una sensación cuyo origen resulta difícil concretar?

lo segundo.
Además, tampoco le dediqué mucho tiempo. la hice de un salto y sin fijarme mucho en el mundo que tenía (de hecho me lo fui inventado xk el otro mundo no me molaba xD)
EDITO: a ti k te ha molado de la historia?

Bueno, es la historia de la forja de un héroe. Ya desde las primeras líneas, se promete algo importante. Luego tienes el paraje frío y desolador, al más puro estilo "Canción de Fuego y Hielo". Tienes al muchacho que aprende de su maestro borracho, por así decirlo. Luego va destacando, sigue su propio camino...

Ahora que lo dices, puede que el problema sea la forma algo abrupta en la que se pasa, de pronto, de relatar brevemente sus orínenes a pormenorizar detalladamente lo que aconteció en aquel día tan trascendental. Luego la descripción de la lucha es acertada; algo me dice que lo escribiste pensando en el sistema de esquiva/bloqueo de Ánima, claro... XD

Por otro lado, puede que haya algunas expresiones que me choquen un poco. El decir "los lobos desgarrarían los intenstinos de los trabajadores y eso sería malo para el negocio" me parece un poco frívolo; se trata de gente que tiene familia, son personas vaya. ¿Es que Sigmar es frívolo? Pero si la acción es narrada por una tercera persona, supuestamente imparcial, quizás estén de más ese tipo de matices y comentarios.

¿A ti qué te parece?

Que tienes toda la razón. No es que suene frívolo es que lo es... xD
pobre aldeanos...
Zeus pero k malo soy
No es que Sigmar sea frívolo, ni tp la voz en off k narra la historia, es que ha sido un despiste mio.
En cuanto a cambiar el formato de narración. Para mi era importante que se viera bien la forma de pelear, y cómo consiguió la espada que más tarde le llevaría a la victoria.
En cuanto a cosas k echo en falta... más personajes.
Habría detallado más a los que ya hice (los compañeros y a Kilian) pero no tenía mucho sitio, k sino la historia se alargaba demasiado y los masters me tiran piedras.

no se, no termina de convencerme, la estructura y el estilo y la narracion son cojonudas, pero el argumento
es algo malo, no se.
Un tipo, cuyo maestro es un borracho, le enseña el arte de la forja y de la espada
(que no tiene porque que un forjador sepa usar la espada), el tio, mas chulo que un ocho,
se vuelve la hostia de poderoso, se carga a un anciano que aparece de la nada y para colmo
obtiene una espada aun mas buena, no se, es una historia normal, no se, no esta mal
pero tampoco es para llevarse las manos a la cabeza.

P.D: desde el cariño y el respeto

Amos a ver, tu que te consideras friki de Ánima deberías de haberte dado cuenta de que el "viejo" es un guerrero conjurador de nivel 2. Por eso convoca a esos lobos que ya se ha dicho que no son normales. El que sea clase mixta explica porque tiene ataque pero no tiene tanto como un guerrero de nivel 1. El que sea clase mística explica el porqué de las armas especiales.
En cuanto al borracho...
No es un simple borracho, de hecho en la historia se dice que el tipo como armero es genial, el personaje me recuerda al creador de armas de Trigun, k es la caña pero esta cansado de crear armas que luego, mira tu el uso que les dan. también podría ser como el Hatori Hanzo de Kill Kill.
En cuanto a la historia. se supone que tiene que ser sencilla, esta vez no quería hacer una historia compleja con personajes muy enrevesados y con enormes dilemas morales, esta vez me quería centrar en algo más "simple" la vida dura en el campo, el crudo invierno, la superación ante la advesidad del medio aplastante...

En unas pocas líneas logras presentar al personaje en su contexto, ya iniciados sus primeros pasos, listos para abrirse camino en ese mundo alternativo de cuyo nombre no quiero acordarme... Si eso es lo que pretendías, entonces, ¿dónde está el problema?

No lo sep, kizás eran ganas de torpedearme mi propia historia...
Ahora me pondré con la de Jarok, kizás luego me de por retomar esta. Crees k merece la pena?

Siempre que sea algo que a ti te apetezca hacer, te llene y te conduzca a la autorealización... entonces claro que merecerá la pena. Uséase, siempre que tengas ganas y te apetezca. Desde luego, hay una buena base para una buena historia. Y si es algo que escribes por tu cuenta, sin tener que estar sujeto a las limitaciones impuestas por masters más o menos perezosos, entonces podrás desarrollar a tu gusto la profundidad de los personajes; aspecto vital, donde los haya, en este tipo de historias.