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| Tema: DEVORADORES DE CADÁVERES Vie Nov 14, 2008 8:52 am | |
| DEVORADORES DE CADÁVERES – Michael Crichton. Plaza & Janés. Unas 250 páginas. Disponible en edición de bolsillo. Tamaño de fuente: medio. Michael Crichton, filólogo y antropólogo, nos ofrece la traducción de la obra que llevó a cabo Fraus-Dolus, un profesor noruego que consiguió compilar, comparar, seleccionar y armonizar las fuentes relativas a una aventura de Ibn-Fadlan, embajador del califa de Bagdag ante el rey de los búlgaros en el año 921 de nuestra era. Realmente, Ibn-Fadlan no llegó a cumplir la encomendada misión diplomática, sino que terminó integrándose (más debido a la fuerza de las circunstancias que a su propia voluntad) en un grupo de vikingos que viajaban al norte acudiendo a la llamada de socorro de un rey nórdico, cuyo pueblo estaba siendo atacado por unas misteriosas y temibles criaturas. Desde la perspectiva relativamente fría y objetiva de Ibn-Fadlan, podemos apreciar la diferencia cultural tan enorme que existía entre los persas y los vikingos; unos vikingos, por cierto, bastante alejados de los estereotipos modernos tipo “casco con cuernos”. Ibn-Fadlan, testigo más o menos involuntario de algo que podríamos denominar “misión de héroe”, relata con elegancia y sobriedad sus vivencias y, además, explica con claridad y sencillez las insólitas costumbres de las fieras gentes del norte. Partiendo del peculiar (y casi actual) estilo de Ibn-Fadlan, Fraus-Dolus hizo un buen trabajo de compilación y Michael Crichton llevó a cabo una buena traducción, de modo que se respeta fielmente el espíritu original de la crónica escrita por el emisario persa. Con su lucidez, hasta los acontecimientos más estremecedores parecen estar dotados de cierta lógica; pero no desvelaré más cosas sobre la trama, para que el lector se lleve una sorpresa. Cabe destacar la inclusión de interesantes e instructivas notas a pie de página sobre determinadas expresiones y el sentido que tenían en aquel entonces. También se incluye: un prólogo, en el que, además de describirse el contexto de aquella época, se explica cómo ha llegado hasta nosotros la crónica de Ibn-Fadlan; y un epílogo, en el que se plasman las discusiones entre algunos expertos acerca de las explicaciones más plausibles para los eventos más oscuros que se describen en el texto. En resumen: una obra muy instructiva que demuestra que veracidad y entretenimiento no son incompatibles entre sí. Hum… ¿Queréis saber realmente qué hay de cierto y qué de falso en todo esto que he escrito? - Spoiler:
Realmente, todo es una invención de Michael Crichton. ¿El origen de todo? Un conocido suyo iba a incluir en una conferencia la leyenda de Beowulf entre “los grandes clásicos que hoy resultan aburridos”. Michael Crichton defendía que esa historia no era aburrida, y fue entonces cuando se le ocurrió tratar de llegar al origen del mito.
Es decir, realmente tuvo que ocurrir algo; algo que luego se fue trasmitiendo oralmente de generación en generación, adquiriendo tintes cada vez más épicos e irreales. La cuestión era: ¿qué quedaría si se descartaban los añadidos posteriores? ¿Cuál era, pues, la historia original y real detrás del mito?
Crichton no tardó en darse de bruces con la realidad: era imposible, de entre todo un abanico de opciones, escoger con total seguridad la opción más acorde a la realidad histórica. Fue entonces cuando pensó transformar su proyecto en una novela de ficción con marcados tintes de realismo. Oportunamente, encontró unos textos de Ibn-Fadlan, personaje que existió realmente, y a Michael le gustó su estilo directo y claro.
De ahí surgió la idea de “haber encontrado un manuscrito con la crónica de Ibn-Fadlan sobre los hechos”, etcétera. Y, partiendo de esa base en la que ficción y realidad se daban la mano, Crichton desarrolló su “Devoradores de Cadáveres”.
¡Naturalmente, Fraus-Dolus, como ya su propio nombre parece indicar, no existió realmente! Se trataba simplemente de otro recurso para incrementar el realismo.
Lo curioso es que, aun siendo una obra de ficción, algunos expertos sobre Beowulf le dijeronn a Michael, después de leer el libro, que el origen de la leyenda bien podría haber sido algo parecido.
En resumen: un curioso experimento en el que resulta difícil distinguir dónde empieza la realidad y dónde la ficción. Vamos, muy logrado y muy conseguido. ¡Bravo por Michael Crichton!
Por cierto, existe una película relacionada con el tema. ¿Os interesa saber más? Pinchad aquí debajo. Aunque sería recomendable leer antes el anterior “spóiler”. - Spoiler:
EL GUERRERO NÚMERO TRECE. Dirigida por John McTiernan y protagonizada por Antonio Banderas, se ha acusado en alguna ocasión a esta película de ser una burda y grotesca adaptación de la novela de Michael Crichton. ¿Qué hay de cierto en semejante aseveración? Si como película está bien (vamos, entretiene), como adaptación es… pues eso: una adaptación. Se suprimen, naturalmente, algunos elementos: esa dimensión de “la ficticia realidad” (sobre lo cual escribí en el anterior spóiler) desaparece por completo. Además, varios acontecimientos se modifican, debido a las exigencias del típico guión de una producción cinematográfica de estas características. Cabe destacar el efecto “héroe de acción”, encarnado en Banderas, que interpreta a Ibn-Fadlan: -El PJ de la novela necesitaba un intérprete y sólo entendía algunas palabras sueltas de la lengua nórdica. El PJ de la película aprende el idioma a la perfección en poco tiempo y sin demasiadas dificultades. -El PJ de la novela apenas podía defender su persona. El PJ de la película es más guerrero que diplomático y sabe manejar el alfanje y hacer cabriolas con su caballo árabe (¿cómo lo ha llevado hasta allí?), pero ello contrasta con algunas situaciones más fieles a la novela en las que parece no saber cómo se lucha. -El PJ de la novela era prácticamente un testigo que relataba los hechos. El PJ de la película interviene directamente en ellos e incluso llega a tener una buena relación con el líder nórdico. También, como ya esbozaba antes, se pierde mucho en lo referente a costumbres nórdicas, se eliminan personajes y se introducen otros nuevos (incluyendo una atractiva mujer nórdica, en un vano esfuerzo por meter con calzador una “historia de amor… pero qué bonito”). No obstante, a pesar de los comentarios de puristas y detractores, la película (habiéndose centrado en los elementos de la novela que le interesan) es relativamente fiel y narra con buen pulso una interesante historia de acción ambientada en las inhóspitas tierras nórdicas durante el Medievo. Vamos, que se puede ver, tanto si has leído antes la novela como si no.
PD – Michael Crichton falleció a la edad de 66 años, el 5 de noviembre de 2008, el mismo día en que Barack Obama era elegido Presidente de los USA. Descanse en Paz. | |
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