El reflejo del Sexto

Mira fijamente el agua y déjate guiar por su reflejo.
Ese reflejo te enseñará la verdad de las cosas y te permitirá ver más allá del tiempo quien eres realmente. Porque no importa cómo te llames, sino el apellido que portas, ya que tu ahora eres el Sexto miembro de la Ordo Dracul.

Me parece que las palabras resuenan hasta mis oídos desde una distancia demasiado lejana, pero mi tarea es repetírtelas a ti ahora, o quizás, repetírmelas a mí mismo, ya que cuando uno contempla durante demasiado tiempo su reflejo en el espejo, puede terminar olvidando si es el que observa o si es el observado.
De la misma manera tú ahora eres realmente el yo que se extiende desde un mar de reflejos infinitos, de espejos que han sido colocados a lo largo del tiempo para que podamos llevar a cabo una misión.
Todos los tiempos son uno, y todos los Fassbinder somos uno solo, somos yo, y ahora tu. Como parte nuestra tendrás que cumplir tu misión, como tantos la hemos cumplido antes que tu. Pero ahora escucha nuestra voz, escucha la voz de los sextos que fue mi voz y que es ahora la tuya, y aprende, pues es vital que seas parte de nuestro conocimiento común.

Antes de nada, el principio.

El agua es capaz de reflejarlo todo, y ese reflejo tiene la capacidad de mostrarnos las cosas tal y como son. El dolor, la ira, el orgullo, la incertidumbre… todos los pecados de mis hermanos se reflejan en el agua que usan para limpiarse, y durante unos segundos, no pueden evitar verse como yo les veo siempre.
Eso siempre provoca dolor. A pesar de las máscaras que se intenten poner para ocultar su naturaleza yo siempre les podré ver como realmente son. Ya que mi espejo refleja todo.

Desde este reflejo al primero hay tanta distancia que apenas llego a recordar qué pasó. No recuerdo dónde era, pero yo era un sacerdote. Fui llamado por mi Iglesia y allí me explicaron que era primordial que me uniera a cierta asociación que acababa de formarse. Allí pude ir conociendo a los que serían mis compañeros. Todos eran buenos guerreros de Cristo.
Pero había algo en su mirada… algo que me hacía sospechar. Entre todos mis compañeros hermanos de armas y hermanos en Cristo ella fue la única que apartó la mirada. Durante un segundo pude ver algo oscuro reflejándose en el espejo.

Cuando decidimos el plan de acción todos nos conocimos. Todos salvo uno.
El que debe ser nuestro guía y capitán, el Primero de la Ordo Dracul no estaba. Pude ver por sus reflejos que nadie sabía nada…
Comenzamos el viaje. Pronto descubrí que la Sección XIII del Vaticano no dejó nada al azar, que todos tenemos un papel en este perturbadora cacería.
Pronto descubrí cual sería mi papel, porqué se necesitaba mi habilidad única allí.
Mis compañeros empezaron sus pesquisas, empezaron a investigar, yo escuché lo que tenían que decir y permanecí fiel a mi propia investigación. Presentía que algo turbio se reflejaba en los ojos de ella.
Por esa razón, aquella noche, fui yo quien eligió hacer la primera guardia…

Me hice el dormido y pude escuchar como ella se levantaba y se marchaba hacia una arboleda cercana. Le dejé unos minutos antes de salir sigilosamente tras ella. Como sospechaba, la hermana Elisabeth estaba en alguna extraña comunión espiritual, la oscura imagen que había estado reflejándose de ella en mi espejo por fin se empezaba a ver bien, el agua empezaba a calmarse, en un breve segundo podría ver quién habitaba en ella.
Desafortunadamente Elisabeth me descubrió, los gritos que profirió despertaron a mis compañeros, así que me dirigí hacia ella rápidamente e intenté inmovilizarla. A mis compañeros les expliqué más tarde que había escuchado ruidos sospechosos y que me dirigí hacía allí con objeto de ver qué pasaba, les relaté que allí encontré a la hermana en alguna suerte de trance. Nunca les dije que yo ya lo sospechaba. Que siempre había visto algo en ella.
Nunca les comenté acerca de mis temores sobre qué pudo haberle contado a la sombra que la invadía de noche…
Zelias Schnaider, Glirios, y yo fuimos hacia el Norte. Habíamos dejado a nuestra compañera en la abadía de Saint Tomas. Éramos conscientes al separarnos de que las posibilidades de victoria eran mínimas. Así que me senté, y me observé. Miré mi reflejo a través de mi mismo. Y di con mi siguiente reflejo en el infinito espejo del mundo.
Entrené al siguiente Sexto. El segundo reflejo de un espejo que tenía tantos reflejos que no podía contar durante cuantas décadas se alargaría este conflicto.
Habiendo hecho estas cosas partí junto con mis hermanos.

Cuando sentí que el espejo se había roto me reflejé en el espejo que me dio el maestro Andolfios y me convertí realmente en el nuevo Sexto.

Fui a ese lugar.

A donde todos debemos ir...

Allí me encontré con otros compañeros. Hice parte del viaje con el nuevo Séptimo, Falies Schnaider. Pero no tardé en separarme de el.
Decidí seguir la única pista que sentía que era mía. Y Sabía que el viaje lo debía hacer solo.
Viajé hasta la capilla de Saint Tomas, donde mi reflejo había dejado, junto a personas que ya no conozco, a la hermana Elisabeth. Tenía la esperanza de que la visita me pudiera enseñar algo más acerca de la sombra que cubre este mundo.
No sabía si la hermana seguiría con vida, o si habría fallecido debido a la enfermedad del alma que parecía consumirla cuando la dejamos tiempo atrás en la abadía. De todas formas, puede que hubiera dejado algo atrás, y en ese caso merecería la pena por si me podía acercar a la verdad de qué se reflejaba en ella.
Cuando llegué nadie me abrió la puerta, tras abrirme paso hasta el interior lo único que encontré fue muerte.
Los cuerpos descuartizados y mutilados salvajemente de los monjes estaban esparcidos por todos lados. Su sangre pintaba las paredes como si el mismo demonio hubiera decorado su casa. La obra se había llevado a cabo con espeluznante precisión. Los miembros habían sido cortados con algo extremadamente afilado. Los cortes eran simplemente perfectos, y de tal potencia que lo mismo cortaban brazos que torsos enteros. No era una cuestión meramente de fuerza, sino de auténtico poder.
Busqué por toda la abadía cualquier evidencia de la hermana, pero no había ninguna.
Como todo rastro se había perdido decidí, buscar a la Quinta que Elisabeth entrenó.

La encontré. Ahora ella es la Quinta, o no. Su reflejo no es completo en mi espejo, no puedo verlo todo. Su poder es… terrible. Creo que esta maldita.
Me dijo dónde podía encontrarla, quiero alejarme de ella. Prefiero buscar a Elisabeth antes de quedarme más rato con ella.
Seguí mi misión, creé otro marco para otro reflejo de este espejo.
El tiempo pasó, al anterior reflejo se rompió y otro nuevo se refleja en el espejo de los Sextos.
Tiempo antes de ser llamados todos por el Cuarto seguí buscando a la hermana o lo que ella pudo haber dejado atrás. Ésa es mi misión en la obra de la Ordo Dracul, y solo eso se reflejará en mi espejo.
A medida que mi búsqueda progresó, y sentía que me acercaba a mi destino empecé a escucharla de noche. Sobre mí, a mucha distancia, algo me sobrevolaba y me vigilaba. Sonaba como un ave, pero de gran tamaño. No pude escudriñar de qué se trataba.
No, hasta que fue demasiado tarde.
Creo que ya sé dónde vive ella.

Pero no debo apresurarme, la misión de los Sextos está en juego.
La llamada del Cuarto es persistente. He de ir.
Habiendo hecho estas cosas y preparado el siguiente marco puedo proseguir. Viajé hacia donde vive ella. También esta vez sentí a la criatura voladora sobre mí.
Ahora sé que la criatura voladora vive cerca, y parece solo aparecer de noche.
Extrañamente, a mucha distancia sentí un espejo romperse. El nuevo reflejo toma lugar.
Fui al norte, donde ya he estado otras veces, o donde mis reflejos han estado antes que yo.
Decidí hablar con las gentes. Después de meses por fin conseguí algo, hay una doncella. Su belleza según dicen es incomparable, aparece algunos días en una rocosa zona cerca de una montaña al este. Según dicen sus ojos son rojos, como su pelo.

Al fin di con ella. He dejado el reflejo preparado por si éste se rompiera.
Ella me habló, mucho antes de que lo hiciera yo ya me sentí perdido, realmente es incluso más bella que cuando la vi, o la vio mi reflejo, hace tantísimo tiempo.
Ella no llegó a morir, solo sucumbió a Él. Es su mensajera. Sentí que una parte de ella quería prevenirme, alertar a los demás a través de mi, puede que solo fueran los restos de humanidad que quedaban en aquel cuerpo, que otrora albergó un alma noble.
Cada reflejo no podía aguantar mucho tiempo frente a ella, así que varios de nosotros fuimos allí, solo a escuchar lo que tuviera que decir antes de que los rompiera.
Cada reflejo averiguó algo, y la verdad es ahora clara y a la vez terrible. He visto casi por completo su reflejo y en verdad. Ahora, más que nunca son tiempos oscuros para la Ordo Dracul
Elisabeth, la Quinta primogénita, no murió. La influencia de Él se extendió por todo su cuerpo y la consumió. Ahora ella es Su mensajera y Su instrumento. Puede cambiar su apariencia, y puede adoptar una forma de terrible criatura alada.
Pero no toda la desgracia acaba allí. Él no paró de moverse, ha creado uno nueva sociedad para oponerse a la Ordo Dracul y para destruirla finalmente. Como forma de burlarse de nuestra obra Él también les ha dado números. Elisabeth es la V.
Tras años y décadas persiguiéndola, buscándola, intentando averiguarlo todo de ella. Ahora es ella la que me persigue a mí. A todos nuestros reflejos.
A veces oigo el batir de sus alas en la noche. Sé que esta ahí fuera, buscándome.
Solo me queda esconderme, hasta el día, en que, al igual que nosotros dimos con ella, ella de con nosotros. Y nos elimine. Y esta vez, será para siempre…