Mi profesor actual de Derecho Procesal Civil nos ha enviado a nuestra clase un texto que me ha parecido muy interesante y creo que como tal debía postearlo aquí, una seríe de consejos que D. Quijote dió a su escudero Sancho, para que gobernase con justicia su ínsula.
"La libertad, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que esconde la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y por el contrario el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. Y Dios, que hizo al hombre libre, no puede condenarle a perpetuo cautiverio."
"Las obligaciones de las recompensas de los beneficios y mercedes recibidos son ataduras que no dejan campear al ánimo libre."
"Has de poner los ojos en quién eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey."
"Nunca te guíes por la ley del encaje, que suele tener mucha cabida con los ignorantes que presumen de agudos."
"Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia que las informaciones del rico."
"Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como por entre los sollozos e importunidades del pobre. "
"El valor reside en el término medio entre la cobardía y la temeridad."
"Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la Ley al delincuente, que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo."
"Si acaso doblares la vara de la justicia que no sea con el peso de la dádiva sino con el de la misericordia."
"Cuando te sucediere juzgar algún pleito de algún tu enemigo, aparta las mientes de tu injuria, y ponlas en la verdad del caso."
"No te ciegue la pasión propia en la causa ajena, que los yerros que en ella hicieres las más veces serán sin remedio, y si le tuvieren, será a costa de tu crédito, y aun de tu hacienda."
"Si alguna mujer hermosa viniera a pedirte justicia, quita los ojos de sus lágrimas y tus oídos de sus gemidos, y considera despacio la sustancia de lo que pide, si no quieres que se anegue tu razón en sus llantos y tu bondad en sus suspiros."
"Al que has de castigar con obras, no trates mal con palabras, pues le basta al desdichado la pena del suplicio, sin la añadidura de las malas razones."
"La verdadera nobleza consiste en la virtud. No hay más alta virtud que la prudencia. No desees y serás el hombre más rico del mundo. Cada uno es artífice de su ventura. La alabanza propia envilece."
"Si estos preceptos y estas reglas sigues, serán luengos tus días, tu fama será eterna, tus premios colmados, tu felicidad indecible, casarás tus hijos como quisieres, títulos tendrán ellos como tus nietos, vivirás en paz y beneplácito de las gentes y en los últimos pasos de la vida te alcanzará el de la muerte en vejez suave y madura, y cerrarán tus ojos las tiernas y delicadas manos de tus terceros netezuelos. Esto que hasta aquí te he dicho son documentos que han de adornar tu alma."