Biblioteca César Vidal

César Vidal es el conocido director de “La Linterna” (un programa de la COPE), pero su actividad no se limita a eso. Es Doctor en Historia, Filosofía y Teología; también es licenciado en Derecho. Ha trabajado en diversas universidades de Europa y América. Pero, sobre todo, ha publicado una ingente cantidad de obras que abarcan amplios campos: cuentos para niños, biografías, novela histórica e historia novelada, ensayos… Toca temas muy dispares: desde los orígenes del cristianismo hasta los campos de concentración pasando por la invasión musulmana o la guerra de secesión.

Sin embargo, sus vastos conocimientos no le han convertido en alguien engreído y muy pagado de sí mismo. Todo lo contrario: su objetivo principal es divulgar la Historia de manera comprensible y amena, acercándola más al ciudadano de pie, pero sin que por ello aquélla pierda un ápice de rigor y veracidad.

Entre las oleadas de fascículos que invaden los kioskos en septiembre, uno de ellos es precisamente la “Biblioteca César Vidal”. Uno de los dos volúmenes de la primera entrega era la primera parte de “La Guerra que Ganó Franco”, un libro al que ya le tenía echado el ojo desde hacía tiempo. Así que me compré el fascículo. La cuestión es: ¿merece la pena? Yo creo que sí.


Primero comentaré el otro volumen: “Cambiaron la Historia”. Se trata de un compendio de los artículos que César Vidal publicó en “Muy Interesante” durante 3 años, sobre biografías de personajes que tuvieron una importancia decisiva en el curso de los acontecimientos. Dichos artículos han sido revisados y modificados en esta edición; también se han añadido algunos nuevos, creados expresamente para la ocasión.

Los personajes abarcan desde la Antigüedad hasta nuestra era, empezando por Moisés y terminando con Ronald Reagan; pasando por Julio César, Alejandro Magno, Jesucristo, Mahoma, Isabel la Católica, el cardenal Richelieu, Benjamin Franklin, Napoleón, Lincoln o Hitler… entre otros muchos.

Las biografías son sucintas y muy completas, con información precisamente “muy interesante”. Se leen con rapidez y avidez, y uno se queda con ganas de más. Afortunadamente, hay otros libros del mismo autor en los que se desarrollan algunas de estas biografías en mayor extensión: por ejemplo, Isabel la Católica o Abrahan Lincoln.

Resulta curioso cómo César Vidal, como bueno cristiano protestante que es, aborda desde una perspectiva más favorable de lo habitual a determinados personajes como Lutero, Calvino o algunos monarcas ingleses. También resulta llamativo lo poco favorecido que queda el islam, a través de las biografías de Mahoma o Saladino. Desde luego, el autor no es un hombre que se deje atrapar por las exigencias de “lo políticamente correcto”.

En resumen: una obra recomendable.

Gracias por el apunte, no soy muy dado a coleccionables, pero sí puede que me piye alguna de sus obras

¡Me alegra que te interese el tema! Procuraré postear, cada cierto tiempo, mis impresiones sobre las obras de este hombre.

Vamos ahora con “La Guerra que Ganó Franco”.



Hasta el momento, sólo he leído la introducción… ¡que no es poco! En las primeras 110 páginas se desvelan los entresijos de las grandes pugnas entre revolución y contrarrevolución del primer tercio del siglo XX: especialmente la de Rusia, y brevemente las de Finlandia y México.

¿Por qué estos datos? Porque en esta obra no se presenta la Guerra Civil española como una lucha entre demócratas buenos y fascistas malos, al modo de “primer episodio de la WWII”. La idea es que nuestra Guerra Civil fue el choque entre dos bandos:
1) El Frente Popular (integrado por republicanos, socialistas, nacionalistas, anarquistas y comunistas), que prácticamente ya había llevado a cabo la revolución, al más puro estilo bolchevique, iniciando la persecución y (en no pocas ocasiones) ejecución de sectores enteros de la población para conseguir el respaldo de su precaria posición de fuerzas realmente minoritarias.
2) Los Nacionales, rebeldes o sublevados, que se alzaron en armas para acabar, no con la República ( o lo que quedaba de ella en aquel entonces), sino con la revolución que amenazaba con convertir a España en un Estado totalitario previo exterminio de aquellos sectores de la población que se opusieren a ello.

Tras el análisis de las otras tres revoluciones, César Vidal extrae algunos principios comunes en la actuación de todo buen revolucionario:
-Partiendo de una minoría, se utilizan todos los resortes legales para irse haciendo gradualmente con el poder.
-Para consolidar esa posición, se emplea el terror contra todo tipo de adversarios, reales o ficticios.
-Más tarde, se extermina a sectores enteros de la población.

Así, también se analiza en la introducción la evolución de España desde la Guerra de la Independencia hasta el momento previo al alzamiento, deteniéndose con más detalle en aquellos periodos más cercanos a la fecha clave de 1936.

Puede leerse cómo las izquierdas, empeñadas en hacerse con el poder a cualquier precio, seguían métodos típicamente revolucionarios; sin olvidar, por ejemplo, el fallido intento de revolución que supuso la de Asturias de 1934. Pero sus tropelías son demasiadas como para enumerarlas en este post (*).

Tras la introducción, la obra se centra en el aspecto militar de la contienda… Aunque todavía no he comenzado esta parte. Ya os iré informando; pero la cosa promete.

LA GUERRA QUE GANÓ FRANCO

Después de la interesante introducción, nos sumergimos en la Guerra Civil en sí.

-Empezamos con el alzamiento, que triunfa en unos sitios pero no en otros. Resulta interesante, incluso emocionante, leer cómo reaccionó la gente en cada lugar. La conclusión es que, allí donde había un mando rebelde capaz y decidido, la sublevación podía llevarse a buen término. Sin embargo, el fracaso del alzamiento en las principales ciudades (Madrid y Barcelona) significó el fracaso del “coup d’etat” y dejó en precaria situación a los nacionales.

-Franco logró hacer cruzar el Estrecho de Gibraltar al ejército de África. La operación comenzó antes de recibir ayuda italiana y alemana, pero ésta facilitó después en gran medida la tarea. Más tarde, Franco logró conectar las zonas rebeldes norte y sur.

-Tras varios intentos fallidos de tomar Madrid (gracias, principalmente, al material de guerra que el Frente Popular recibió de los soviéticos), Franco (ya nombrado Generalísimo y Jefe de Estado) decidió llevar la campaña a la zona norte: País Vasco, Cantabria y Asturias.

-El ejército popular de la “República” (término que no dudaban en usar todo lo frecuentemente que podían los frentepopulistas) trató de desbaratar la ofensiva de Franco, con ataques de diversión, pero sólo lograron retrasar lo inevitable.

-Una vez caída Asturias, Franco aprovechó el impulso obtenido con uno de los contraataques en aquellas maniobras de distracción para llegar hasta el Mediterráneo y partir la España republicana en dos. En un intento de enlazar la inminente Guerra Mundial con la Civil, la República lanzó una gran ofensiva en el Ebro; pero dicha operación implicó el descalabro del ejército popular, la caída de Cataluña y, posteriormente, la victoria indiscutible de Franco.

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Algunos pasajes resultan especialmente reveladores, como el relativo al asedio del Alcázar de Toledo y su heroica defensa; heroísmo que la propaganda de izquierdas trató de difuminar con bulos en absoluto inocentes.

Descartando la mencionada propaganda, César Vidal lleva a cabo una labor de criba y expone los hechos claramente, contrastando las fuentes como es debido y acabando con muchos de los mitos que se han forjado en torno a esta contienda. Por ejemplo…

-Franco estaba claramente en inferioridad material y numérica, pero aprovechó bien sus recursos y, sobre todo, se benefició de la unidad que había en su bando. En cambio, los integrantes del Frente Popular (republicanos, socialistas, anarquistas, comunistas, nacionalistas) tiraron cada uno por su lado, cuidando de sus propios intereses y tratando de hacer la Revolución cada uno a su manera. A pesar de ello, resulta risible afirmar que Franco era un imbécil o un demente; alguien menos capaz que él no habría podido ganar la guerra partiendo de tan clara situación de inferioridad, a pesar de las disensiones de sus adversarios.

-Franco no era fascista. Sus alianzas con Alemania e Italia (a las que en ningún momento permitió tener control sobre su propia campaña) no implican que lo fuera. Las fuerzas nacionales albergaban a un heterogéneo grupo de combatientes, entre los cuales se encontraba la Falange; pero ésta no era fascista (a pesar de haber adoptado algunos elementos del fascismo) debido principalmente a su marcado catolicismo, elemento diametralmente opuesto a lo sostenido por las susodichas doctrinas totalitarias.

-La ayuda que Rusia envió a la República compensó con creces, sobre todo al principio, la recibida por los nacionales. Fue dicha ayuda la que impidió principalmente la toma de Madrid al inicio de la Guerra por Franco. El “malvado fascista” no quiso prolongar la guerra para beberse la sangre de sus víctimas durante largos años; fue la ayuda soviética la que prolongó el conflicto.

-Además, Stalin era el dirigente de un régimen totalitario que ya había masacrado a millones de personas en aquel entonces, mientras que aún faltaban años para que funcionaran los campos de exterminio de Hitler. Por otro lado, desde 1938, Negrín había trazado planes para convertir a España en una dictadura totalitaria de partido único y supeditada a las órdenes de Moscú. En cambio, Franco instauró una dictadura autoritaria que no se perpetuó tras su muerte, sino que dio paso a la democracia.

-La represión llevada a cabo por los nacionales (incluyendo la de posguerra) fue sólo ligeramente superior a la llevada por la supuestamente democrática República… Pero hay que tener en cuenta que la primera transcurrió a lo largo de unos cuantos años, y la segunda en 3 ó menos. En algunos lugares, la represión frentepopulista se cobró más víctimas en unas pocas semanas que la represión nacional en muchos años. Resultan muy ilustrativas, a estos efectos, las muertes de miles de religiosos, las sacas y paseos, las checas (prisiones en las que se torturaba y asesinaba sin ninguna garantía, en no pocas ocasiones al amparo del propio Gobierno de la República), la masacre de la cárcel Modelo, la matanza de Paracuellos (en la que estuvo implicado Santiago Carrillo)… Es por ello que la propaganda de izquierdas, al tiempo que silencia estas matanzas, infla considerablemente la represión nacional, como ocurrió con la supuesta matanza de Badajoz.

-Que “las democracias abandonaron a su suerte a la República” es una patraña. Las matanzas y las masacres llevadas a cabo por el Frente Popular hicieron que prácticamente nadie ayudara a la República desde el principio. En Inglaterra tenían claro que se trataba de una lucha entre revolución y contrarrevolución, y que el Frente Popular seguía las mismas líneas de actuación que los bolcheviques. Francia, con otro Gobierno de Frente Popular, ayudó un poco a la República, pero tuvo sus reservas debido a las masacres. Quien más ayudó fue… ¡sorpresa! La Rusia de Stalin, exterminador de millones de personas y aficionado a las purgas.

Hay muchas cosas que me dejo en el tintero, pero el espacio y el tiempo tienen unos límites que no se deben sobrepasar.

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En lo que respecta a libro en sí, consta de unas 600 páginas, aunque 150 consisten en anexos: aviones y tanques empleados en la contienda, cuadros de los mandos y el material de cada bando, notas y referencias, y también mapas. Éstos resultan escasos y poco útiles, y tienen poco que ver con las descripciones pormenorizadas de los movimientos estratégicos y tácticos que tuvieron lugar en las sucesivas batallas de la contienda.

A veces resultan agotadoras las enumeraciones de Mouw Divisiones, Brigadas, Cuerpos… que marchaban siguiendo Mouw líneas… Francamente, estaría bien que aclararan cuántos hombres forman una División, etcétera. A veces da la impresión de que el libro es para militares (ni siquiera para aficionados a lo militar).

Por suerte, gran parte del contenido es divulgativo y mucho más accesible. Cada cierto tiempo se tienen en cuenta consideraciones globales, tanto a nivel interno como internacional, en lo referente al conflicto en cada bando: situación política, relaciones internacionales, economía, moral…

César Vidal aprovecha sus investigaciones sobre determinados aspectos concretos (algunos de los cuáles han dado lugar a otros libros) para exponernos con claridad, por ejemplo, el sistema de checas del Madrid republicano y la masacre de Paracuellos; en ocasiones, mientras leía aquello, llegué a sentir náuseas.

En resumen: una obra interesante, densa, rica y compleja… a veces demasiado. No puedes leértela de un tirón, pero puedes ir poco a poco y enterarte de un montón de cosas. Desde luego, hay que estar mínimamente interesado en lo militar y en nuestra Guerra Civil para disfrutar con la lectura… si es que realmente se puede disfrutar informándose sobre uno de los episodios más escabrosos de nuestra historia reciente, claro.

Puede que otra obra, “Recuerdo 1936”, sea más accesible. Os mantendré informados.

PD – Resulta curioso ver cómo muchas batallas seguían este esquema.
1) Ofensiva republicana.
2) Los nacionales, aun en inferioridad, logran resistir.
3) Los nacionales terminan lanzando una contraofensiva.
4) Derrota republicana de mayor o menos envergadura.

RECUERDO 1936 – Un relato oral sobre la Guerra Civil.



César Vidal llevó a cabo una intensa labor de campo, durante una década, recabando testimonios de entre 30 y 40 personas que vivieron la Guerra Civil española; tanto en la zona nacional como en la controlada por el Frente Popular, tanto en primera línea como en retaguardia. Militares y civiles, vencedores y vencidos… Se ha procurado abarcar, con la mayor amplitud posible, todos los espectros.

Miedo me dio leer, en la propaganda de la editorial, que estos testimonios dan lugar a una historia no oficialista que no ha sido objeto de manipulaciones… ¡Pero vamos a ver! ¿Acaso hay algo más manipulable que la memoria?

-Los mismos hechos tienen distinta significación para cada persona.

-El tiempo no pasa en balde y a uno se le olvidan unas cosas pero no otras, o lo confunde todo y termina creyendo que las cosas fueron de otra manera.

-Incluso uno puede forzarse a creer que las cosas sucedieron de determinada manera, sobre todo cuando alguien insinúa esa posibilidad. ¿Os lo he contado alguna vez? A una mujer un pariente le comentó que ella, cuando era niña, había encontrado ahogada a su madre en una piscina. Ella creía haberlo olvidado y estaba convencida de que así fue. Tuvo problemas e incluso acudió a un especialista. Sin embargo, más tarde, el hermano de la mujer (distinto de ese pariente del principio) le aclararía que fue él y no ella la que encontró muerta a mamá. ¿Entendéis ahora lo que quiero decir?

Por suerte, en el propio prólogo del libro, César Vidal se encarga de desmentir tales afirmaciones: el relato consigna fidedignamente cómo recuerda toda esa gente aquellos temibles acontecimientos… ¡Pero eso no significa que así fuera como ocurrieron las cosas en realidad! En todo caso, este relato oral puede ser complemento de la historia objetiva, ya que permite saber qué significa (a día de hoy) aquella guerra para la gente que la vivió.

Por ello, César Vidal establece una inteligente estructura: tras un relativamente breve resumen sobre lo ocurrido durante la II República antes del Alzamiento, distribuye los relatos en distintas partes, cada una de las cuales está precedida por otro breve resumen histórico-objetivo que permite al lector ubicarse en el espacio-tiempo antes de enfrascarse en las vivencias de los protagonistas.

Dichas vivencias han sido fragmentadas, de modo que primero leemos un fragmento de Fulano, luego otro de Mengano… y más tarde, en un capítulo posterior, podemos encontrarnos otro fragmento de la historia de Fulano.

Esta técnica implica una ventaja: se construye, desde un punto de vista rico y variado, un mosaico sobre cada uno de los distintos periodos de la campaña. El inconveniente: al saltar constantemente de un personaje a otro, uno puede perderse. Es recomendable ir anotando en un papel “Fulano es el falangista, Mengano es el anarquista…” para familiarizarse con los distintos supervivientes.

Los relatos se han transcrito tal cual se contaron, en primera persona, sin corregir inexactitudes históricas ni errores gramaticales o sintácticos. Algunos son pintorescos y especialmente llamativos: el protestante al que los curas querían fusilar por no ser católico, el americano que se unió a las Brigadas Internacionales… Me hizo gracia la descripción del pacto que tenían en un sector del frente los soldados de ambos bandos para no dispararse entre ellos.

El libro tiene unas 450 páginas, pero 75 están dedicadas a apéndices y anexos: breves biografías de los principales protagonistas, índice cronológico de los acontecimientos, bibliografía… Algunos de estos materiales, las cuñas histórico-objetivas que César Vidal introduce al comenzar cada capítulo, la introducción sobre la convulsa II República y el epílogo serían reutilizados posteriormente en “La Guerra que Ganó Franco”, obra en la que se profundiza en la Historia (con mayúscula) desde una perspectiva principalmente militar. En este sentido, se echa en falta la inclusión de algunos mapas generales para orientarse mejor; mapas sí existentes en “La Guerra…”.

“Recuerdo 1936” es más amena y puede leerse independientemente de “La Guerra…”. No obstante, si uno está más interesado en este último por su forma de abordar el tema (más técnico-militar y objetiva), “Recuerdo 1936” no deja de ser un buen complemento que sirve para ponerse en la piel de los que vivieron en aquella época. Pero claro, si quieres sentir que estás aprovechando el tiempo, al menos debes estar mínimamente interesado en la Guerra Civil española.

Por otro lado, si alguien no comparte las tesis de César Vidal, no tiene más que coger “Recuerdo 1936” y saltarse las partes “objetivas”, porque los relatos también recogen en buena medida historias sobre curas malvados y crueles represalias sobre los pobrecitos vencidos.

BIENVENIDOS A LA LINTERNA [Algo menos de 400 páginas.]



Estrictamente, no sé si este título forma parte de la “Biblioteca César Vidal”. No obstante, debido a mi ansia devoradora de libros escritos por este autor, ha sido verlo por ahí y zampármelo. Creo que este hilo es el lugar más adecuado para escribir un post al respecto.

“La Linterna” es el programa de la COPE que dirige César Vidal, de lunes a viernes, a partir de las 20:00 horas. Se analiza la actualidad social y política, pero también hay espacio para la educación, la cultura… Lo más característico es el inicio de la emisión: tras sonar los primeros acordes de “when the night has come”, podemos oír la característica voz de César Vidal diciendo…
-¡Muy buenas tardes y bienvenidos a una nueva singladura de La Linterna! Corría el año…

Es decir, el locutor inicia su editorial relatando un suceso de la antigüedad (Grecia, Roma…) que posteriormente relacionará con un suceso de la actualidad. Tras enumerar ordenadamente los hechos, se enumeran de la misma forma las consecuencias y finalmente se establecen unas conclusiones relacionadas con aquel relato histórico con el que fue iniciado el editorial. Según el día, la duración puede ser de entre 5 y 10 minutos.

Los editoriales de César Vidal, desde un principio, resultaron ser muy populares entre los agentes. Fue por ello que editó un volumen en el que se recopilaban los primeros editoriales, desde el 6 de septiembre de 2004 hasta el 14 de abril de 2005.

“Bienvenidos a La Linterna” fue editado por primera vez en junio de 2005. Posteriormente, los sucesivos editoriales han sido recopilados en otros títulos como “Corría el año…” o “Sin ánimo de ser exhaustivos…”.

Leer estos editoriales nos transporta a una época en la que el PSOE apenas acababa de ascender al poder después del atentado del 11 de marzo. Es conveniente, llegados a este punto, hacer una importante aclaración.

El libro está dirigido a aquellos que consideran que César Vidal es un profesional respetable a la búsqueda de la verdad; a aquellos que consideran que el Gobierno del PSOE no tardó en dar carpetazo a la Comisión del 11-M, arruinar nuestra posición internacional, coartar la libertad de expresión y dar aire a los nacionalismos. Incluso podría leerlo quien tenga la sensación de que, desde el principio, hay algo que no encaja en este Gobierno.

Sin embargo, quien crea que César Vidal es un islamófobo prepotente y pedante que, comiendo de las manos de los obispos, lanza sus pestilentes zurullos al brillante y progresista Gobierno de Rodríguez Zapatero… pues bien, yo le recomendaría que se abstuviera de leer este libro, no vaya a ser que le salga una úlcera o, como mínimo, una urticaria.

No obstante, creo que resulta trágico ver cómo la situación no ha mejorado mucho desde el 2004, cómo se siguen cometiendo los mismos errores y cómo muchos de los peores temores han terminado convirtiéndose en realidad.

CÉSAR VIDAL RESPONDE
Las preguntas más controvertidas de LIBERTAD DIGITAL.



“Libertad Digital”, como su propio nombre permite intuir, es un periódico digital (www.libertaddigital.es) especialmente vinculado (para que os hagáis una idea de la línea) a la COPE. Desde su fundación en el año 2000, César Vidal ha estado allí todos los viernes en un chat con los lectores. En este libro, se recogen algunas de las preguntas y respuestas que se han formulado entre 2000 y 2007. Para que os hagáis una idea de los diferentes temas y la extensión de cada uno, aquí tenéis el índice.

Capítulo I - ¿Cómo lo hace, señor Vidal? 8 páginas.
Capítulo II – 11-M. Matanza, investigación y ocultación. 28 páginas.
Capítulo III – En defensa de Israel. 16 páginas.
Capítulo IV – En defensa de EEUU. 4 páginas.
Capítulo V – Sobre el Islam. 6 páginas.
Capítulo VI – Apuntes para la Memoria Histórica. 40 páginas.
Capítulo VII – La homosexualidad y el matrimonio. 16 páginas.
Capítulo VIII – Sobre el aborto. 6 páginas.
Capítulo IX – La masonería. 14 páginas.
Capítulo X – De “La Linterna” de Federico a “La Linterna” de César. 22 páginas.
Capítulo XI – Los nacionalismos contra España. 44 páginas.
Capítulo XII – De teología. 56 páginas.
Capítulo XIII – De la Segunda Guerra Mundial y el Comunismo.

Total: unas 300 páginas.

Cómo escribí antes, se han seleccionado las preguntas y respuestas más interesantes, agrupándolas por temas. El problema es que a veces a se vuelve una y otra vez sobre las mismas cuestiones, lo que da cierta sensación de deja-vù. Además, no se ha seguido un criterio cronológico especialmente coherente; a veces se nota cómo se salta atrás y adelante en el tiempo.

Tratando de contemplar estos matices desde otro punto de vista, podría afirmarse que se facilitan dos cosas:
-Dejar claras las ideas de César Vidal.
-Apreciar la evolución de determinados acontecimientos a través de la evolución de las propias preguntas y respuestas.

Y a propósito de las ideas de Vidal: podéis haceros una idea de por dónde van los tiros si habéis leído el índice. No creo que la lectura sea muy agradable para alguien con posturas diametralmente opuestas.

Además, debido al carácter tan específico y puntual de la obra, ésta no es apta para todo el mundo; o, al menos, su estilo no hace recomendable una lectura muy seguida de la misma. Está bien para tenerla por ahí, echarle un vistazo de cuando en cuando y leerla poco a poco.

A mi personalmente esos libros que son la opinión del autor una, y otra, y otra vez, me parecen algo pesados.
Desde luego, de leerme alguno de los libros de este autor, éste sería el último que leería. Aunk de todas formas todavía me queda rato con el que tengo jejeje.

¡Anda! ¿Y cuál estás leyéndote ahora? Creo que a don César no le importará que utilicemos esta sección para tratar sobre ese tipo de cuestiones... XD

Sigo con el capital

¡Ostras, es verdad! Se me había olvidado que ahora estabas con Karl Max... ¡Casi lo mismo que César Vidal, oye! XD

EL TALÓN DE AQUILES
Los aspectos más oscuros de la condición humana a través de su Historia



Es bien conocido por todos que el famoso guerrero Aquiles era invencible en el campo de batalla… salvo por su único punto débil, el talón. Un punto débil que, a la larga, terminaría causando su destrucción.

Partiendo de esta premisa, César Vidal nos presenta una compilación de biografías sobre personajes de notoria importancia a los que su “talón de Aquiles” particular terminó destruyendo (o casi). He aquí una lista con los distintos personajes, sus talones y las páginas asignadas a cada uno de ellos.

-Calígula: el endiosamiento. 14 páginas.
-Abderramán III: el sentimiento de inferioridad. 32 páginas.
-Enrique IV: la falta de carácter. 12 páginas.
-Juana de Castilla: la locura. 20 páginas.
-María Tudor: la esterilidad. 18 páginas.
-Felipe II: la intransigencia religiosa. 26 páginas.
-Pedro III: la admiración hacia los grandes. 14 páginas.
-Napoleón: la hybris (u otra vez el endiosamiento). 16 páginas.
-Edgar Allan Poe: el alcohol. 14 páginas.
-Dostoievski: el juego. 24 páginas.
-Oscar Wilde: la homosexualidad. 22 páginas.
-Lenin: el desprecio por el ser humano. 50 páginas.
-Virginia Woolf: la depresión. 12 páginas.
-Hitler: el nacionalismo. 38 páginas.

El libro, en total (incluyendo un prólogo y un epílogo) tiene unas 300 páginas.

No deja de ser curiosa la selección de “talones” que ha realizado el autor. Alguno considerará políticamente incorrecto incluir entre aquéllos la homosexualidad; pero se matiza que la misma era un talón de Aquiles en una época (como lo fue la Inglaterra del siglo XIX) en la que este tipo de apetencias no podían irse aireando por ahí.

Cada capítulo no es una biografía en sentido estricto, ya que también se incide bastante en el contexto: la Reconquista en el caso de Abderramán, la Revolución Rusa en el de Lenin… Además, algunos personajes se “comen” a otros; así, en el capítulo dedicado a Pedro III casi se habla más de Federico el Grande que del zar ruso, y en el capítulo de Chamberlain unas cuantas páginas tratan sobre Hitler y su “Mein Kampf”.

Desde luego, César Vidal no tiene un pelo de tonto y prácticamente se ha limitado a coger cosas de otros libros que ya tenía sobre los mismos temas (por ejemplo, el de “Hicieron Historia”, también comentado en esta sección), seleccionar algunos trozos y hacer algo más de hincapié en los supuestos protagonistas y sobre todo en sus talones de Aquiles como hilo conductor de los diferentes personajes. La excepción serían los capítulos dedicados a los escritores, que sí representan un contenido inédito.

Por otro lado, los talones están asignados al buen tuntún; así, el “desprecio por la vida humana” podría haberse aplicado a un buen número de esos personajes, empezando por Hitler.

Tampoco me convence el criterio seguido para ordenar los personajes: el año de nacimiento de cada uno. Si bien ello no representa un inconveniente al principio, ya entrado el siglo XX las cosas se confunden; no pega que Woolf esté entre Hitler y Lenin. Claro que el lector puede leerse los capítulos en el orden que le dé la gana.

Otro inconveniente: lo limitado del objetivo de la obra impide poder profundizar en temas de los que sólo se dan algunas pinceladas; a veces el cuadro general resulta algo confuso, y más si tenemos en cuenta que hay algunas erratas de bulto (por ejemplo, una batalla que tuvo lugar en dos fechas completamente distintas) que podrían haberse corregido con un sencillo repaso del texto una vez acabado éste… Debe ser que a César Vidal no le sobra el tiempo. O eso, o la Editorial Planeta está haciendo una chapuza con la colección, o alguien está saboteándola.

A pesar de todo, se trata de una obra no sublime pero sí interesante; amena, aunque algo densa y confusa en algunos pasajes. Será que cada vez le exijo más a César Vidal, y por eso cada vez le pongo más pegas.

Resulta importante tener presente que César es cristiano, protestante para más señas. Así, la naturaleza humana está corrompida desde el principio. Somos criaturas imperfectas con talones de Aquiles, y éstos pueden destruirnos si no nos andamos con ojo. El problema era que, cuando se trataba de alguien importante, la vorágine de destrucción no le alcanzaba sólo a él, sino también en ocasiones a miles… no, millones de seres humanos más o menos inocentes.

Ya te iba a saltar por lo de la homosexualidad como talón de Aquileo hasta que leí eso de "pero se matiza que la misma era un talón de Aquiles en una época" jejeje

También que el talón de Aquiles de Hitler sea el Nacionalismo me parece cuanto menos gracioso, pero bueno.

En fins... me da que tampoco leería este libro de césar Vidal.

De todas formas, buen análisis

¡Gracias por tu comentario! Desde luego, sería más apropiado considerar que el talón de Aquiles de Hitler era "el desprecio por el ser humano"; pero César Vidal coló ahí el nacionalismo de rebote, para poder seguir combatiendo también en este frente a los gobiernos nacional-socialistas de Cataluña, País Vasco y Galicia (una de sus aficiones favoritas).

Y digo yo... en vez de nacional-socialista, ¿no es más corto decir "nazi"?

Es que ya cansa un poco la boca lo de nazi supongo.

En fins, eso de colgar a Lenin el desprecio por la humanidad y a Hitler un mero nacionalismo, me parece, cuanto menos, inadecuado.

De todas formas sigo teniendo la sensación de que el libro este debe ser como ver los defectos de los dirigentes muy a toro pasado, y no me termina de parecer... justo

¿A qué te refieres "ver los defectos de los dirigentes a toro pasado"? Podría ser un interesante tema sobre el que tratar.

Pero eso será mañana. Me tengo que ir... ¡a mi planeta! XD

Pues que ya se sabe lo que había que hacer y lo que no había que hacer. No se cuenta la tensión del momento, las dudas e incertidumbres, la carga del liderazgo

Pueees... Ahora no sabría decirte. Lo consultaré con la almohada y mañana te daré una respuesta. Pero me gusta eso de "la carga del liderazgo". Suena bien.

En fin, tampoco he pensado mucho sobre el tema, pero dije que diría algo sobre ello y aquí estamos.

No creo que sea tanto como "yo habría hecho esto otro, mira lo listo que soy yo que ahora lo sé todo y no como el otro en aquel momento", sino una narración de las decisiones que tomaron ciertos personajes y los defectos que contribuyeron a tomar dichas decisiones. No se trata tanto de un "y si" como de describir los hechos y dejar patente cómo el "talón" de un hombre influyó, nefastamente, en su vida. Así, por ejemplo, cuando Pedro III se convirtió repentinamente en zar de Rusia, su desmedida admiración por su enemigo Federico el Grande le llevó a pactar con él, cuando lo tenía de rodillas, en unas condiciones humillantes para el propio zar.

Si se nota que esas decisiones son erróneas, ello se deduce de las propias circunstancias de ese momento histórico, y no de la perspectiva que se obtiene con el paso de los siglos. Por lo menos, a los rusos no les hizo ninguna gracia los ultrajes de que Pedro III les hacía objeto; de ahí que el pobre, como zar, tampoco durara mucho...

Ummm
De todas formas yo me refería no tanto a un "y si" como a que es muy fácil ver los puntos flacos de los demás, y de los dirigentes, cuando los momentos de prueba ya han pasado.
Ummm
Siento que me estoy agarrando a un clavo ardiendo. Digamos solo que el libro no me simpatizó

Creo que, a pesar de la tensión propia de esos momentos de prueba, un observador de ese mismo entorno podría haber llegado a la conclusión de que aquellas decisiones sólo conducirían a la perdición... De hecho, había gente de la época que avisaba a sus coetáneos de lo que se avecinaba. Churchill, por ejemplo, advertía contra la política de apaciguamiento de Chamberlain con respecto a Hitler. ¿Que luego resultó que los hechos le dieron la razón? Pero si incluso bastaba leer "Mein Kampf" de Hitler para darse cuenta de que el dictador iba a ir a la guerra de todas formas. Otra cosa es que la gente siguiera la estrategia del avestruz y pensara que por desear que no ocurriera algo (otra guerra mundial), ese algo terminaría pasando de largo.

¿Cuánto tiempo puedes aguantar agarrado a un clavo ardiendo, Kamina? XD

EL HIJO DEL HOMBRE
La historia de Jesús contada por sus discípulos desconocidos



500 páginas. Eso sí, el tamaño de la fuente es considerable.

La acción se inicia en Jerusalén, en el año 57 d.C., cuando una turba de judíos furiosos trata de linchar a Paulos (San Pablo), al que acusan de haber introducido a un incircunciso en el Templo. La decidida intervención del centurión romano a cargo de la guardia evita la tragedia, pero Paulos termina dando con sus huesos en la cárcel. Es entonces cuando contacta con él Lucano (San Lucas), a quien Paulos encomienda una importante misión: indagar sobre la vida de Yeshua (Jesús) y preguntar sobre él a la gente que lo conoció, para plasmar todos esos testimonios por escrito en lo que más tarde sería conocido como el Evangelio de San Lucas.

Partiendo de sus vastos conocimientos sobre el tema, César Vidal redacta esta novela siguiendo una mecánica sencilla: salvo en el inicio, la trama se centra en las andanzas de Lucano, que pasa por distintas aldeas y lugares en busca de testigos, recogiendo sus testimonios… de modo que se trata, básicamente, del Evangelio de San Lucas; lectura amenizada por los matices de las conversaciones entre “entrevistador” y “entrevistados”, destacando las interpretaciones y comentarios que siguen a cada fragmento de lo que hoy es un texto sagrado.

Según César Vidal, con las actuales fuentes y pruebas disponibles, no hay nada que indique que los hechos no transcurrieron de ese modo en esa época; aunque, entre los intersicios de lo que está claro, el autor siempre dispone de cierto margen para narrar los hechos de una forma u otra, aunque no por ello sea el resultado menos creíble.

Cabe destacar la sustitución de determinadas palabras por los originales en hebreo; con ello se intenta dar un matiz fresco y auténtico al texto. Al inicio hay un glosario con todos esos términos. Cuesta un poco al empezar, pero luego uno se acostumbra a estas palabras, si bien (al menos para el sencillo lector que no quiere esforzarse más de lo estrictamente necesario) ello resulta más un incordio que una ventaja. Algo parecido ocurre con los nombres: se utilizan los originales, a veces bastante distintos de las palabras castellanas; de modo que en ciertas ocasiones no se sabe bien, por ejemplo, a qué apóstol están haciendo referencia.

Desde luego, el libro de César Vidal no es un texto sagrado; pero su lectura puede resultar algo más amena que la del propio Evangelio o, cuanto menos, añade una dimensión más no carente de interés.

Con todo, debido a lo específico de la temática, resulta aconsejable “ingerir” la obra en pequeñas dosis, lo que resulta sencillo si tenemos en cuenta la brevedad de los capítulos y lo difícil que es perder el hilo, aun de un día para otro.

Otro libro más sobre la vida de Jesús? mae mia. Como si no hubiera ya suficientes...
Y como, no, cada vez que se saca uno más se le cuelga la pegatina de "esta vez nos hemos informado pero bien oiga"

Kamina escribió:

Y como, no, cada vez que se saca uno más se le cuelga la pegatina de "esta vez nos hemos informado pero bien oiga"