LLegada a La Roche. La sangre que hierve, ¡¿Yulan que te pasa?!

Cuando salis del bosque por fin contemplais la bella La Roche. Mientras os adentráis en la ciudad contempláis sus altos edificios, todos ellos hechos con majestuosos materiales y adornados luego hasta el exceso por hábiles artesanos, de tal suerte que hay algunas fachadas que con como esculturas o cuadros.
La gente de la ciudad os mira con marcado desdén, seguramente por vuestras ropas, o por vuestro olor. Entonces es cuando pensáis que deberíais buscar una posada, Anna os da las gracias por haberla acompañado y dice que se tiene que marchar a hacer unas cuantas cosas.

-Si algo detesto es llamar la atención por que huelo mal o visto como una rata. No conseguiremos mucho si no nos cambiamos de ropa y no nos lavamos un poco. Tenemos algo de dinero, así que podrimos comprarnos algo, por lo menos para disimular. Creo que nos quedaremos aquí un par de días por lo menos para descansar y volver a aprovisionarnos bien. Como caballos, que estarían bastante bien.
Bueno pongámonos en encontrar algo de ropa y lavarnos sino lo único que nos aportará esta ciudad será su desprecio.-
Además la tal Anna me ha hecho pensar y me intriga saber quien es
Dice Yulan medio enfadado.


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-Esta bien, ya sabes, lo mismo de siempre, tu y yo venimos e una caravana de acróbatas y yo vengo de los países lejanos de kushistan, por lo que no entiendo vuestro idioma y por eso llevo la cara tapada, ¿ok?, así que no podrás alejarte demasiado de mi, al menos durante el día, nos iremos a una posada y pediremos una habitación, si podemos comer ahí comeremos, luego iremos a una taberna pediremos un monton de comida para llevar y nos irremos, nada más Yulan, no podemos perder el tiempo con esa niña, hay demasiado en juego como para perder el tiempo con una niña que apenas sabe usar una lanza, así que ve preguntando por posadas cercanas que empiezo a tener hambre por favor -dice Yulan en tono medio de reproche



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Con el plan pensado acudís a la primera de las posadas, Yulan intenta hacerse entender con el posadero, pero el dialecto del latín que habla éste os hace imposible entender lo que dice, tras unos cuantos intentos más por fin dais con una con cuyo posadero os podeis entender.
Reservais dos habitaciones que os cuestan 1 pieza de plata cada una.
Acto seguido os podeis sentar a la mesa en el comedor de la planta de abajo porque se va a servir la comida.
Cuando terminais de engullir todos los platos que os sirven es hora de decidir qué hareis por la tarde.

-Ya estamos servidos y limpios solo nos queda decidir cuantas provisiones comprar. Aun así podremos saber quien es Anna mientras hacemos las demás cosas.
Ahora podríamos comprar caballos, así iríamos más rápido a nuestro destino, nos cansaríamos menos y podremos llevar más cosas. ¿Que te parece? ¿Compramos un par?-

Pregunta Yulan a Keira

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-De acuerdo, cualquier idea que nos haga ir más rápido será mejor para nosotros, si además pudieses hablar con alguien que te aconseje buenos caballos que nos aseguren llegar cuanto antes a nuestro destino, y si no lo consigues compra los más caros y ya está, ¿de acuerdo?


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-Pues vamos allá. Esta ciudad parece bastante cara. Tenemos que tener cuidado o nos constaran una fortuna. Será mejor que no hagamos estupideces como la otra vez-


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Por la tarde os marchais a buscar caballos, os percatais de que la ciudad es mucho más grande de lo que al principio pensabais asi que decidis visitar unas cuantas tiendas. La mayoría de la gente va muy bien vestida por la calle y os suelen mirar como si no debierais estar allí.
Yulan se empieza a encontrar mal a media tarde, el cuerpo le duele y tiene bastante frío. Sería conveniente que pensarais si vais a continuar o si mejor os marchais a la posada

-Me siento fatal... creo que voy a tomar un buen resfriado. Vamos a la posada y luego continuamos. No tengo una constitucion tan buena como la tuya, Keira. Tendré que tomar precauciones. Si no... si que la fatidiaré-
Dice Yulan con un tono de voz enfermizo


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-¿Estas bien?, ¿es por algo que has comido? -le pregunto en cuento veo que no puede ocultar su dolor- si te duele demasiado quizá debiéramos irnos a la posada, ¿no Yulan? o quizás a un médico

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-Será mejor que vuelvas, yo iré a comprar los caballos y luego iré a buscarte, no podemos poerder más tiempo y si tu no te encuentras en condiciones ya me encargaré yo, ¿vale? -pregunta Keira algo preocupada

-De acuerdo volveré. No te olvides de pronunciar un acento del sur. Intenta no ser demasiado compulsiva al comprar y comprueba que por lo menos puedan llegar bien al destino.-
Dice Yulan medio dolorido

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-Tranquilo, solo preocúpate de estar mejor cuando nos vayamos al anochecer de la ciudad, espero llegar a Kommerfest dentro de dos días a lo sumo- dice Keira

Después de eso, mientras dejo que Yulan vuelva a la posada me dirijo yo hacia algún establo, después, como no puedo hablar con el que este al mando, procuro con mis pequeños trucos en montar cual puede ser más dócil y de ahí intentar adivinar cuales pueden ser los mejores, luego los señalo para decirle al encargado que quiero esos caballos y le empiezo a dar dinero hasta que el otro crea que es suficiente.


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Keira se dedica a buscar más tiendas y mirar más caballos para poder sacar la mejor venta, al final consigue dos por 15 piezas de oro, en total, el precio es elevado pero la verdad es que ésta ciudad no es conocida por sus bajos precios y ahora tampoco os interesa regatear en el precio sino conseguir dos animales rápidos que os puedan llevar con ligereza al norte.
Yulan por su parte vuelve a la posada y se tumba en la cama, se encuentra realmente mal, todo el cuerpo le duele como si le hubiera pasado una diligencia por encima, al final consigue dormirse.
[Continua en La Pesadilla de Yulan]

Como he encontrado los caballos antes de lo que pensaba y al haber más tiendas de las que esperaba, miro el cataplasma y luego me dedico a mirar por los tenderetes buscando unos parecidos, o sino directamente cojo el frasco y se lo enseño al público para que me diga si lo tiene o no. Si consigo encontrarlo compro los suficientes como para no tener que preocuparme durante un tiempo.

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Los intentso de Keira para encontrar otro producto como el que le dio el profesor son infructuosos, es algo bastante más complicado que comprar caballos y no parece que la gente se entere bien de lo que quieres cuando les enseñas la cataplasma.
Decides volver a la posada cuando empieza a oscurecer para ver como esta Yulan. Cuando regresas lo encuentras tumbado en la cama despierto

Me dirijo hacia la posada para ver como está Yulan después de haber sido en vano mis intentos de intentar comprar cataplasmas, de todas formas no he visto nada valioso o que merezca la pena así que me dirijo para ver si la salud de Yulan ha mejorado, después de asegurarme por supuesto de haber comprado las alforjas y la comida de los caballos.


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Cuando llega Keira de sus compras, Yulan se siente incomodo. No le apetece ver a nadie, tendría que meditar lo que le ha pasado. Pero tiene que esforzarse un poco. Acto seguido de la llegada de Keira Yulan le dice:

-¿Como te ido? Bueno en cuanto a mi me encuentro un poco mejor, si descanso algo seguro que me recuperaré. No flaquearé ahora-


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Con los caballos esperando tranquilamente en el establo y con Yulan encontrándose de nuevo cada vez peor os hora de que penseis si vais a cenar y cual será el plan para el día siguiente.
Ciertamente podríais encargar comida y salir ya mañana a primera hora hacia los grandes lagos, pero, ¿que pasa con Yulan?

-Lo siento Yulan, iré ahora a comprar la comida y luego prepararé todo para que podamos irnos, y si aún estarás enfermo me temo que deberemos continuar incluso aunque estés en ese estado, no nos podemos permitir perder días en que mejoré tu estado cuando cada segundo ahora es muy importante. Lo siento, pero es así, adios Yulan

En ese momento me dirijo a comprar la comida, cuando haya terminado cojo a Yulan y nos vamos a Kommerfest, si siguiera enfermo le pongo conmigo en el caballo para que podemas ir más rápido y con las riendas del caballo cogidos en la otra mano, si llegará a enlentecernos mucho el paso el segundo caballo al ser Yulan más pequeño dejamos el caballo y continuamos con uno solo una vez que hayamos transportado toda la comida.


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Yulan esta demasiado aturdido por la enfermedad como para pensar en que debería hacer o ayudar a Keria a organizar cualquier cosa. Lo único que puede hacer es meditar sobre si mismo y sobre lo que le esta pasando. Durante todo el tiempo que esta con Keira, él permanece en silencio. El sabe que no es solo un resfriado es... algo más raro que eso.


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Keira encarga algo de comida, no le pueden dar mucho porque se tarda en prepararlo todo, así que con lo mínimo imprescindible Keira se da por satisfecha, Yulan esta practicamente inconsciente y por eso apenas puede darse cuenta de que su compañera lo esta montando a caballo, el hechicero se queda tendido sobre el caballo sin fuerzas para poder agarrar las bridas.
Keira nota la elevada temperatura de Yulan cuando se sube a su lado al caballo, pero esto no hace que medite ni por un instante dejarle recobrarse en la posada.
Por las calles solitarias no escucháis otra cosa que el sonido de los cascos de los caballos y los lamentos de Yulan que siente como si el cuerpo se le desgarrara a cada paso que el animal da.
Cuando llegáis a las puertas de la ciudad veis que éstas estan cerradas. Os miran con suspicacia y se percatan perfectamente de que vuestro hogar esta muy pero que muy lejos de aquella ciudad tan señorial.
-¿Que asuntos os traen a estas horas de la noche?
Os dice uno de los cuatro guardias que hay vigilando la puerta,

-¡Mi hermano está enfermo!, parece que tiene una gran fiebre y solo podré curarlo si voy a Kommerfest, por eso necesito que me dejeis pasar, ¡antes de que muera! -exclama Keira muy segura de si misma y con la esperanza de que sea creible su historia

Los rostros de los hombres se llenan de interrogantes y aprovecho este momento para decirles:

-No hay ningún curandero ni nadie capaz de curar la rara enfermedad de mi hermano, solo en Kommerfest podré conseguir la medicina adecuada para su recuperación, ¡debeis dejarme pasar! -vuelve a gritar Keira con coraje y decisión


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[Keira haz una tirada de Persuasión]

Yulan con sus últimas fuerzas y un tono enfermizo dice a susurros a su compañera:
-No...puedo seguir... vuelve a la posada y déjame... descansar. No podría sobrevivir si voy a caballo durante demasiado rato. Keira no puedo ni siquiera... respirar bien por favor vuelve a la posada.


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