Yulan observa cada paso que doy como si esperara a que yo supiese que hacer ahora, empiezo ha andar lentamente y, de espaldas a él, le digo:
-Perdóname Yulan, dame un par de horas, volveré
En el instante entre finalizar la frase y que a Yulan le de tiempo a parpadear a mí me ha dado tiempo a moverme lo suficiente como para que no me vea, no puedo hacer lo que ahora voy a hacer delante de él, se derrumbaría.
Suelto la espada que golpea con un estrépito metálico al suelo lo que para mi son horas, cada golpe bien en la hoja o bien en el pomo me produce un estallido en mi mente.
Y entonces lloro, lloro como jamás en mi vida he llorado.
No me siento bien por matar a mi adversaria, conocer a quien matas es aún más difícil del acto en si de arrebatarle la vida a una persona, no es una sombra enmascarada o un malvado ser, era una persona, cuya vida me ha legado contándome su historia.
Me siento vivir en el pasado, recuerdo como sesgaba Yulan y yo cada vida de la Ordo Dracul hasta que no quedó nadie más que dos de siete que eran, todos ellos con motivos erróneos pero eran humanos que trataban de cambiar algo; aunque fuera malo ellos no lo creían así, solo querían que ese ser no volviese a causar más daño.
Lo peor de todo es que podría haberla convencido de deponer sus armas, podría haber sido una aliada más, su muerte no ha cambiado nada excepto más sangre en mis manos, podría haber sido diferente.
No me gusta volver a matar gente porque ellos estén en razones equivocadas, no me gusta volver a sentir la impotencia por enfrentarme a un poder que me rebasa, no me gusta sentirme utilizada por gente más grande que yo con oscuros propósitos aún desconocidos, no me gusta saber que es probable que tenga que matar a los otros nueve, y eso sin contar ni a Usul ni a Nashim, por una extraña conspiración que la propia Conventum ha creado.
Me odio, me odio porque no soy lo suficientemente fuerte ni inteligente como para saber quíen está jugando conmigo y con Yulan, y también me odio porque sí soy lo bastante fuerte como para asesinar a enemigos que podría haber salvado.
Todo se repite.
Lloro, lloro hasta que las lágrimas se me secan, hasta que mi lengua se queda seca de tantas maldiciones que profiero en el cielo injusto, hasta que me quedo tan agotada que finalmente duermo...
...
Cuando Yulan me observa ha caido la noche, han pasado mucho más de dos horas, pero Yulan no me lo reprocha, y es algo que se lo agradezco enormemente.
Me observa con seriedad y le devuelvo un rostro de fingida sonrisa cálida, pase lo que pase debo intentar por todos los medios transmitirle a Yulan una seguridad y calidez, porque si él también cae...
-Por las conclusiones que hemos podido averiguar de la Memoria de la Guardiana, sabemos que hasta el momento hay dos de la Conventum en la conspiración, en primer lugar tenemos al Cardenal, y en el segundo lugar irremediablemente tenemos a Yorik, primero porque él fue quien nos envío hasta aquí y además él sabía con quien nos íbamos a encontrar, él mismo se aseguró de que matásemos a Mulkuth y por eso la preparó a ella, esfumándose después a Abel sabe donde.
>>Por otro lugar, si el dicho de "el enemigo de mi enemigo es mi aliado" es cierto tenemos a un posible aliado, Netzah, ya que si él intento prevenir a Mulkuth de una presunta conspiración tras la creación del nuevo Tiempo, podemos suponer con cierta seguridad que él no puede estar dentro de ella.
>>Por último tenemos a Hod, esperemos que sea más de parte de Netzah que de Yorik
Le hago un gesto a Yulan y volvemos a bajar hacía el Nodo:
-Un nodo, Mulkuth ha dicho que había más nodos, por lo que supongo que también habrá más guardianes, no obstante no parecía que todos fueran guardianes porque sino supongo que en vez de "hermanos" se habría referido a ellos como "guardianes", tal como dijo Yorik a ella.
>>¿Y qué es un nodo?, ni idea, tu dijiste anteriormente Yulan que sentías una gran emanación de poder, ¿la sigues sintiendo?, ¿esa luz que ha desaparecido era el nodo?, ¿qué diablos es un nodo?
Mientras Yulan me responde con todo lo que puede seguimos bajando, la verdad es que con tantas escaleras que son da para que Yulan me haga una disertación bastante detallada, finalmente cuando bajamos observo el cadáver de Mulkuth, me acerco a ella (si es que está y no ha desaparecido):
-Descansa en paz, fue una batalla veraz ya que ambos nos empleamos plenamente, ve al Río sabiendo que tu fallecimiento no será en vano
Se me escaparían lágrimas ahora de no ser porque no me queda nada más que llorar:
-Yulan por favor, ayúdame con tu magia para saber que clase de ser era ella, parecían inmortales como Khalib y ellos, ¿son alguna especie de "monstruos" con aspecto humano?, ¿o conceptos con forma humana o algún tipo de energía es estado puro?
Mientras Yulan hace uso de su amplio repertorio mágico observo el arma (si es que está o si las garras se han transformado en el rifle o el rifle ha desaparecido), la sostengo y pruebo si todavía funciona y si se puede usar o algo parecido.
Con toda la delicadeza que se puede hacer en este momento, examino empíricamente a Mulkuth, observo si lleva algo más en bolsillos o cualquier tipo de contenedor, observo su sangre, si sangra, si sabe a sangre, si tiene realmente forma humana o el color de su pelo, cualquier tipo de indicio primitivo que efectivamente me permita decir si era humana o si tiene algún tipo de cualidad especial que bien podría ser de clase sobrenatural o que es de alguna etnia racial que yo no reconozco.
Por último pero no menos importante me fijo en el nodo, es decir, el pozo, si puedo bajar al pozo, cuanta extensión tiene, si hay algo más destacable de lo que ya es de por sí, si puedo sentir su energía y si la hay si es manipulable, si puedo intentar (con la experta ayuda de Yulan en las ciencias ocultistas) su funcionamiento, si se podría replicar, las características del pozo e ideas (preguntándoselo a Yulan) de por qué está aquí. Como tampoco sé muy bien a donde dirigirnos ahora mismo no tengo reparos en tardar lo necesario para que Yulan me pueda responder todas estas preguntas con suficiente seguridad, dándole todo el tiempo que necesite a analizar el artefacto.