El cine en general tiene estos inconvenientes que tú has mencionado: precio excesivo, más el precio de bebidas y palomitas, las esperas y colas, toda esa gente gritando y molestando, que si el tipo más alto del mundo se sienta justo delante, o el bebé más llorón detrás... ¡No aguanto a los &%(/$)@ que se ríen cada dos por tres, con su maldita risa de )($&/(%&@!
Los tráilers... parece que van a desaparecer. O por lo menos, se disuelven en anuncios como los de Leche Paco (¡no voy a haceros la publicidad, malditos!) y en advertencias que presuponen que tú eres un malvado pirata que ha ido al cine a piratear. Ni aquí dejan de pensar que tú puedas ser un delincuente en potencia...
Luego está la película en sí. No nos vamos a engañar: la mayoría sirven para pasar el rato, ¡pero al precio de tener que apechugar con todo lo anterior! Y aunque una película sea buena, casi mejor esperar un poco y verla en casa; el descerebrado que se ha sentado a tu lado estará dando muestras de su exasperación porque "no matan a nadie".
Y en lo que respecta al cine español... ¡Bah! Sí, señoras y señores, un gran ¡bah! Salvo las obras escogidas de unos pocos directores, todas las películas españolas son directamente una mierda. ¿Pagar para ver algo que parece uno de esos bodrios que echan en la tele entre semana después de comar? ¡Anda y que te...! Lo que más me fastidia es esa supuesta Ley del Cine; como todos los actores y actrices de pacotilla lloran como niños mimados, porque la gente no va a ver sus películas de mierda y ellos no pueden gastar más dinero en drogas, entonces lloriquean y llega "papá Estado" y... ¡hala! Las salas tienen que proyectar por narices esas "películas". Se reparten abundantes subvenciones... ¡que salen de nuestro bolsillo!
Y lo peor de todo es que nos echan la culpa a nosotros. ¡A nosotros, los españoles, por no implicarnos, por no ir a apoyar a nuestro cine español! Un cine que la mayoría de las veces nos insulta, nos escupe y nos desprecia.
Es patético.