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| Libros de C. S. Lewis | |
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Cantidad de envíos : 5764 Fecha de inscripción : 22/01/2008
| Tema: Libros de C. S. Lewis Dom Nov 16, 2008 12:13 am | |
| En los siguientes días, semanas, meses... iré posteando acerca de algunos libros de este autor tan conocido recientemente por las versiones cinematográficas "Las Crónicas de Narnia"... Sin embargo, C. S. Lewis, buen amigo de Tolkien, era más bien un genial ensayista y humanista, siendo una de sus obras más representativas (en mi humilde opinión) las sublimes "Cartas del Diablo a su Sobrino". En éste y otros títulos similares centraré mis ulteriores análisis. Espero poder acercaros un poco más a este gran autor.
Edito - Aquí os dejo una breve reseña biográfica sobre C. S. Lewis. Concretamente, es lo que aparece siempre en una de las solapas de sus libros.
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Nacido en Irlanda en 1898, C. S. Lewis se educó en el Malvern College durante un año, y luego privadamente. Fue “Fellow” y “Tutor” en el Magdalen College desde 1925 a 1954. En este último año fue nombrado “Professor” de Literatura Medieval y Renacentista en Cambridge. Como docente se hizo muy popular, y ejerció una profunda influencia en sus alumnos.
Ateo durante muchos años. C. S. Lewis describió su conversión al cristianismo en su obra “Cautivado por la alegría”: “Acepté el término Trinidad en 1929, y admití que Dios es Dios… Era yo quizá el más despreciable y reacio converso de toda Inglaterra”. Esta experiencia personal le ayudó a entender la indiferencia y el rechazo hacia la religión.
Dotado de una inteligencia excepcionalmente brillante y lógica, y un estilo claro y vivo, llegó a ser uno de los escritores más influyentes de nuestro tiempo. “Cartas del diablo a su sobrino”, “Mientras no tengamos rostro”, “Los cuatro amores”, “Mero cristianismo” y “Dios en el banquillo” son algunas de sus obras más célebres. También escribió libros para niños (“Las Crónicas de Narnia”) y literatura fantástica (“La Trilogía de Ransom”), además de muchos trabajos de crítica literaria. Las traducciones de sus libros son conocidas por millones de personas en todo el mundo.
Murió el 22 de noviembre de 1963, en su casa de Oxford. | |
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Cantidad de envíos : 5764 Fecha de inscripción : 22/01/2008
| Tema: Re: Libros de C. S. Lewis Sáb Dic 06, 2008 12:51 pm | |
| CARTAS DEL DIABLO A SU SOBRINO. Unas 140 páginas. Se trata de una pequeña gran obra, la más característica de C. S. Lewis y la más editada y leída de las que confeccionó en vida. La obra se inicia con un prólogo del propio Lewis en el que expone sus creencias: él cree en el Diablo, pero no como igual a Dios, ya que lo Malo no es sino la corrupción de lo Bueno; lo Malo necesita a lo Bueno para existir y no puede hacerlo por su propia cuenta en un plano de igualdad. Así, algunos ángeles y arcángeles, abusando de su libre albedrío, se enemistaron con Dios y se constituyeron en lo que conocemos como Infierno. Por otro lado, tal y como señala lúcidamente el autor, es absurdo creer que los ángeles tienen alas de pájaro y los demonios alas de murciélago. Son sólo representaciones de entes cuya auténtica forma desconocemos; y como a la gente le gustan los pájaros y le desagradan los murciélagos, de ahí ese elemento tan característico. Sin embargo, Lewis afirma que él prefiere a un murciélago antes que a un burócrata. Los peores crímenes no se cometen ya en las “guaridas de ladrones” de Dickens, sino en oficinas limpias y pulcras; los campos de concentración son la consecuencia visible de las decisiones que pueden haber tomado unos hombres impolutamente vestidos sin necesidad siquiera de alzar la voz. La idea del Infierno como la Administración de un Estado totalitario permite comprender por qué seres cargados de odio y resentimiento como son los demonios cooperan entre ellos: por miedo a los castigos, ya que hay Infiernos más profundos todavía para los desobedientes y para los que fracasan. Así, bajo la capa de superficial cortesía y buenos modales, se ocultan las ansias de devorar a otros para aumentar a sus expensas… si bien, al final, todos serán devorados a su vez por el Diablo, como si de una araña hinchada e insaciable se tratara. Permitidme citar uno de esos párrafos tan lúcidos y geniales de Lewis. “En la vida humana hemos visto la pasión de dominar, casi de digerir al prójimo; de haber de su vida una mera prolongación de la propia: odiar los odios propios, sentir rencor por los propios agravios y satisfacer el propio egoísmo, además de a través de uno mismo, por medio del prójimo. Por supuesto que sus pequeñas pasiones deben ser suprimidas para hacer sitio a las propias, y si el prójimo se resiste a esta supresión está comportándose de forma muy egoísta. En la Tierra, a este deseo se le llama con frecuencia “amor”. En el Infierno, me imagino, lo reconocen como hambre.” En este contexto, el autor nos ofrece la recopilación de las “Cartas” que publicó semanalmente durante cierto tiempo en un periódico. Estas cartas están escritas por el diablo Escrutopo a su “querido” sobrino Orugario, que está desempeñando su misión de tentador (o “demonio de la guarda”) en la Tierra. La idea es atraer al Infierno al paciente (así es como llaman a la persona a la que el diablo en cuestión tiene que tentar) para, literalmente, engullir su ser y así satisfacer las propias ansias. Escrutopo le da consejos a su sobrino para asegurarse de que el paciente va encaminándose, paso tras paso, a la morada de “Nuestro Padre de las Profundidades” (el Diablo), bien lejos del odioso “Enemigo” (Dios) al que combaten con denuedo. Es curioso que un demonio exprese lo que un ser humano “debería hacer”… pero claro, es para recomendarle luego a su sobrino cómo conseguir, precisamente, el efecto contrario. Lewis reconoció que, pese al humor que supone oír esas cosas en boca de un ser totalmente desprovisto de humor, y pese a la facilidad con la que se explota la idea de las “Cartas”, se “dejó el alma” escribiéndolas; en el sentido de que ponerse en la piel de una criatura tan retorcida y torturada es un trabajo árido, agotador y arduo, siendo ésta la obra con la que menos disfrutó mientras escribía. Posteriormente, ya recuperado, Lewis volvería a abordar el tema, pero desde la perspectiva de un discurso, en “El diablo propone un brindis”. Para concluir, quisiera ilustraros con algunos comentarios que Escrutopo le hace a Orugario en sus cartas; cartas, por cierto, de breve duración, que permiten una lectura tranquila y pausada (el mejor método para que su contenido pueda “calar” en el lector). “¿De qué sirve que te lamentes de tus dificultades? Si estás actuando de acuerdo con la idea de “justicia” del Enemigo e insinuando que tus posibilidades y tus intenciones debieran tenerse en cuenta, entonces no estoy muy seguro de que no te estés haciendo merecedor de una acusación de herejía. En cualquier caso, pronto verás que la justicia del Infierno es puramente realista, y que sólo le interesan los resultados. Tráenos el alimento, o sé tú mismo alimento.” “¿No estarás pecando de ingenuo? Parece como si creyeses que los razonamientos son el mejor medio de librarle [al paciente] de las garras del Enemigo. (…) El mero hecho de razonar despeja la mente del paciente y, una vez despierta su razón, ¿quién puede prever el resultado?” “Acuérdate de que estás ahí para embarullarle [al paciente]; por cómo habláis algunos demonios jóvenes, cualquiera creería que nuestro trabajo consiste en enseñar.” “¡Cuánto mejor para nosotros si todos los humanos muriesen en costosos sanatorios, entre doctores que mienten, enfermeras que mienten, amigos que mienten (…) prometiendo vida a los agonizantes (…)!” “Nosotros queremos ganado que pueda convertirse fácilmente en alimento; Él [el Enemigo] quiere siervos que finalmente puedan convertirse en hijos. Nosotros queremos sorber; Él quiere dar. Nosotros estamos vacíos y querríamos estar llenos; Él está lleno y rebosa.” “Una religión moderada es tan buena para nosotros como la falta absoluta de religión –y más divertida.” “El camino más seguro hacia el Infierno es el gradual: la suave ladera, blanda bajo el pie, sin giros bruscos, sin mojones, sin señalizaciones.” “Tiene gracia que los humanos nos pinten dándoles ideas, cuando nuestro mayor trabajo consiste precisamente en evitar que se les ocurran.” “En el fondo, [el Enemigo] es un hedonista (…): ha llenado su mundo de placeres. Hay cosas que los humanos pueden hacer todo el día, sin que a Él le importe lo más mínimo (…). Todo ha de ser retorcido para que nos sirva de algo a nosotros.” En resumen – Una broma compacta, interesante y enriquecedora. Cada frase es sustanciosa. Nada tiene desperdicio. PD – Naturalmente, Lewis reconoce que ésta es su idea sobre todo el asunto… lo que no significa que sea cierto. Aun así, para los que no compartan su postura, “Cartas” será una representación simbólica de esa realidad. | |
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Cantidad de envíos : 5764 Fecha de inscripción : 22/01/2008
| Tema: Re: Libros de C. S. Lewis Jue Dic 25, 2008 1:02 pm | |
| El Gran Divorcio (Un Sueño) Tiene unas 150 páginas y un tamaño de fuente considerable. Podría parecer fácil y rápido de leer… pero es denso y, para aprovecharlo al máximo, es mejor tomárselo con tranquilidad. En respuesta a “El matrimonio del cielo y el infierno” de un tal Blake, C. S. Lewis escribió “El Gran Divorcio”, obra en la que sostiene que de ningún modo es posible llegar a una especie de gris, es decir, el tono intermedio entre lo blanco o bueno y lo negro o malo. No podemos pretender salvarnos y al mismo tiempo quedarnos con algunos pecadillos que nos gustan. Nada de “hágaselo usted mismo a su manera”: o esos pecados que te reservas corrompen todo lo demás y vas al infierno, o matas el pecado para poder nacer a la Nueva Vida. Algo que podría parecer duro se explica amenamente en esta especie de cuentecito onírico; un sueño, como bien indica el título. El autor cree haber muerto y aparece en una ciudad abandonada y gris, iluminada ¿permanentemente? por un mortecino atardecer que no llega a convertirse en noche, de extensión inconmensurable porque sus moradores no se soportan y se separan cada vez más unos de otros. Sin embargo, hay una parada de autobús que lleva hacia arriba, hacia una verde y hermosa pradera en la que el sol no se decide a salir, aunque ya prácticamente ha amanecido. Allí, en comparación con la ciudad, todo es mucho más nítido y sólido; los que llegan en autobús casi son traslúcidos, como fantasmas, mientras que los que están esperándoles en la pradera son conocidos como “la gente sólida”. Ya desde que se monta en el autobús, el autor traba conversación con algunos pasajeros. Después, allá arriba, tendrá la ocasión de escuchar conversaciones entre los fantasmas y la gente sólida; éstos se ofrecen a ayudar a aquéllos a atravesar la pradera hasta más allá de las montañas, allí donde el sol está a punto de salir… pero sólo si los propios fantasmas están dispuestos a admitir esa ayuda. Muchos de éstos se resisten a cambiar y prefieren volver a su existencia gris y vacía en lugar de enfrentarse a esa experiencia iluminadora y purificadora. El autor termina encontrándose con George McDonald. Cito textualmente la correspondiente aclaración contenida en una nota a pie de página. “Escritor escocés. Lewis le consideró siempre su maestro, no sólo en literatura. McDonald tuvo una influencia decisiva en su conversión.” Igual que Virgilio mostraba el camino a Dante, McDonald le echa una mano a Lewis… Conversaciones muy reveladoras (trabadas entre ellos mismos, o escuchadas en boca de otros) se suceden una tras otra hasta que, de pronto, llega el final… y es que todo esto, al fin y al cabo, no era sino un sueño. “Algo” me dice que este hilo no ha tenido una acogida tumultuosa. Por ello, sin ánimo de ser exhaustivo, mencionaré algunas ideas que Lewis deja caer a lo largo de “El Gran Divorcio” y que conectan con lo plasmado en otras de sus obras. -No puede considerarse a Dios un medio para poder acceder a “aquello que realmente amamos”. Por algo se dice que “amarás a Dios sobre todas las cosas”. -Tras la muerte, el punto de partida es ese lugar gris y vacío. Si durante la vida terrenal tomaste ciertas decisiones y te convertiste en una determinada persona, podrás llegar al Cielo e incluso ese gris inmediatamente anterior habrá formado parte de él. Si te quedas en el vacío, entonces estarás en el infierno. -Los pecados no dan placer, pues no son más que un placer retorcido. Matando el pecado es como podemos acceder a ese placer en toda su plenitud… aunque, una vez que hayamos llegado a ese punto, el placer ya no tendrá tanta importancia para nosotros. -No puedes pretender regatear, es decir, quedarte agarrado a los extremos opuestos y formar parte al mismo tiempo de dos cosas antitéticas. Renunciar a algunas cosas que dabas por hechas cuesta, pero luego dejan de tener tanta importancia; y, desde luego, uno “sale ganando” con el cambio. Y hay mucho más. La verdad es que se puede sacar un buen provecho de “El Gran Divorcio”. Supongo que también depende de la disposición con la que se lee. Yo, por lo menos, lo recomiendo. PD – Se me olvidaba comentar una idea bastante interesante. Nuestra percepción de la realidad resulta limitada, ya que vivimos en el tiempo y vemos cómo los acontecimientos se suceden uno tras otro. Sin embargo, Dios lo ve todo sin estar sometido a esos límites. Por tanto, la idea de que Dios ve el presente igual que nosotros pero sabiendo lo que vamos a hacer es errónea. Realmente, Dios sabe lo que vamos a hacer porque ya nos ha visto haciéndolo en el futuro. Esta idea también se expone en “Mero Cristianismo”, otra obra de Lewis de la que hablaré más adelante. | |
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Cantidad de envíos : 5764 Fecha de inscripción : 22/01/2008
| Tema: Re: Libros de C. S. Lewis Vie Dic 26, 2008 11:50 am | |
| MERO CRISTIANISMO Tiene unas 230 páginas. Se trata, en mi humilde opinión, de una colosal obra de C. S. Lewis, repleta de grandes ideas y de respuestas a grandes preguntas. Puede que no estés de acuerdo con todo lo que escribe el autor, pero resulta refrescante leer algo expresado con tanta claridad y originalidad, y encima acompañado de sencillos ejemplos e ingeniosos comentarios que amenizan todavía más la lectura. Aun siendo denso y susceptible de un estudio tranquilo y pausado, “Mero Cristianismo” también puede leerse con esa avidez que propicia el inconfundible estilo de Lewis. El origen de “Mero Cristianismo” radica en una serie de charlas radiofónicas impartidas por Lewis; éste, posteriormente, las pondría por escrito y ampliaría sus contenidos. La influencia del estilo radiofónico contribuye a dar una sensación de vivacidad y agilidad muy característica de esta obra. Además, para “fijar conceptos”, al final de cada capítulo (normalmente de duración breve, lo cual facilita aún más la lectura) se resumen las ideas que se han ido exponiendo. La obra empieza por el principio. ¿Por qué creemos que hay cosas que están bien y cosas que están mal? ¿Existe una ley natural que nos fue dada? ¿Por Quién? ¿Es Alguien bueno, Alguien malo o las dos cosas al mismo tiempo? Si es lo primero, ¿qué ocurre con las diversas religiones monoteístas? ¿Por qué va a ser el Cristianismo más acertada que las otras? Como veis, se empieza desde el principio y poco a poco se va concretando, hasta exponer lo más destacado de lo que podríamos denominar “moral cristiana”. De hecho, creo que no estaría de más transcribir el índice del libro, para que así podáis haceros una mejor idea de su contenido. LIBRO I – VERDADES Y FALSEDADES COMO CLAVES PARA COMPRENDER EL UNIVERSO. 1. La ley de la naturaleza humana. 2. Algunas objeciones. 3. La realidad de la ley. 4. Lo que yace detrás de la ley. 5. Tenemos un motivo para estar inquietos. LIBRO II – LO QUE CREEN LOS CRISTIANOS. 1. Las concepciones rivales de Dios. 2. La invasión. 3. La chocante alternativa. 4. El perfecto penitente. 5. La conclusión práctica. LIBRO III – EL COMPORTAMIENTO CRISTIANO. 1. Las tres partes de la moral. 2. Las “virtudes cardinales”. 3. Moral social. 4. La moral y el psicoanálisis. 5. Moral sexual. 6. El matrimonio cristiano. 7. El perdón. 8. El gran pecado. 9. Caridad. 10. Esperanza. 11. Fe. 12. Fe. LIBRO IV – MÁS ALLÁ DE LA PERSONALIDAD O PRIMEROS PASOS EN LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD. 1. Hacer y engendrar. 2. El Dios Tripersonal. 3. El tiempo y más allá del tiempo. 4. La buena infección. 5. Los obstinados soldados de juguete. 6. Dos notas. 7. Finjamos. 8. ¿Es el Cristianismo fácil o difícil? 9. Calculando el precio. 10. Buenas personas u hombres nuevos. 11. Los hombres nuevos. Lo curioso es que Lewis concibió “Mero Cristianismo”, en un principio, como una obra dirigida a los no cristianos que querían saber más sobre el tema. Así, en “Mero Cristianismo” se trata sobre lo básico, sin entrar en materias acerca de las cuales discrepan las distintas confesiones religiosas dentro del Cristianismo. Por ejemplo, no se habla de la Virgen María, ya que las posturas de católicos y protestantes al respecto son diametralmente opuestas; y una discusión de tal carácter espantaría (en lugar de atraer) a esos no cristianos a los que se supone que va dirigido el libro. Sin embargo, éste resulta igualmente recomendable para los cristianos, ya que contribuye a aclarar ciertas ideas y ayuda a recordar cosas básicas que, sin embargo, paradójicamente, suelen caer en el olvido. A continuación, y sin ánimo de ser exhaustivo, voy a hacer una breve referencia a algunas de las ideas que me han llamado la atención. -A lo largo de cada día, vamos tomando decisiones que nos cambian y nos pueden convertir en algo parecido a un ángel o en algo parecido a un demonio. -No basta con cumplir unas ciertas reglas en momentos puntuales. Es necesaria una determinada actitud durante las 24 horas del día. -Naturalmente, al tener un alma y un cuerpo, los factores de éste van a influir en nuestro estado de ánimo. Así, puede que la sensación de “estar en paz con uno mismo y con el resto del mundo” haya sido propiciada, en gran medida, por una buena digestión. Es por ello que, cuando nos encontramos mal, realmente estamos más cerca de demostrar lo que somos al margen de los factores físicos favorables. Decir “perdona que esté tan irritable, es que me duele la cabeza” es una triste excusa que no sirve para ocultar la necesidad de mejorar como persona. -¿Quién me he creído que soy para juzgar a los demás y creerme mejor que ellos? ¿Acaso puedo garantizar que, en esas mismas circunstancias, yo no me habría conducido de la misma manera? Nunca podré asegurarlo con certeza. Por eso hay que dejar lo de juzgar a Dios. -Recordemos la parábola de los denarios. Al que se le da más, también se le exige más. No basta con ser “una buena persona”, sobre todo si ello se debe principalmente a factores físicos favorables; tienes que ir más allá y aprovechar al máximo la “materia prima” de que dispones. -Hay que ser como niños para entrar en el Reino de Dios, pero también hay que ser como serpientes. No sirve de nada hacerse el imbécil a propósito. Hay que tener la buena disposición de un niño en lo que respecta a ir más allá de las apariencias, buscar la Verdad y no consentir la injusticia. Pero que no te la jueguen. -Hay que amar a los enemigos… pero eso no significa que haya que sentir cariño por ellos. Hay que recordar que ellos también han sido creados a imagen y semejanza de Dios, hay que compadecerse de sus fallos y errores, hay que desear que alcancen sus potencialidades inherentes… Pero, llegado el caso, nada impide matarlos si, por ejemplo, estamos en guerra. “No matarás”, en el original, podría traducirse más aproximadamente como “no asesinarás”. No toda muerte es un asesinato. Lo importante es no disfrutar con ello, ni sentir odio hacia los enemigos. Puede que esto último resulte algo chocante, pero hay que tener en cuenta que, cuando Lewis escribió esto, Inglaterra acababa de salir del más sangriento y terrible conflicto que viviría la Humanidad en todo el siglo XX: la Segunda Guerra Mundial. De hecho, en “Mero Cristianismo” hay un número considerable de ejemplos relacionados con la WWII. En este sentido, en el libro se afirma que vivimos en un mundo ocupado por el Diablo. Nosotros decidimos si nos ponemos de su parte o si nos incorporamos a las filas de la Resistencia. El Día del Juicio Final, Dios invadirá este mundo… y se sabrá de parte de quién estaba cada uno. Desde luego, no se puede estar de parte de Dios y de parte del Diablo al mismo tiempo. En resumen – Una obra muy recomendable. Si tuviera que quedarme con uno solo de los libros de Lewis, quizás escogería éste; y eso que “Cartas del diablo a su sobrino” me gusta un montón. | |
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