Algunos fragmentos traducidos de www.cracked.com

Yo duermo todo lo a oscuras que me sea posible XD

Una razón más para desconectar el cable de alimentación al portatil cuando duermo, porque emite una luz azul de que te cagas

Je je... Aunque no lo he encontrado en mejor calidad, tenía que poner este vídeo.



Yo también procuro dormir tan a oscuras como sea posible.

He dejado pasar suficiente tiempo como para que asimiléis lo revelado hasta ahora de los horrores que van minando poco a poco vuestra cordura...

Podéis intentar trabajar en un sitio tranquilo, podéis esforzaros en evitar ruiditos y lucecitas; pero jamás podréis escapar de...

2. ¡El campo geomagnético! ¡Muajajajaja! [Nota: los signos de admiración y la risa malvada son añadidos míos.]



El campo es una ola gigante de energía magnética que se extiende desde el núcleo terrestre hasta el espacio, donde a veces se encuentra con los vientos solares. En ocasiones, el sol se tira lo que podría considerarse un pedo enorme en dichos vientos. Esto causa una erupción de llamas solares jodidamente grandes que pueden alcanzar el tamaño de diez Tierras, dirigiéndose hacia nuestro campo geomagnético con toda la sutileza que esperarías de un pedo solar gargantuesco.


Y a continuación en Sci-Fi: Pulpo Magnético Gigante vs El Sol.

Esta perturbación alcanza la tierra con una variedad de efectos de cuidado, como cambios repentinos en el tiempo y en la parrilla electromagnética. El campo geomagnético puede hacer que incluso tu retrete deje de funcionar, porque al universo le encantan las pequeñeces miserables como ésas. Pero tener que llamar al fontanero y explicarle, mientras mantiene su cuidadosa cara de póker, que un pedo espacial ha vuelto a estropear tu retrete no es en realidad, la parte estresante del campo magnético. No, eso va directamente a tu cerebro.

El factor estrés:

Los científicos han descubierto conexiones bastante probables y puñeteras entre los periodos de actividad geomagnética elevada y el estrés. Y no cualquier clase de estrés, no: aquí estamos hablando de depresiones peligrosas. Durante las últimas cinco décadas, los picos de geomagnetismo y suicidios tienden a coincidir. Otro estudio descubrió que entre el 10 y el 15 % de la población parece verse constantemente afectada por actividad geomagnética.


Los ingleses siempre están topándose con esa cosa.

Aunque los comos y porqués detrás de este fenómeno no están enteramente claros, la teoría dominante sugiere que las tormentas geomagnéticas están trasteando con nuestra glándula pineal: la parte del cerebro que percibe el magnetismo a la manera de los animales. Sin embargo, la glándula pineal no usa sus poderes magnéticos por la misma razón que los animales (que los usan para orientarse). Nuestro cerebro los usa para dirigir los ritmos circadianos (nuestro reloj interno) y la producción de melatonina. Sí, otra vez estamos con la melatonina.


"¿Podría apagar alguien las maravillas de la existencia?"

Así que, del mismo modo que las luces ténues de tu dormitorio alteran tu producción de melatonina, también lo hace esto. Y como ya señalábamos antes, la melatonina ayuda a decidir de qué humor te vas a levantar hoy. Lo que, aparentemente, depende de cómo esté de flatulento el Sol en ese momento.

Y con este último post, llegamos al final de la serie de "cosas que te estresan incluso sin darte cuenta."

Nota: debido a ciertas complicaciones técnicas, no pondré las imágenes en esta ocasión...


1. Smartphones

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El smartphone es el objeto representativo de la decada del 2010, al igual que los iPods lo fueron en el 2000 y la cocaína en el 1980. Todo el mundo y su madre tiene uno, y es fácil ver por qué: te permite leer el correo en cualquier momento, siempre tienes a mano un calendario y, cuando te diriges a esa reunión tan importante y tienes la impresión de que te estás olvidando de algo, puedes echar un vistazo rápido en internet y ver algo de porno para que tu mente deje de darle vueltas.

Es difícil ver cómo un aparato como ése podría causar estrés. Si acaso, debería aliviarlo. ¿Acaso no es mejor divertirse con un juego del iPhone en la sala de espera del dentista que esperar en silencio? ¿No es mejor saber que tu mujer puede llamarte en cualquier momento si surge algún problema que no saberlo?

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Aunque "olvidarse" el iPhone te evita las preguntas incómodas sobre a quién has vendido tus hijos.

El Factor Estrés:

¿Has sentido alguna vez "vibraciones fantasma"? Sabes de qué estams hablando: es cuando crees que has sentido una vibración porque te ha llegado algo y, sin embargo, cuando compruebas el iPhone, no ha pasado nada. Estrés inducido por el smartphone... ¡zas!, en toda la cara.

Se llama "ciclo de estrés útil" y funciona así: compras un smartphone pensando que te vendría bien una ayuda para organizar tus tareas y tu horario. Pero, ahora, el resto del mundo sabe que lo tienes. Tu capacidad de mantenerte en contacto mientras estás fuera (o en casa, o en una fiesta, o en la iglesia, o...) no es considerado un extra por el resto del mundo. Ahora lo esperan. Así que ahora no es sólo que esté bien que puedan contactar contigo si surge algo, es que se sobreentiende que tienes que permanecer al tanto de todas las situaciones. Está claro, estudios al respecto demuestran que tus niveles de estrés aumentan cuanto más a menudo revisas tus mensajes y correos.

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"Vaya. Sigo sin tener amigos."

Y eso hace que sea casi imposible centrarse en la tarea que tienes entre manos, incluso cuando esa "tarea" es un picnic con tu mujer o la fiesta de cumpleaños de un niño en el Happy Swing. Cada vez que compruebas tu email, tardas 64 segundos hasta que puedes volver a centrarte en lo que sea que estuvieras haciendo antes. Para la gente que está comprobándolo cada pocos minutos, esto implica un desperdicio de horas y horas de buena actividad cerebral cada semana.

La gente termina obsesionada con los sonidos y zumbidos de sus aparatos por la misma razón por la que apostar es adictivo; si una persona sólo consigue una recompensa (con un mensaje o una buena apuesta) ocasionalmente a intervalos aleatorios, seguirá comprobando y repitiendo esa acción... porque la recompensa podría llegar en cualquieeeeeer momemnto.

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"Por favor, confirma que has recibido las mismas 40 fotos de gatitos. Mamá"

Esta vez no tiene nada que ver con el estrés; se trata de una cosa que leí en Cracked y me hizo gracia, sobre todo por la acertada combinación de texto e imágenes. Sólo he traducido al primer villano, pero en el artículo original tenéis los otros cuatro, por si acaso.


Villanos que lo intentaron prácticamente todo para sabotear sus propios planes.
http://www.cracked.com/article_19944_5-villains-who-went-out-their-way-to-screw-their-own-plan.html

Si eres del tipo de persona que disfruta analizando las películas, la manera más sencilla con diferencia (y más divertida) de empezar es volviéndolas a ver desde la perspectiva del villano. ¿Qué pretende el villano en realidad? ¿Tiene algún sentido lo que hace? Normalmente las respuestas dan vergüenza ajena.

Eso ocurre porque las películas no se escriben así; el malo sólo está para crear conflicto y escenas chulas para el héroe, tenga o no tenga lógica desde su propio punto de vista. Ya hablábamos en otro artículo de villanos que accidentalmente salvaron la situación con sus propias acciones. Pero al menos esos malos la fastidiaron sin darse cuenta. Los de aquí parecían querer sabotear sus propios planes...

SPIDER-MAN 2 - El Doctor Octopus necesita vivo a Peter Parker, así que le lanza un coche (sin ninguna razón).



El Plan:

Cuando un accidente convierte al Profesor Otto Octavius en un supervillano (como si no hubiera estado destinado siempre a serlo, con ese nombre), empieza a vestirse como un pervertido del metro y adopta la identidad del Doctor Octopus, pero sigue teniendo intención de continuar sus experimentos de fusión nuclear... solo que de una manera MALVADA. Doc Oc necesita algo de tritio para terminar su reactor, así que hace un trato con Harry "Duende Verde Jr." Osborn, quien le dará todo el tritio que quiera si le trae a Spider-Man.


"Me parece que estoy en una posición que me permite negociar."

El problema es que Spidey ha estado desaparecido últimamente. Ya que es de todos conocido que sólo Peter Parker puede contactar con él, Doc Oc necesita a Peter para atraer a Spider-Man a una trampa, lo cual lleva a cabo secuestrando al amor de Peter, Mary Jane Watson. Muy sencillo.

Cómo intenta fastidiarla:

Doc Oc necesita vivos tanto a Peter como a Mary Jane para que se plan funcione... y aun así, cuando les ve sentados en una cafetería, la primera cosa que se le ocurre hacer es lanzarles un jodido coche.




"¡Eh, Peter! ¡PETER! ¡Aquí!"

No hay forma de que dos personas normales pudieran sobrevivir a eso; la única razón por la que Peter pudo apartarse fue por su sentido arácnido y sus reflejos de Neo, algo que obviamente Doc Oc ignora. Si no fuera por eso, tanto él como Mary Jane habrían muerto aplastados por un coche volador, echando a perder todo el plan de Doc Oc. Sin Peter no hay Spider-Man, y sin Spider-Man no hay tritio.

¿A qué vino entonces todo eso de lanzarles un coche a Peter y Mary Jane? ¿Se trataba de llamar su atención... decapitándoles? ¿O es la manera que tiene Doc Oc de decir "¡hola!"? O quizás estaba intentando abrir la ventana y no había papeleras cerca. Naturalmente, la única explicación razonable es que había que tener una excusa para rodar una escena con Peter esquivando un vehículo volador... para poder ponerla en el tráiler.


Si miras atentamente, podrás ver el símbolo del dólar reflejado en los ojos de Sam Raimi.

Además, matar a los dos amigos de Harry le habría mosqueado bastante (dijo específicamente "no le hagas daño a Peter") y entonces nunca le habría dado el tritio a Oc. Aunque por qué el tipo con brazos metálicos enormes no cogió el tritio directamente al principio... eso, nunca lo sabremos.

¡Hola! Soy yo, y he vuelto, aunque no en forma de chapas.

Me he dado cuenta de que tenía por ahí, traducido pero sin postear, un artículo de XJ Selman en Cracked bastante interesante, sobre "cosas que te vuelven más tonto incluso sin darte cuenta". ¡A tener en cuenta! Últimamente he leído otro artículo interesante, aunque de otro autor, sobre por qué necesitamos monstruos; puedo traducirlo si os interesa una versión en castellano. De momento os dejo aquí el de Selman (perdón por soltarlo todo de golpe).


5 cosas que no creerás que te estén volviendo más tonto
Por XJ Selman, el 28 de junio de 2012.


Dile a la gente que su dieta o sus hábitos les están haciendo ganar peso o perder su figura y se encogerán de hombros; oímos esa mierda todos los días. Diles que sus hábitos les están volviendo más estúpidos y tendremos pelea. Todos sabemos que el cerebro es una parte de nuestro cuerpo, pero a nadie le gusta pensar en su inteligencia como en algo que puede volverse blando y fofo por cosas sobre las que no tienen control.

La ciencia demuestra lo contrario. Los estudios demuestran que...

5. Las reuniones (y los proyectos en grupo en general) frenan tu cerebro.



¿Has estado alguna vez en una situación en la que tenías que trabajar con otras personas (como una reunión del trabajo o formar equipos en el colegio) y has sentido como que de repente todos eran más tontos de lo habitual. No es sólo que odies a todos aquellos con los que trabajas (y que ellos te odien a ti, claro), ¡es ciencia!


La sutil ciencia del odio.

Resulta que sólo por estar en una reunión o un grupo tu cerebro baja el ritmo. En un estudio de investigadores que probablemente desearían poder trabajar a solas, se descubrió que cuando la gente tiene que trabajar en pequeños grupos, sus cerebros empiezan a congelarse como si un ordenador viejo intentara hacer funcionar el Windows Vista. Hay un par de razones para esto; la primera, que tienen que centrarse más en las interacciones y el comportamiento (piensa en toda la energía que se va en procurar no rascarse el culo delante de los demás) en vez de en la tarea, y segunda, porque el estatus dentro del grupo afecta al rendimiento. La confianza importa, y es difícil mantener un buen ritmo cuando estás trabajando con capullos.

Así que, cuanto más competitivo sea el grupo, más tontos se volverán algunos de sus miembros. Para el estudio, se puso a gente de C.I. similar en grupos de cinco y se controló sus resultados en pruebas de agilidada mental. Cuando mostraron los resultados a todo el grupo, aquellos con peores puntuaciones empezaron a hacerlo peor en las siguientes pruebas: se sentían más tontos que los demás, así que metían la pata más que si hubieran estado trabajando solos. Los investigadores creen que ocurre lo mismo, de manera más sutil, en el día a día. Algunas personas, simplemente, funcionan mejor por su cuenta.


"¿No podemos encargarnos de esto por separado y hablarlo luego? Tengo trabajo que hacer."

Y las cosas se complican aún más cuando hay hombres y mujeres en el mismo grupo. En general, las mujeres del estudio lo hicieron peor en grupo que los hombres... pero también tienes que tener en cuenta que los hombres en general se vuelven idiotas al estar cerca de una mujer. No, en serio: otro estudio revela que los hombres empeoran en un 14% en cuestiones de agilidad mental cuando creen que una mujer está observándoles.

Y no, no ocurría lo mismo cuando se invertían los papeles. Dejaremos que adivines a qué se debe esta diferencia.


4. El jet lag te causa problemas permanentes de memoria y aprendizaje.



Si has viajado alguna vez de un continente a otro, sabrás lo que es el jet lag: te despiertas con los ojos como platos a las tres de la mañana, te quedas dormido a mediodía... porque has dejado tu reloj interno en otra franja horaria. Sin embargo, mientras estés durmiendo tus ocho horas, deberías ponerte bien en un día o así. Oye, al menos has visto mundo, así que quizás tendrías que dejar de quejarte y ser un poco más agradecido, ¡maldita sea! Ah, excepto por la parte en la que el jet lag te vuelve idiota.


"¡Ya hago popó como un niño grande!"

En serio, cuanto más a menudo tengas jet lag, más sufrirá tu cerebro, y nos tememos que es permanente. En un estudio dirigido por la Universidad de California, en Berkeley, sometieron a un grupo de hamsters a cambios horarios de seis horas; equivalente al cambio de viajar de Nueva York a París, o a una resaca que durase demasiado. Después de hacer esto dos semanas, descubrieron que esos hamsters habían tenido problemas de aprendizaje y no podían superar las pruebas que otros hamsters. Pero, ya sabes, era de esperar, ya que los hamsters estaban bastante cansados y todo eso... Lo sorprendente es que incluso un mes después de que los hamsters hubieran reajustado sus horarios, todavía eran más estúpidos que los otros.

El hecho de estar reajustando cada dos por tres sus relojes internos había producido cambios en su estructura cerebral: sus hipocampos sólo tenían el 50% de neuronas de los otros hamsters, lo cual afectaba a su memoria y capacidad de aprendizaje. Y no se debía a falta de sueño: los hamsters con jet lag descansaron exactamente el mismo tiempo que los otros; la única diferencia fue las horas en que lo hicieron.


Pero mira a ese idiota. Eh, capullo, ¡así no vas a ir a ninguna parte!

¿Y cómo sabemos que éste no es un problema específicamente específico que sólo afecta a roedores? Pues porque esos mismos síntmoas los sufre la gente con trabajos que implican cambios horarios constantes... es sólo que no sabíamos por qué ocurría o cómo de permanente era el daño. Las azafatas, por ejemplo, sufren pérdidas de memoria severas... aunque eso es poca cosa comparado con un mayor riesgo de enfermedades cardiacas, diabetes, hipertensión y cáncer.


No recordar si habían pedido carne o pescado es, ahora, el menor de sus problemas.


3. Recibir azotes de pequeño reduce tu coeficiente intelectual.



Por razones que sólo nuestros antepasados parecían comprender, en algún momento se decidió que era buena idea pegarle a un niño por portarse mal, siempre que lo hicieras en el culo. Y aunque algunos de vosotros pueda insistir en que cientos de azotainas os convirtieron en el adulto responsable que sois hoy, la ciencia opina que puede que también te hayas vuelto más estúpido en el proceso.


"Ya puedes olvidarte de Harvard. Y también de Yale. ¿Quieres probar con la Universidad de Illinois Este?"

De acuerdo con los estudios de la Universidad de New Hampshire, el C.I. de chavales no-azotados superaba de media en cinco puntos el C.I. de sus compañeros con el culo caliente... incluso cuatro años después de la azotaina. De hecho, cuanto más a menudo habían azotado a un niño, más bajo era su C.I. También se descubrió que las naciones en las que los azotes todavía resultan socialmente aceptables tienen un C.I. más bajo en las naciones que han acabado con ello.


La ironía: los niños a los que azotan probablemente ni siquiera puedan entender esto.

Los investigadores afirman que los niños a los que habían azotado mostraban síntomas de desorden de estés post-traumático; los mismos que sufren los veteranos de guerra cuando ven reventar cabezas (lo cual está asociado con C.I. bajos).

El trauma en recién nacidos es aún peor, ya que sus cerebros están empezando a formarse. ¿Y qué cuenta como trauma a esa edad? Dejarles llorar.


"¡Nada como problemas de abandono para construir una personalidad independiente y fuerte!"

Eso es: no serás el próximo Bill Gates porque tus padres tardaban demasiado en darte el biberón. Un estudio de la Universidad de Pittsburgh reveló que dejar que los bebés lloren puede conducir a daños cerebrales permanentes. En vez de enseñarles a ser más independientes, los padres que no consuelan a sus bebés cuando empiezan a llorar por la noche pueden estar haciendo justo lo contrario: los niños tienden a cerrarse cuando se enfrentan al estrés, dejan de crecer emocionalmente, dejan de confiar y, al final, dejan de sentir. Y esa será la gente que elegirá, un día, el asilo al que irás.

5 cosas que te vuelven más tonto incluso sin darte cuenta (segunda parte y última)

2. La comida basura te arruina el cerebro.



Todos sabemos que la comida basura no es buena para el cuerpo, pero seguramente eres lo bastante listo como para comer con moderación y luego hacer bastante ejericio. O al menos deberías serlo, a no ser que hayas estado perdiendo puntos de C.I. desde niño por comer esas cosas.

Los estudios revelan que cuanta más comida basura come un niño de tres años, más probabilidades hay de que tenga un C.I. más bajo a los ocho años. Del mismo modo, los niños que comían más sano a los tres año no sólo se encontraban en mejor forma después, sino que además eran más listos (lo cual explica lo ingenioso de sus pullas cuando le pegan a los niños tontos). Para niños con una dieta rica en ganchitos y tacos, todo esto se traduce en malas habilidades sociales, cognitivas y de comportamiento, todo porque les faltaron las vitaminas, grasas y minerales necesarios para que sus jóvenes cerebros se formaran debidamente.


Esta pobre chiquilla se está devorando a sí misma.

"Pero Cracked, ya no soy un niño", podrías decir. "Mi cerebro ya se desarrolló por completo, así que ahora no tengo que preocuparme porque la comida me vuelva tonto. ¡A la porra los niños". Bueno, pues resulta que eso no es cierto, además de que no has elegido bien tus palabras, amigo. Los investigadores, en su esfuerzo constante por arruinar todo aquello que amas, han descubierto en otro estudio que el azúcar también nos vuelve estúpidos, seamos niños o no.

Esta vez, enseñaron a unas ratas a cruzar un laberitno, y luego pusieron a las ratas a dieta con un refresco o con agua. Seis semanas más tarde, las ratas que habían estado bebiendo refrescos lo tenían más complicado para atravesar el laberinto, o no sólo porque a sus gordos traseros les costara más pasar por los corredores. Eran más lentas, sus recuerdos se habían visto afectados y sus habilidades cognitivas habían quedado hechas polvos, simplemente por el chute prolongado de azucar que había vuelto sus cuerpos más resistentes a la insulina (lo cual no afecta sólo a tu nivel de azúcar en sangre, sino también al funcionamiento de tus neuronas).

Las buenas noticias son que los investigadores también han descubierto que los alimentos con ácidos grasos omega 3 contrarrestan la estupidez producida por el azúcar. Así que, en vez de beberte la coca-cola en un caluroso día de verano, bébete una botella de aceite de oliva.


1. Vivir en una ciudad te vuelve más tonto.



Si estás leyendo esto, lo más probable es que estés viviendo en una ciudad: desde 2008, la mayoría de la gente de todo el mundo lo hace. Y aunque nosotros, los amantes del asfalto, nos sintamos superiores a los paletos de pueblo, en realidad son ellos los que podrían burlarse de nosotros: resulta que vivir en una ciudad no sólo te estresa considerablemente, sino que también trastea con tu inteligencia.

Los investigadores creen haber demostrado que sólo por vivir en una ciudad moderna ya estás alterando tu cerebro. Realizaron un experimiento que consistió en poner a pasear a la mitad de los sujetos por una ciudad ajetreada y a la otra mitad por un parque. Después, los investigadores llevaron a cabo algunos exámenes y descubrieron que los que había paseado por la ciudad tenían peor memoria, atención pobre y problemas de aprendizaje. ¿Y lo más loco de todo esto? Pues que incluso con ver una imagen de una ciudad ya aparecían los síntomas.


Por favor, no te quedes mirando demasiado tiempo esta imagen antes de dejar un comentario.

La razón detrás de todo esto es bien sencilla: caminar por una ciudad exige mucho a tu cerebro porque tu atención se divide en un montón de cosas. Incluso aunque no te des cuenta, tu cerebro lleva la cuenta de todas las luces y sonidos y olores que te llegan, mientras a la vez intenta centrarse en poner un pie delante de otro y evitar que te pille un coche. Después de un rato, tu cerebro esta tan cansado que te quedas con problemas de memoria y autocontrol. Los investigadores creen que esto te impulsa a comprar cosas o permitirte caprichos como comer comida basura (lo cual, ya lo veíamos antes, tampoco ayuda demasiado con lo de no volverse más tonto).


"¿Por qué compraría esto? Yo... no tengo ni idea. Ni siquiera recuerdo haber entrado en la tienda."

En cambio, dar un paseo o simplemente contemplar la naturaleza relaja a la gente y hace que su cerebro trabaje con mayor eficacia; y no, no estamos hablando de una pradera en mitad de ninguna parte, sin nada que te distraiga. Al igual que con la ciudad, la naturaleza atrae tu atención, pero de manera positiva y restaurando tu cerebro. De hecho, los investigadores han descubierto que, cuanto más diversa es la vegetación, más te ayuda a centrarte, mejoras tu memoria y en general te vuelves más listo. Pero también hay un montón de bichos en ese tipo de lugares, así que probablemente no compense a largo plazo.

5 razones por las que la humanidad necesita desesperadamente que los monstruos sean reales.


Crees en monstruos, consciente o inconscientemente; y no me estoy refiriendo al 66% de americanos que cree en demonios y posesiones demoniacas, o a todos aquellos que hace un par de semanas nos creíamos que el ataque del caníbal de Miami era el inicio del apocalipsis zombi (niégalo todo lo que quieras pero sé muy bien lo difícil que era encontrar cartuchos de escopeta aquella semana). No, me estoy refiriendo a los monstruos que viven en tu cerebro.

Hay una razón por la que vemos películas de miedo, y por la que nos obsesionamos con las noticias más sórdidas sobre devoradores de caras. Estos monstruos son una parte importante de lo que somos y, por cierto, son bastante más terroríficos que la cosa que creías que vivía debajo de tu cama cuando eras pequeño.

Nota: he escrito una novela que trata sobre este tema de la manera más truculenta posible y ya está en las librerías. También hago notar que si pulsas con el ratón en cualquier parte de esta página, hay bastantes posibilidades de que lo pidas accidentalmente.

Así que, para entender nuestra obsesión con los monstruos, tenemos que empezar con el hecho de que...


5. Todos tenemos al menos una categoría de gente a la que consideramos monstruos



Digamos que te declaran culpable de un crimen y el juez te sentencia a saltar desnudo en paracaídas sobre una zona poblada elegida por alguien más. Puede ser cualquier lugar de la Tierra pero, en nombre de la equidad, el juez te deja elegir una ciudad o región en la que no caerías. ¿Cuál elegirías? ¿Cuál es ese lugar del que sabes que no tienes ninguna posibilidad de escapar con vida? ¿Detroit? ¿Somalia? Piénsatelo, volveremos con esto dentro de un rato.

Bien, si lo que te imaginaste fue Japón, esto es lo que viste:



Hasta las orejas de conejo. No lo niegues. Pero si estuviéramos en los USA en 1943, lo que habrías visto sería esto.



Y eso no es una persona: es un monstruo. Esa cosa no tiene una madre. No siente compasión. Ni siquiera somos de la misma especie, y no deberíamos sentirnos mal por incinerar a un par de cientos de miles de ellos a bombazo limpio, o al menos no peor de lo que nos sentiríamos si fumigáramos cucarachas. Sé que ese poster te parecerá historia antigua, y que tus abuelos te parecerán ingenuos por habérselo tragado. Pero esto es con lo que yo crecí:


Incluso su pelo es un arma.

Eso era lo que yo entendía por "ruso": frío, sin emociones, violento, sin alma, inhumano. Cuando iba al colegio en 1984, habría pulsado el botón sin dudarlo. Había visto "Amanecer Rojo", sabía que éramos o nosotros o ellos. Así que volvamos a nuestra pregunta: ¿en qué parte del mundo no te gustaría que te soltaran desnudo? ¿Quizás en algún rincón oscuro y pobre de los apalaches, donde viven los violadores de "Deliverance"?


"Sin rechistar, amigo. ¡Esto es parte importante de nuestra cultura!"

O quizás en alguna de las zonas más brutales del África subsahariana, donde viven (como pudimos ver en Distrito 9) bandas de señores de la guerra caníbales armados con AK47s.



Afortunadamente para ti, no te soltarán en ninguno de esos lugares. No, el juez ha decidido que te soltarán en alguna de las manifiestaciones anti-americanas de musulmanes radicales que hay ahora mismo.



Si te declaras culpable ahora, podrás conservar tus genitales.

Ojo, no estoy diciendo que seas un fanático intolerante, ésa no es la cuestión. No es culpa tuya que toda esa gente te dé miedo, y que creas que carecen de cualquier clase de empatía humana o raciocinio. Tampoco es culpa suya que, en la mayoría de los casos, ellos estén igualmente asustados de ti, o de lo que tú representas. Porque verás...


4. El odio nos proporciona un subidón similar al de la cocaína.



Hay una escena en la película "Pulp Fiction" que explica prácticamente todas las cosas horribles que aparecen en las noticias. Y no me refiero a la escena en la que Ving Rhames le vuela por los aires a un tío el pito. Me refiero a la escena en la que el matón interpretado por John Travolta está hablando sobre cómo alguien le ha rayado el coche, y dice esto:



"Tío, ojalá le hubiera cogido haciéndolo. Habría dado cualquier cosa por coger al capullo haciéndolo. Habría merecido la pena que él hiciera eso, sólo por poder cogerle haciéndolo."

Esa última frase es algo que todo el mundo debería saber acerca de la humanidad. Después de todo, la afirmación es completamente ilógica: se supone que la venganza consiste en responder a una afrenta. Pero él quiere que le ofendan, específicamente porque así tendría una excusa para vengarse.

Todos lo hacemos. Está en nuestros genes. Y una vez que lo has admitido, muchas de las cosas feas del mundo empiezan a cobrar sentido y la escopeta de la verdad vuela por los aires el pito de tus ilusiones.

Piensa en la peor pelea en la que te hayas metido jamás. Ahora piensa en la última vez que te metiste cocaína. ¿Te das cuenta de lo similar que es el subidón en ambos casos (aunque quizás no puedas diferenciar si hiciste las dos cosas la misma noche). Es biología básica; en alguna ocasión anterior hemos mencionado que unos científicos descubrieron que soltar tacos alivia el dolor físico. Eso no significa que algún día, para anestesiarte antes de la operación, te inyecten hijosdeputa; significa que, cuando nos cabreamos, nuestro cuerpo libera un analgésico, norepinefrina. Tiene perfecto sentido: la emoción que llamamos "enfado" u "odio" es parte de nuestro evolucionado instinto de lucha; así que, para prepararnos para la batalla, liberamos un montón de anestesia que bloqueará el dolor, así como la placentera dopamina que aminora nuestros temores para luchar contra el tigre/clan rival/fan borracho de los Red Sox que nos está amenazando. De hecho, esos dos compuestos son los mismos que liberas cuando fumas crack.

Así de sencillo: el odio te da un subidón.



"Me voy a arrancar la barba a mordiscos."

Las investigaciones científicas son relativamente recientes, pero explican bastantes cosas, desde guerras hasta los capullos problemáticos en las oficinas, del racismo al novio/novia que está peleándose o montando escenas todo el rato. Eres una máquina biológica construida para odiar, y terminaste así porque tus antepasados mataban a cualquiera que no lo fuera. La ira te hace fuerte, y esa fuerza te hace ganar. Por eso hay tantas cosas de la sociedad que giran en torno a la idea de controlarla y suprimirla.

Entonces, ¿qué tiene que ver esto con monstruos? Ahí va una pista.




3. La sociedad te controla manipulando tu adicción al odio.



Por Dios, que titular tan deprimente. No quiero que parezca que este artículo esté volviéndose tan cínico; después de todo, el cohete que nos llevó hasta la luna funcionaba principalmente con odio a los comunistas. Venga, déjame que te alegre un poco el humor con esta imagen de doscientas personas muriendo horriblemente en el incendio en una discoteca.



Por supuesto, se trata de uno de los resultados de los infames ataques terroristas en Bali de 2002, cuando un coche-bomba explotó cerca de una discoteca llena de turistas australianos. Las víctimas sólo estaban bailando, riendo y pasándolo en grande cuando los fundamentalistas musulmanes decidieron que la mejor manera de convertir el mundo a su causa era hacer que esos turistas inocentes y alegres murieran entre las llamas.

Contempla la imagen. Piensa en las víctimas de dentro. Piensa en los que perpetraron el incendio, observándolo, escuchando sus gritos, sonriendo confiadamente porque ese acto les acercaba de alguna manera al paraíso. ¿Cómo te hace sentir? ¿Qué te gustaría hacerles?

Muy bien, ¿y qué sientes si te digo que la imagen de arriba no es de los atentados de Bali, sino de un incendio completamente accidental que ocurrió un año después en Rhode Island, en el que murieron doscientas personas por un fallo en la pirotecnia de la banda Great White?


En aquel entonces todos creían que era una banda que parodiaba el estilo de Spinal Tap.

Vaya mierda. Menudo chasco, ¿verdad? A pesar de que la gente murió de la misma manera, y todavía más gente muere en incendios accidentales cada año que en ataques terroristas, no activa los mismos fuegos artificiales en tu cerebro. Imaginarme cazando y matando a esos terroristas hace que me entren ganas de atravesar la puerta con una escopeta y una erección por la venganza, con Drowning Pool sonando de fondo...



...pero cuando me imagina cargando por la puerta para defender normas de seguridad contra incendios más estrictas para espectáculos públicos en recintos pequeños, pues joooooouuuuuuuuaaaaaaaaaauuuuuuuummmmmmmmm...

Lo siento, aquí me he quedado dormido sobre el teclado. ¿Por qué una tragedia hace que me entren ganas de imitar a Liam Neeson en el mundo árabe, mientras que otra tragedia similar apenas me afecta? Porque me han entrenado, como a un perro de Pavlov, para reaccionar de una determinada manera: no ante el peligro, sino ante los monstruos. Y los hijoputas que volaron esa discoteca eran monstruos.

No podrán convencerme de lo contario porque hace mucho, mucho tiempo, la gente que mandaba se dio cuenta de que la manera más sencilla y segura de unir a la sociedad era controlando y canalizando nuestra adicción al odio. Ésa es la razón por la que ver esto...



...en las noticias hace que murmuremos "pues qué triste" y quizás donemos un par de pavos para el fondo contra huracanos de la Cruz Roja, mientras que esto...



...nos provoca un ataque de ira de un trillón de dólares que dura una década y deja Oriente Medio en llamas. Lo primero lo causó el viento; lo segundo lo provocaron monstruos. Lo primero nos deja aplanados; lo segundo nos mete un subidón.



Y los adictos son muy fáciles de controlar, si sabes cómo manipular su suministro. No tienes que confiar en mi palabra. A ver si puedes acertar qué líder mundial/genocida dijo esto:

"Buenos días. En menos de una hora, nuestras fuerzas aéreas se unirán a otras de todo el mundo. Y daremos inicio a la mayor batalla aérea de la historia de la humanidad. La humanidad... esa palabra debería tener un nuevo significado hoy para todos nosotros. No podemos seguir enfrentados por nuestras pequeñas diferencias. Estamos unidos por un interés común."

Ése era, por supuesto, Bill Pullman interpretando al Presidente Thomas J. Whitmore en Independence Day. ¿Qué hace falta para unir a la humanidad y olvidarnos de nuestras "pequeñas diferencias"? Una invasión devastadora de monstruos del espacio. La misma cosa que hizo que el Capitán América y Tony Stark trabajaran juntos en los Vengadores. La misma cosa que hizo que los diversos clanes enfrentados de Escocia se uniera detrás de William Wallace en Braveheart. Está justo ahí, en todas las películas más populares: una guerra contra un mal impronunciable e inhumano es la única cosa que puede hacer que nos unamos y dejemos a un lado nuestras diferencias.


"Si no fuera por los aliens, ya habría dicho esa palabra que empieza por N..."

Y si ese monstruo horrible y especial no existe, entonces lo crearemos. Tenemos que hacerlo.

O, por citar a otro lider que unió a su gente cuando la cosa pintaba peor para ellos:

"En general, y en todas las épocas, la eficiencia de un auténtico lider nacional consiste principalmente en evitar dividir la atención del pueblo, y concentrarla siempre en un enemigo común. Cuanto más uniforme sea la voluntad de lucha del pueblo puesta en acción, mayor será la fuerza de atracción del movimiento."

Aun a riesgo de que esto se saque de contexto en la semana en la que estoy intentando vender un libro, creo que todos estamos de acuerdo en que Adolf Hitler tenía razón. Al igual que la tienen todos los expertos que vinieron después y que dijeron la misma cosa.



Por un lado, no estoy diciendo nada nuevo aquí: todo esto era un tema principal en 1984, y también en los primeros álbums de Van Halen. Pero, por otro lado, la gente sigue picando. El adicto al crack sabe que la droga es mala para él, pero eso no impide que siga amando el jodido crack.

Ahora bien, estoy escribiendo esto en el aniversario de los ataques del 11 de septiembre, y lo de más arriba va a atraer a los teóricos de la conspiración con comentarios de que George W. Bush organizó los ataques para darle al pais el monstruo abominable que necesitaba para unirse. Pero el proceso para crear un monstruo no tiene por qué funcionar así. ¿No recordáis el incidente con el avión espía en abril de 2001? ¿La tensión internacional después de que un avión espía americano chocara contra un caza chino en territorio chino, matando al piloto? La noticia le pisaba los talones a una campaña en la que Bush prometió que se pondría duro con China. Si bin Laden no hubiera aparecido, habríamos tenido otra guerra fría preparada y lista para meter en el horno.



Pero, antes de que culpes a los líderes mundiales por manipularte, ten en cuenta que...

2. El odio a los monstruos nos une más a nuestra propia gente.



La próxima vez que estés en un evento deportivo y el equipo local marque un tanto, vuélvete hacia el tipo que tienes al lado y agárrale el paquete. ¿Notas que está empalmado? Es perfectamente normal: hay experimentos que muestran que la testosterona aumenta hasta un 25% en los tíos cuando su equipo marca. Y eso que los espectadores eran científicos.


Aunque no tiene nada que ver: el equipo al que están animando se llama "Pieles Rojas".

Los humanos son animales sociales, y naturalmente a lo que me refiero con eso es a que nos criamos por evolución para la matanza en grupo. La selección natural te ha premiado con un cerebro al que le encanta todo lo que hace tu equipo y que odia todo lo que hace el otro equipo, independientemente de lo que sea. Esto es así porque nuestros antepasados lejanos (de hace al menos tres millones y medio de años) se dieron cuenta de que matábamos mejor cosas juntos. Y cuando se trata de supervivencia, la unidad importa más que la lógica, la moral y todo lo demás. Si el grupo estaba equivocado, tú seguías en él, porque la alternativa era enfrentarte por tu cuenta a un velocirraptor.*

*El autor no es un científico entrenado.

Este instinto de "lealtad o muerte" explica que no te sintieras mal por toda esa gente que murió al explotar la Estrella de la Muerte. Por eso el equipo de fútbol no se juntaba con la pandilla de D&D en el instituto, y por eso habías olvidado por completo aquel terrible terremoto en Haití hasta que lo mencioné justo ahora. Tu cerebro funciona de manera completamente distinta cuando estás fijándote en gente que no es de tu grupo; podrían ser incluso de una especie distinta.


"... y en serio, ¿a qué viene eso de "nada de penes"? Una pandilla de bichos raros, la verdad."

O monstruos. Ya habrás cogido la idea.

Ahora combina lo que sabemos sobre la naturaleza adictiva del odio con la necesidad biológica de ver "ganar" a tu equipo y conseguirás la que puede que sea la emoción humana más adictiva: la indignación auto-justificada. La sensación de que nosotros tenemos razón, y que los malos la han tomado con nosotros.

¿Por qué si no nos gustan tanto las buenas películas de venganza? Nos sentamos en el cine y vemos cómo secuestran a la hija de Liam Neeson. No nos da pena, porque sabemos que él es un tipo duro y que por fin tiene permiso para ser alucinante:



"No sé quién eres. No sé qué quieres. Si lo que buscas es un rescate, puedo decirte que no tengo dinero. Pero lo que sí tengo es una serie de habilidades, habilidades que he aprendido a lo largo de una larga carrera. Habilidades que me convierten en una pesadilla para gente como tú. Si dejas que mi hija se vaya, aquí terminará todo. No te buscaré, no te perseguiré. Pero si no lo haces, te buscaré. Te encontraré. Y te mataré."

Y ahíííííííí se me ha empinado otra vez. Ya he memorizado ese discurso, y juro por Dios que algún día convenceré a alguien para que secuestre a mi mujer, sólo para tener una excusa para poder decirlo. Ni una sola persona de las que había en el cine deseaba que todo fuera un inocente malentendido. Queríamos que cabrearan a Liam, porque queríamos verle repartir caña. Por eso tanta gente va por ahí imaginándose de justicieros.


No es Liam Neeson.

Necesitamos creer que nos están asediando en todo momento: por muchas pruebas que haya no podrán convencernos de lo contrario. Por eso, aunque los índices de delincuencia en América están bajando desde hace 20 años, el 70% de los americanos creen que están empeorando. Es fácil culpar a los medios por inundarnos con historias de masacres y niños secuestrados, pero eso es quedarse a un paso de la respuesta correcta: los medios nos dan lo que queremos. Y lo que queremos es creer que estamos rodeados de monstruos por los cuatro costados.

No es que no haya crímenes de verdad y cosas horribles en el mundo. Yo lo he vivido: la mayor parte de mis amigos más cercanos y mis seguidores más fieles son delincuentes violentos. Pero siempre queremos que sea peor de lo que ya es en realidad. ¿Cuántos de vosotros recordáis las historias sobre violaciones masivas y asesinatos y caos después del Huracán Katrina, pero no recordáis las noticias que vinieron después acerca de que nada de eso había ocurrido realmente?


"Vaya, creí que querías decir <>."

¿Tenéis familiares que aún insisten en que hay una "Guerra contra la Navidad" a pesar de que en cada centímetro cuadrado de los USA se celebra durante tres meses? ¿Tenéis abuelos cristianos de la línea dura que todavía creen que hubo una epidemia de adoraciones a Satán y sacrificios de niños en los 70 y los 80 y que los diabolistas todavía dirigen las principales empresas de los USA, por mucho que les enseñéis los links de Snopes? Los hechos son irrelevantes: los monstruos tienen que existir.

Oye, ¿recuerdas esos posters de propaganda anti-japonesa de antes? Pues mira, aquí tienes una muestra de cómo nos ven a los americanos en Corea del Norte. Aquí está uno de los nuestros pegándole un tiro en la cabeza a una niñita.


Tío, sí que bebimos aquel fin de semana.

Aquí estamos enterrando vivas familias enteras en fosas comunes.



Y aquí estamos tirando bebés por un pozo, sólo por joder.



Y sí, ahí empiezan bastante pronto con el tema.



Cuando lo ves desde el otro lado, es una locura hasta el punto de resultar cómico. Hay millones de personas que creen que los americanos queremos invadirles y tirar a sus bebés por pozos, tan firmemente como creen que el sol saldrá al dia siguiente. ¿Qué podríamos ganar con invadir Corea del Norte? ¿Por qué motivo racional íbamos a gastar billones de dólares en...?

Oh, claro. Porque no somos racionales. Porque somos monstruos.



Por supuesto, visto desde fuera te das cuenta de que no es más que una treta de un régimen fallido en un país en el que la población está emprobrecida y oprimida: sólo los monstruos pueden hacer que el gobierno de Corea del Norte parezca bueno en comparación.

El problema es que todos lo hacemos. Lo cual nos lleva al corazón del asunto.


1. Creer en monstruos nos da una excusa para ser unos capullos



¿Alguna vez te han atracado? ¿O has tenido un accidente de tráfico por culpa de otro? ¿O, al menos, te has encontrado con un servicio de atención al cliente realmente horrible? Cuando luego cuentas la historia, ¿no le añades algo más de "sabor"? Ya sabes, hacer que el atracador parezca más grande y aterrador, hacer que el otro conductor parezca más impulsivo... Es natural: el peligro significa emoción, y una historia que da más miedo atrae más la atención (hecho curioso: según la ciencia las experiencias negativas impactan cinco veces más en el cerebro que las positivas). Pero ten esto en cuenta: conforme vamos contando una versión cada vez más aterradora de la historia, empezamos a recordar eso como si fuera lo que realmente ocurrió. El atracador/conductor borracho/empleado de atención al cliente que te trató mal se convierte, al final, en un monstruo. Y toda la cultura humana consiste en una serie de historias que contamos una y otra vez.

Y claro, la razón por la que le cuentas esa historia a todo aquel con el que te encuentras NO es para mostrarles lo perfectamente horrible que era el malo; es para mostrarles lo horrible que era comparado contigo. Hacerles peor te hace a ti mejor. Es nuestra propia versión personal de aquella propaganda norcoreana.


"Lo peor llegó cuando terminó y gritó por el pozo <<¿Me oyes ahora?>>."

Por ejemplo, el gran periodista y bloguero Fred Clark nos cuenta una historia extraña sobre el día en que su periódico publicó un artículo desagradable sobre unos chicos que habían matado un gato prendiéndole fuego. La parte extraña llegó con los mensajes de la gente que anunciaba con orgullo que ellos, por lo menos, no aprobaban lo de quemar a los gatos. Como si fueran la minoría.

"Si hubieras ido a la sección de comentarios y hubieras empezado en algún punto de la mitad, te habría dado la impresión de que los comentarios inmediatamente anteriores tenían que consistir en una fuerta defensa de la quema de gatos. No existía ningún tipo de comentarios que defendieran esa idea, y aun así un lector tras otro parecía responder o anticiparse a ese grupo fantasma defensor de la quema de gatos."


"Espera, que acabo de oír hablar sobre su sabor..."

No bastaba con que unos chicos perturbados torturasen gatitos; tenían que creer que todos los demás, menos ellos, eran torturadores de gatitos. Puedes ver por qué: peinsa en lo condenadamente sencilla que sería la vida si la única carga moral que tuviéramos que aliviera fuera "hoy no he quemado ningún gatito". Por eso necesitamos creer en los monstruos quema-gatos, para rebajar el listón para nosotros. Por eso existe Maury Povich; como ya mencionamos antes, la gente ve programas como el suyo o el de Jersey Shore, porque les da un subidón a su autoestima. No necesitas a un científico que te lo confirme; si has visto a Snooki tocando, literalmente, una flauta con la vagina, y te comparas con ella, resultas ser el maldito Dalai Lama. "Claro, puede que no tenga trabajo y que sea duro con mis hijos y que menos del 50% de mi orina termine dentro del retrete, pero nunca me pillarás hacendo algo así."


Iniciativa para la Defensa de la Libertad Americana.
Un anuncio que existe de verdad en el metro de Nueva York, mienstras hablamos de esto.

Y por eso, amigos, es por lo que puede averiguarse mucho de una sociedad fijándose en sus monstruos. Las historias realmente populares siempre tiene algún tipo de monstruos que son tan diferentes de nosotros como sea posible. Piensa en Star Wars: ¿qué capullo sería capaz de hablar de sí mismo como alguien "del lado oscuro"? En Harry Potter, y en incontables universos de fantasía, tienes magos que trabajan con la "magia negra" y las "artes oscuras". ¿Puedes imaginarte a algún científico desarrollando armas químicas y que piense abiertamente en lo que hace como "ciencia oscura"? ¿Puedes imaginarte a algún líder del mundo real que llame a su cuartel general "La Estrella de la Muerte" o "El Monte del Destino"?


"Ni siquiera yo llegaría a ese extremo."

Por supuesto que no. Pero necesitamos creer que hay gente mala que sabe que es mala, o si no estaríamos abriendo la puerta a la posibilidad de que nosotros fuéramos los malos sin saberlo. Quiero decir, claro, puede que hallamos comprado chocolate fabricado usando niños esclavos, o conducido coches que contaminan el aire, pero no lo hicimos para ser malvados; simplemente hacíamos lo que nos apetecía y luego ignorábamos las consecuencias. No como Hitler y los banqueros que arruinaron la economía y esa gente que quema getitos, que se levantan cada día soñando intencionadamente con nuevas maldades que cometer. No es como si Hitler creyera realmente que estaba salvando el mundo.

Así que no importa cuántas veces votes para recortar en cupones para alimentos y luego uses el dinero para comprar un barco, todavía podrías ser peor. Podrías ser, después de todo, uno de esos monstruos violadores/asesinos/perezosos/ignorantes/codiciosos/opresivos que sabes que llenan el mundo y que sólo tu increíble código moral evita que te conviertas en eso en cualquier momento. Y los monstruos están ahí fuera. Tienen que estarlo. Porque, si no, nosotros somos los monstruos.