Resumen 1ª y 2ª sesión la Sombra de Omega

Pues hemos iniciado una buena partida de rol llamada La sombra de Omega, la crónica esta inspirada en el juego de cartas de Ánima, weno, como he tenido que hacer el resumen de la aventura hasta ahora, pues os lo coloco por aquí para que me digais que os parece.




Seis almas destinadas a unirse y a luchar contra el mal que crece.
Seis paladines de la luz que desde que nacieron estaban atados a acabar con el mal.
Seis sinos que se entrecruzan para librar al mundo de un mal primigenio.
Una sombra encargada de traer la perdición a los hombres.
Una sombra que pondría a prueba el límite del corazón humano...


...la sombra de Omega.








La populosa ciudad de Chaville desplegaba su esplendor en la mañana y abría sus puertas para que comenzaran a entrar los cientos de carros que, cada día, accedían a la ciudad para acudir a la mayor ciudad de comercio de todo Gaïa.
En la madrugada del siete de Mayo del año de nuestro Señor de 989 seis almas arribaban a la gran capital del comercio para acabar con el mayor mal que había pisado la faz de Gaïa.
Lástima que todavía no lo supieran...

Cuando abrió los ojos la contempló, era hermosa, más que muchas otras ciudades en las que había estado, y eso que se consederaba un viajero, pero ésta tenía algo que las demás no tenían, quizás fuera su aura de gloria lo que llenaba las calles de Chaville. Se montó de nuevo en su caballo pinto y lo puso de camino a la ciudad, anoche decidió acampar a un par de kilómetros de la ciudad y así poder dormir contemplando la grandiosa capital de Gabriel.
Las puertas de la ciudad eran enormes y, abiertas como estaban, parecían abrazar a los visitantes. El muchacho de no más de diecisiete primaveras entró sonriente en la ciudad, vestía ropas caras y completamente blancas, de su cuello colgaban numerosos collares de plata y acero y su pelo blanco ondeaba con la brisa de la mañana. Puso la mano sobre la Katana que pendía de su cinto a la hora de atravesar la puerta. Dejó al caballo en una cuadra cercana y decidió ponerse manos a la obra. La organización para la que trabajaba el muchacho le había encargado encontrar cierto colgante, y lo único que le habían dicho era el nombre de su última propietaria conocida y que tenía forma de flor. Con paso alegre se dirigió a un lugar donde esperaba hayar algo de información.

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Casi a la misma hora en la que el muchacho vestido de blanco entraba por la ciudad, por otra de sus puertas hacían entrada tres sujetos. Dos de ellos eran apenas unos niños, aunque la belleza de la chica, era tal, que desmentía su edad. Los dos vestían ropas de viaje gastadas y miraban con extrema curiosidad todo cuanto les rodeaba, sus ojos estaban exaltantes de emoción por entrar en una ciudad tan enorme y fascinante como lo era la capital del principado de Gabriel. En cuanto al tercero que con ellos entraba su nombre era un misterio para todos, vestía ropas oscuras y permanecía vigilante a las niños que le acompañaban, o a los que él acompañaba, había vivido tanto que ya ni lo recordaba...
Los muchachos en seguida empezaron a recorrer alegremente por las calles de Chaville y Sombra, pues así se hacía llamar su oscuro amigo, les llamó al orden y decidió que mejor sería tenerles a cubierto, asi que decidió buscar una posada donde poder desayunar algo en condiciones.
La niña, con un precioso amuleto con forma de flor colgando hizo caso a su amigo y le acompañó alegremente.

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El ultimo elegido del destino para jugar la última carta contra la muerte era un antiguo noble que, acompañado por una criatura enfundada en una mastodóntica armadura, entraba por otra de las puertas. Al principio los guardias pensaron en acercarse y pedir documentación a aquellos extraños, pero unos ojos detrás de un yelmo completo les miraron y les enfriaron la misma sangre de las venas, quitándoles a un tiempo, las ganas de preguntar nada y de meter mano a la empuñadura de las armas.
-Terrible amigo, deberías tener más cuidado, cualquier día de estos tus indiscreciones nos costarán un disgusto.- dijo el que parecía un noble.
-Aurelius, un día beberé la sangre de tus entrañas y me daré un festín con los corazones de tu prole, hasta que ese día llegue guarda tu lengua tras la muralla de tus dientes, ya que tenemos una misión importante que cumplir. Para los dos...- dijo la criatura vestida de hombre y enfundada en una armadura completa con un voz tan grave que más se asemejaba a una bestia que a un hombre. Quizás es que así era.

Tras el corto pero intenso diálogo Aurelius decidió darle un ligero escarmiento a su “compañero” y lo dejó en la puerta de una posada mientras su compañero debía permanecer, como los perros, esperando a la puerta.

En aquella misma posada dos jóvenes acostumbrados al bosque daban más de un dolor de cabeza a Sombra.


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-Entonces...- volvió a preguntar el apuesto joven de blancos ropajes.
-No se...- respondió la chica de verdes ojos como el jade, al otro lado de la ventanilla de la oficina civil- debería de preguntar a mi jefe, y no se si me dejará...
-Pero recuerda lo que te he dicho- dijo sonriendo ampliamente el muchacho- pertenezco a una importante organización que opera en todo Gaïa y que te vengas conmigo a desayunar y a enseñarme la ciudad es una parte vital para poder completar la misión, asi que no soy yo el que solicita tu ayuda, sino la organización para la que ya te he dicho que trabajo.- dijo mientras le guiñaba cómplice el ojo.
La chica volvió a sonreir mientras se sonrojaba ligeramente, se levantó haciendo un gesto al joven y se dirigió a una puerta de madera sobre la que un letrero de cobre anunciaba el despacho del jefe de sección.
Al cabo de cinco minutos un hombre bien vestido y con un perfectamente recortado bigote hacía pasar al joven de rango desconocido a su despacho.
-Mi subalterna me comenta que solicita usted ayuda en nombre de cierta organización para...- dejó la frase en suspenso para que su interlocutor pudiera decirle exactamente que demonios hacía allí y porqué se iba a llevar a su mejor trabajadora.
-Como ya le dije a ella, estoy en una misión de vital importancia y ella es indispensable para aumentar mis conocimientos del terreno. En cuanto a mi organización...- dijo mientras sacaba una insignia que anunciaba tanto su rango como su pertenencia.- creo que estamos de acuerdo en que no queremos hacerles enfadar.- terminó con una sonrisa.



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-Disculpe caballero- dijo uno de los guardias- estamos buscando a un peligroso sujeto, viste una armadura pesada, completamente negra y porta un enorme espadón. ¿Es posible que le haya visto?
Aurelius levantó la vista de uno de los muchos platos que se acumulaban en su mesa, hacía media hora que estaba pensando en cómo decirle al posadero que no tenía tanto dinero para pagar semejante banquete.- Lo siento señor agente, sabe Dios todopoderoso que nada más me complacería que poder ayudar a los defensores de la ley, pero desconozco tanto al portador de dicha armadura como su paradero, y he de decir que me siento en gracia desconociendo tales asuntos, asi pues, sino tienen nada más, queden en gracia y adios.- dijo volviendo a los copiosos platos que abarrotaban su mesa y que no paraban de llegar sin que a el le diera tiempo de terminar.

-¿Sombra tu crees que se puede comer todo eso?- preguntó una voz infantil en un lado oscuro en la misma posada en la que se encontraba Aurelius.
La voz de Sombra, oscura como su misma presencia le respondió- Abel, déjate de tonterias y céntrate, estamos aquí para encontrar a su madre- dijo mientras señalaba a la chica.
-Si, si. Estoy segura de que mi madre nos esperaba en algún lugar, solo tenemos que saber dónde.- respondió la chica mientras agarraba con ambas manos su colgante con forma de flor.



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-Seguro que le has intimidado con tu arma- dijo la preciosa mujer señalando el arma que pendía del cinto del muchacho vestido de blanco.
-¿Esto?- respondió el sujetando la empuñadura de la Katana mientras sonreía ampliamente- desgraciadamente no tengo artes para estas cosas, simplemente la llevo porque son órdenes de la organización. Ah, mira- dijo señalando una posada- ese parece un buen lugar donde tomarnos algo y poder relajarnos.
-Querrás decir donde empezar a investigar, ¿no?
-Ahm, si, eso también.

La posada parecía agradable, en el interior había un hombre que parecía estar dándose un verdadero homenaje, en otra mesa había un muchacho y un hombre extraño, pero a su lado, había una chica de extraordianria belleza. Decidieron tomar asiento en una mesa algo alejada para poder hablar con tranquilidad, aunque de vez en cuando el muchacho echaba miradas a la belleza de la otra mesa. Hasta que sin poder creerlo, la muchacha se dirigió hacia ellos.

-Hola.- dijo con melodiosa voz.
-Esto.... Hola- respondió el joven.- ¿Te quieres sentar con nosotros?
-No- respondió la chica sonriente.
-Ahm, esto... pues... me llamo Nolan- dijo el muchacho para romper el gélido frío que se había adueñado de la posada.
-Yo Cadim. Vente conmigo.- dijo la siempre sonriente chica.
El muchacho lanzó una mirada a la mujer con la que estaba rogándole que esperara unos minutos, mientras se levantaba de la mesa y acompañaba a la extraña chica.
-Y bien ¿que querías?
-Déjala y vente conmigo.
Cientos de cosas pasaron por la mente de Nolan, es cierto que la chica de la oficina era guapísima, pero la que tenía ahora delante lo era todavía más, y, casi más importante, parecía querer llevar el asunto rápido, durante un segundo, el muchacho vió las puertas de un romance abiertas ante el. Lástima que no pudiera articular ni palabra cuando se fijó en el amuleto de la chica.
-Si, claro, lo que quieras, esto... ¿de donde has sacado ese curioso colgante con forma de flor?
-Me lo regaló mi madre.
-Cadim, ¿con quien hablas? Ven para acá.- Dijo la voz de la sombra demandando la presencia de la chica en la mesa que compartía con el otro niño.
Tanto Nolan como Cadim decidieron acercarse a la mesa. Tras las presentaciones de rigor, Nolan se quedó hablando con el personaje que se hacía llamar simplemente Sombra.
-¿Que buscas de la chica y su colgante?
-No se de que hablas-mintió el muchacho.
-No has parado de mirarla ahí desde que te has sentado en la mesa.
Nolan habría contestado que no era precisamente allí donde el miraba sino un lugar bien cercano, pero claro, habría sido incluso peor, aunque no del todo mentira. Asi que optó por contar media verdad.
-Si, es cierto me he estado fijando en ese colgante, me parece... fascinante.- lo que era cien por cien seguro es que no había estado mirando a la chica a los ojos.

Un grito de mujer interrumpió la charla. Nolan miró hacia la mesa donde debía estar su acompañante, pero estaba completamente vacía, rápidamente salió corriendo por la puerta de la posada. Aurelius le siguió, si intuía el peligro o si simplemente quería eludir la factura nadie lo sabe.
Al poco rato, el muchacho, Abel también abandonó la posada a toda prisa.

Dos manzanas adelante, en una estrecha calle encontraron a la muchacha, su cara era el mismo retrato del miedo ya que ante el, una figura enfundada en una armadura completa y con un yelmo astado se alzaba con el arma desenfundada. Nolan rápidamente se colocó entre el hombre con armadura y la muchacha, en el mismo momento en que curiosamente, la criatura detrás del yelmo completo se quedaba completamente ciega.
Nolan sacó de allí a la muchacha y le pidió qe volviera a la posada mientras el hablaba un poco con los dos extraños personajes para ver que narices estaba pasando. Para cuando volvió solo estaba Aurelius.
Después de una rápida visita a la guardia y de que pusieran a Aurelius bajo arresto y a cargo de Nolan, volvieron a la posada para descubrir que la chica no había vuelto. Ni Sombra, ni Cadim ni Abel sabían donde estaba, mucho menos el hábil posadero, quien ya había quedado con Aurelius en que como no podía pagar toda la comida tendría que limpiar todos los platos de la posada.

Andaron durante horas por la ciudad sin poder encontrarla, al final volvieron a la posada. Cadim desveló que el colgante perteneció a su madre, que a veces se le aparece y que ellos tres la estan buscando, Nolan aconsejó pedir ayuda a su organización, en ella hay gente sabia que podía saber a donde ir para encontrarla. Entretanto una chica hizo su entrada en la posada, aunque pudiera parecer mentira ésta era de una belleza todavía superior a la de la hermosísima Cadim, y los ojos de Nolan se deviaron, involuntariamente por supuesto, a diversos lugares de su anatomía.
La chica mostró una carta al grupo, en ella su maestro pedía ayuda al grupo, y éstos después de meditarlo decidieron poner marcha hacia el último lugar donde le habían visto.
La aldea de Cornes...

El viaje hasta Cornes sería largo, más largo que ninguno de los viajes que, hasta ahora, ninguno de los compañeros había hecho, y con la llegada a Cornes en las mientes, los miembros del grupo abandonaron la ciudad de Chaville.
No fue difícil conseguir las monturas, tanto Cadim como Abel, tenían una alta empatía para con los animales y antes de que el dueño de la cuadra pudiera decir esta boca es mía, ya habían montado y estaban abandonando la capital al galope. En cuanto llegaron al bosque se separaron, Cadim, Abel y Sombra, demostraron tremendas artes en cuanto a monta se refiere, y Aurelius y Nolan intentaron dar su mejor esfuerzo en cuanto a las artes de la seducción, para desgracia de la nueva compañera sobre ella recaían los esfuerzos de ambos.
A los diez minutos una criatura que debía medir unos tres metros y que estaba formada por completo por piedra, se levantó de la tierra majestuosamente. Los tres se prepararon para el feroz combate, pero Cadim no tardó en llegar y les explicó que Tete, pues así llamaba al monstruo terraforme, era un amigo suyo al que “llamaba” de vez en cuando.
Pararon un par de horas antes de que la noche cayera sobre sus cabezas, Aurelius hacía rato que se comportaba de forma extraña, e intentó esconder una llave en la suela de una de sus botas sin que los demás lo notaran, para su desgracia no fue así.
Durante la segunda guardia Sombra puso al corriente a Nolan de que algo raro ocurría con aquel compañero, y a la mañana siguiente resolvieron hablar con el para poner las cosas en claro. Aurelius explicó que se ve forzado a compartir camino con su peor enemigo, ya que los dos tuvieron que unirse hacía tiempo para vencer a un mal mayor, cuando Aurelius le hizo llamar apareció la criatura que calzaba una armadura completa, al quitarse el yelmo aparecieron dos tremendos cuernos, sus ojos era de un amarillo claro y miraban con fijeza y odio, sobre todo a Nolan.
Después de una larga charla quedaron en permanecer juntos, al menos por ahora, y viajarían todos a Cornes.

De lo que no tenían idea era de las miles de penurias que se cruzarían en su camino hasta llegar a la lejana aldea...

AAmbas sesiones estuvieron bastante ben y fueron muy entretenidas.
Los jugadores somos Kraken (Nolan), Alberto (Cadim & Abel), Marisa (Shanna), Enrique (Master y Sombra) y
yo (Aurelius & Haelm)
No se puede jugar mucho pero arovechamos al maximo cada sesion, y, humildemente, nos gustan mucho
nuestros personajes y eso hace que los interpretemos lo mejor que podemos.

Lo siento, me he entretenido con otras cosas más urgentes, aunque no más importantes, y ya se me ha hecho tarde como para leer con detenimiento la historia. Pero mañana lo haré y postearé mi impresión que, estoy seguro, será favorable... ¡Cómo siempre, cuando se trata de una historia de KraKen! XD

A ver si me animo yo también a escribir algo...

Ya me he leído la historia. Un buen resumen de esas sesiones de Ánima, la verdad. Como de costumbre, uno se queda con ganas de saber de más. Y no puedes evitar intuir las risas y las caras de perplejidad que tuvieron que poner los jugadores en determinados momentos... XD

Entrañable.

¿Para cuándo la próxima sesión?

Pues esperemos k mañana...

Qué bien. ¿Y cómo es que se os ocurrió eso de llevar a varios personajes a la vez?

Lo cierto esk Alastor es un convocador y lleva a su familiar (k es el bicho de dos metros) y a su PJ, en cuanto a Cadim y Abel esos si los maneja el mismo jugador y supongo que lo habrá hecho por la historia y demás. Lo cierto es que en partida es divertidisimo xD