EL MENSAJERO DEL MIEDO: ANTES Y DESPUÉS
Este post trata sobre una película rodada en la época de la Guerra Fría que fue objeto, recientemente, de un “remake” (una auténtica plaga en nuestros tiempos, a falta de ideas originales en el mundo del cine). ¿Merece la pena la película original? ¿Y su adaptación? Pues bien, vamos allá…
EL MENSAJERO DEL MIEDO (1966)
Unas dos horas de duración. Blanco y negro. Protagonizada por Frank Sinatra.
Durante la Guerra de Corea, la unidad del capitán Marco es secuestrada por los rusos. Sus miembros son sometidos a un complejo y completo lavado de cerebro. Más tarde, esos soldados americanos vuelven a casa; y el sargento Raymond Shaw es condecorado con la Medalla de Honor del Congreso de los EEUU, para premiar una supuesta acción heroica que es corroborada por sus manipulados compañeros. Esta condecoración favorece, desde el punto de vista político, tanto al padrastro de Shaw (un senador de dudosa filiación política) como a su odiosa y manipuladora madre.
Sin embargo, el ahora coronel Marco tiene pesadillas y ello le induce a investigar qué es lo que está pasando. ¿Logrará sacar la verdad a la luz antes de que sea demasiado tarde? Sobre todo si tenemos en cuenta que Shaw está sometido a un poderoso condicionamiento que le convierte en un implacable asesino sin escrúpulos…
Frank Sinatra, que interpreta a Marco, no baila ni canta en esta película; asume el rol de un personaje torturado por el pasado y el ansia de desvelar el misterio que rodea a Shaw. Éste también es un personaje torturado, principalmente, por su odiosa madre; dicha actriz cumple sobradamente su función, porque el espectador desearía darle su merecido ya desde el primer momento en que aparece en pantalla. Lástima que algunos personajes “malos malosos” (rusos y chinos, ¡malvados comunistas! XD) sólo aparezcan un poco; habría merecido la pena verlos más tiempo en acción.
Aunque el suspense es “tranquilo” y sólo hay algunos momentos puntuales de acción, la violencia resulta tremendamente explícita para la época; por ejemplo, le pegan a un hombre un tiro en la cabeza y sus sesos salpican un retrato de Stalin que hay detrás de él. Durante sus dos horas, la película logra mantener el interés del espectador gracias a un buen ritmo, aunque la trama no sea demasiado intensa.
En resumen: una película antigua en blanco y negro que, sin embargo, se deja ver. Así que, si la ponen durante un viaje en autobús, ¡tranquilos!, que no tendréis que escapar por la salida de emergencia. XD
NOTA: los últimos minutos del film sí son bastante intensos; merecen la pena.
EL MENSAJERO DEL MIEDO (2003?)
También unas dos horas. Color. Protagonizada por Denzel Washington.
La trama es similar a la de la versión precedente, aunque cambia el panorama: el conflicto inicial pasa a ser la primera Guerra del Golfo; y quienes están detrás de todo no son los “rojos”, sino los miembros de una poderosa y malvada corporación privada secreta.
A falta de Guerra Fría, el escepticismo con el que se va a topar Marco (encarnado aquí por nuestro amigo Denzel) es mucho mayor: no recibirá rápidamente el apoyo del ejército (ansioso por desbaratar los planes de los comunistas), sino más bien críticas y advertencias de dejar en paz a Shaw; quien, además, sustituye a su padrastro en cuanto al papel de “importante político implicado en la gran conspiración”. Eso sí, ¡la madre es igual de odiosa, puede que incluso más todavía! XD
La película es más realista (o al menos más acorde al espíritu de nuestros tiempos). Así, la inocente rubia a la que se ligaba Frank Sinatra sin venir a cuento, es sustituida por una bella negra que tiene intereses ocultos…
Música más inquietante, fotografía y montaje más atractivos y más favorables para la inmersión en la trama, buenas interpretaciones y buen ritmo… Todo ello, en beneficio de una historia redondeada que, admitámoslo, gana en cuanto a riqueza y profundidad con respecto al film original; por ejemplo, algunos personajes no resultan tan planos o caricaturescos (el chino que se parecía a Fu Manchú ya era demasiado). También se agradece que el final no sea tan abrupto y esté más trabajado.
En resumen: una película que merece la pena ver. Yo vi primero esta versión y luego la de los años 60. Por si acaso, os recomiendo hacer, en su caso, lo mismo; no vaya a ser que lo hagáis al revés y luego os llevéis un chasco.
Para terminar, una curiosidad: el título de la película en versión original es “The Manchurian Candidate”, es decir, “El Candidato de Manchuria”, ya que el lavado de cerebro se lleva a cabo en esa región. Igualmente resulta curioso que, de hecho, la expresión tenga más sentido en el “remake” que en el original.