De vuelta a la realidad- ¿¡Ha estallado la guerra?!

Los meses han transcurrido raudos desde que os prometisteis volver a encontrar en la extraña casa que sirvió como lugar de entrenamiento a vuestro más temido y admirado adversario.

Mucho habéis aprendido desde vuestra última reunión y vuestra ansia por volver a encontraros da alas a vuestros pies.

Sin embargo, cuando apenas habéis comenzado el viaje. Cuando todavía estáis a miles de kilómetros de distancia una presencia os reclama.

Una pálida mano os agarra a los dos a la vez desde lugares distantes. Sentís una presencia que lo invade todo y, a pesar de vuestro desgarrador poder, os sentís pequeños e insignificantes, ya que sentís que estáis frente a una presencia mucho más sabia y poderosa de lo que vosotros habéis soñado ser.

Una voz rasposa emerge de la garganta del sujeto. Por su tono apagado parece como si no hubiera hecho uso de su capacidad de hablar desde hace mucho, mucho tiempo.


-No. Este no es vuestro lugar. No debéis estar aquí.


Sentís que sois arrastrados a un agujero y que entráis en otro lugar. A vuestro alrededor solo sentís bruma y tinieblas. Gracias a vuestras extraordinarias habilidades sabéis que vuestro compañero esta junto a vosotros. Por fin os habéis vuelto a reunir.


¿Pero dónde?


Seguís percibiendo esa sensación de inmensidad. Cuando vuestros ojos se acostumbran a la oscuridad, y vuestros sentidos al frío que reina en aquel lugar, percibís una figura. Su estatura parece normal, solo un poco más alto que vosotros, viste una antigua túnica, pero el color parece indeterminado. Podéis adivinar una silueta muy delgada debajo de ésta, pero sobre todo, escucháis el sonido de la cadena.
Atada a su muñeca izquierda hay una cadena cuyo extremo asegura un enorme libro. Sentís todo el peso de la inmensidad cuando miráis por primera vez ese libro.

Spoiler:

Y entonces, por segunda vez os habla:


-Hubo gritos

y rayos y truenos...

Y un terremoto.

Y siguieron con fuego mezclado con sangre.

Una estrella cayó del cielo. Ardía como si fuera una antorcha...

Observé y vi a un ángel...

Que decía con voz de trueno...

Pesar, pesar, PESAR, a los habitantes de Gaïa.


Cuando termina de hablar un vacío os inunda, como si una terrible revelación os acabara de ser hecha y supierais con la certeza máxima, que la caída de los cielos se aproxima, y que el Ragnarok es seguro.

Entonces sin moveros sentís que sois llevados. Os encontráis en lo que solo podría describirse como un extraño túnel. Intentáis hablar con la criatura, preguntarle qué significan sus palabras, pero vuestras voces se pierden en el movimiento a través del túnel.

En la oscuridad y de entre la bruma aparecen ciertas imágenes.
Veis ciudades, y vuestra visión penetra en altas torres de guarnecidos castillos. Contempláis lo que solo podría ser descritos como consejos de guerra. Gente de imponentes armaduras frente a mapas moviendo aquí y allá fichas. Nuevamente vuestra visión os lleva hasta otro lugar. Veis un campo de batalla, cientos de personas son pastos de los cuervos, la sangre es tanta que forma ríos. En ese momento uno de los cuervos os mira fijamente, como si notara vuestra presencia.
Cuando todavía estáis asimilando lo que veis, una visión aparece rápidamente interrumpiendo y alejando la anterior. Veis a un hombre, rubio, alto y magnífico, sonríe, parece que va a mostraros algo que tiene en la mano cuando escucháis.


-¡No! Éste no es el momento ni para ellos ni para ti.


La visión desaparece.

El túnel parece llegar a su fin, al otro lado veis un lugar familiar. El antiguo hogar de Kalib.

-Esto es Jhazad-Sul, el pozo del destino. Muchas cosas vieron su comienzo aquí, y aquí debéis estar.

En ese momento salís del extraño túnel atemporal, la visión y las palabras del ser todavía siguen clavadas como garfios de acero en vuestra alma, y os provoca un desasosiego que no podríais explicar. La sensación del fin, de la muerte de cientos de miles de personas os embarga no pudiendo pensar en otra cosa.

El túnel se cierra y la criatura desaparece dejándoos...


...Solos en la desesperación.

Finalmente cierro el libro de los Séptimos y me dirijo al pozo del gran desierto donde residía Muabhib, al poco tiempo de pisar las arenas del desierto me veo arrastrada a algo que me llama, siento ver imágenes en mi interior de cosas del futuro.
Me siento aturdida, noto como la desesperación se apodera de mí, me abruma.

Sin siquiera poder ver a Yulan, soy abordada por una insondable ¿oscuridad?, no, las palabras no llegan a describir ni el vórtice ni el hombre del colosal libre encadenado, el Ragnarok se acerca, ¿hasta qué punto estaban involucrados Khalib y sus compañeros, así como su maestro en todo ésto?

No me siento capaz de levantarme, un peso incognoscible, un destino sin fin, vuelve a arrastrarme a una búsqueda que hará correr nuevamente ríos de sangre, y hará que mi moral vuelva a resentirse, así hasta que no quede nada de mí, y entonces otro más será el abanderado del destino, llevando a cabo misiones que no solo no quiere sino que no merecía.

Me siento egoísta solo de pensarlo, pero tener aquí conmigo a Yulan sufriendo lo que yo me reconforta en parte.

Finalmente consigo levantarme, observo Jhazad-Sul, el comienzo de mi nuevo viaje.
Levanto a Yulan con delicadeza y le muestro una pequeña sonrisa, observa mi nuevo rostro y nota mi nuevo poder de la misma forma que yo noto su poder, ambos tenemos mucho que contarnos pero hoy no es el momento, vamos juntos al pozo de Khazad-Sul, ahí habrá algo que merezca la pena observar.

Si no consiguiese ver nada intentaría ver algún tipo de rastro sobrenatural o un residuo espiritual que me ayude a buscar lo que tengo que buscar, de no conseguir nada intentaría detectar alguna fuente inmanente de Ki poderosa que me permita revelar los secretos que aquí se esconden.

[Tiro Advertir si puedo, sino Buscar. Si nada de eso funciona activo Detección del Ki y tiro de nuevo Buscar]

El destino os hace llamar más allá del tiempo y del espacio para traeros de vuelta a este sitio tan particular, donde muchas cosas tuvieron su comienzo.

Han pasado muchos meses desde la última vez que os visteis, y no son pocas las cosas que habeis logrado y que, por tanto, os han cambiado.

Aunque los dos teneis ganas de pararos y contaros qué habeis estado haciendo, también sois conscientes de que ese no es el lugar apropiado.

Bajáis casi con reverencia las escaleras que llevan hasta el pequeño hogar que describía Khalib en su relato. Sentís todavía flotando en el aire la presión del poder inconmensurable que allí se reunió.

Aquella trinidad esta hoy rota, a primera vista podría parecer que por vuestra culpa, pero sois los únicos testigos de la mayor mentira jamás contada y sabéis quien es realmente el culpable. Y no tardareis en pedirle cuentas.

La arena se filtra desde el techo mientras notais la falta de aire en el interior de la casa. Allí no hay nada superficial, solo lo meramente práctico para la vida.

Permaneceis unos instantes sin poder hablar. No sabeis encontrar las palabras para describir esta sensación. Por fin, después de tanto tiempo estais juntos, y estais en la casa de Khalib, donde todo comenzó.

Tras un rato Yulan sube silenciosamente. Cuando Keira le sigue a la superficie se percata de la extraña sonrisa que le acompaña.

-Todo está apunto de comenzar de nuevo. ¿no sientes un escalofrío estremecer tu ser? Yo si. El poder aguarda, y no debemos hacerle esperar.

-No confundas el poder con el destino, que es quien nos a llevado hasta aquí, el poder es solamente una herramienta para cumplir la misión del destino.

Yulan no responde y tengo la sensación de no poder vislumbrar lo que hay más allá de su capa, no puedo mirarle, no me siento capaz, me acerco lentamente y le pregunto:

-¿Tus poderes mágicos te han permitido saber a donde tenemos que ir o las respuestas se encuentran en éstas arenas? me siento perdida en el vacío.

Te das cuenta de que Yulan se queda un tanto extrañado por tus palabras.

-He aparecido aquí igual que tu, no entiendo porqué dices que "si mis poderes mágicos me han permitido saber a dónde debemos ir".
De todas formas hemos sido traídos aquí por alguna razón y creo que deberíamos explorar este área. ¿Tu que opinas que debiéramos hacer?

Dice mientras sonríe ampliamente.

Si a Yulan le ha extrañado mi pregunta, aún más me extraña a mí la sonrisa que ahora me dirige, no sabría decir si esa sonrisa es de felicidad o por excitación ante la nueva búsqueda, o Abel sabe que más...

-Perdona, pensaba que habrías lanzado algún tipo de sortilegio que pudiera decirnos a donde debemos ir, he intentado encontrar algo con mis oleadas de energía y no he encontrado nada en el pozo, así que el único lugar que nos queda es aquí, en el desierto. Pero es vastísimo, ¿cómo llegaremos a encontrar algo aquí? -digo mirando el desierto infinito- ¿puede tu magia de alguna forma guiarnos Yulan?

Esperando la respuesta de Yulan sigo andando por el vasto desierto mientras vuelvo a lanzar las emanaciones de energía elétrica buscando algún tipo de ayuda que nos permita salir de aquí lo antes posible o al menos decirnos la nueva dirección que debemos tomar, si no encuentro nada procuro guiarme a favor de la corriente del desierto, ya que éste lugar ha albergado numerosos seres de colosal poder, tal que todavía queden restos suyos que me guien, quizás el viento o el lugar a donde se arrastran las arenas por el propio viento me diga de forma indirecta donde debe de ser el próximo lugar.

[Tiro si hace falta Advertir y activo Detección del Ki]

A pesar de buscar activamente señales de energía interna no encuentras nada. Parece ser que en kilómetros a la redonda no hay más que lo que ya ves. Arena.

Sin embargo habéis sido traídos a ese lugar por alguna razón.

-Keira- dice Yulan totalmente tranquilo.- no te ofusques por tus nuevas habilidades, puede que éstas te impidan ver lo que buscamos realmente.

Tras decir esas enigmáticas palabras se pone a andar.

Notas que algo ha cambiado profundamente a Yulan. Antes era un chiquillo nerviso e intranquilo que la mayoría de las veces se dejaba guiar dócilmente. Sin embargo ahora hay luz que brilla con una oscura intensidad en lo más profundo de sus ojos.

"Ha madurado" -pienso con una sonrisa, sabe bien ahora que debe de hacer, para bien o para mal, pero confío en que sepa elegir el camino de la bondad que dejarse guiar por el oscuro ser que todos tenemos en nuestro interior.

-Está bien -digo un tanto resignada- pero ésto es como buscar una aguja en un pajar, no hay huellas y si las ha habido hace tiempo que fueron borradas, además si no hay nada en el pozo sería muy difícil encontrarlo en el desierto, ¿qué se me escapa?.
La visión dijo que era aquí donde debíamos de estar porque muchas cosas nacieron aquí, tal vez sea más literal de lo que pensaba, quizás se refería realmente a lo que había antes en los alrededores, ¿la ciudad de Khalib tal vez?, en su historia decía que iba a la ciudad más próxima, busquemos la ciudad más próxima que hay en la actualidad y con suerte será la misma, quizás nos diga algo.

Os dedicais a bagar por el desierto.

El calor es abrumador, y el cansancio empieza a hacer mella en vuestro espíritu aventurero. Al principio manteníais breves conversaciones sobre vuestro reencuentro y sobre todo, sobre las pasadas aventuras. Sin embargo al pasar un par de horas las ganas de conversación se esfuman reemplazadas por la urgente necesidad de guardar saliva y no derrochar esfuerzos.

Mientras caminais por el inmenso desierto empezais a vislumbrar las respuestas al porqué estais allí.

Aquel desierto fue la morada de Khalib y sus hermanos, a quienes deberíais encontrar. ¿Como podían mantenerse corriendo y haciendo ejercicio en aquel entorno hostil sin descansar ningún día? No era solo poder. Vosotros sois poderosos, pero sentís el agotador cansancio producido por la gigantesca bola de fuego que es el sol. No, aquellos hermanos estaban hechos de otra pasta, tenían una voluntad y una motivación que les empujaba a ir más allá del límite, de cualquier límite, la motivación para lograr las cosas más grandes que esta tierra ha visto o esta por ver.

¿teneis vosotros esa motivación?

El desierto nos pone a prueba, prueba nuestra valía, no somos los primeros ni mucho menos los últimos que sufrimos la erosión constante del Sol y las dunas.
Pero nosotros somos quienes destruyeron la Ordo Dracul, la Inter Regnos y al lider de ambas, ni mucho menos nos hace falta la motivación en estos momentos donde el destino nos llama para la próxima misión, sabemos que debemos hacerla y a casi cualquier precio, ya que nuestras acciones pueden salvar la vida de todo ser viviente de Gaia.

Si nosotros no tenemos la motivación de seguir adelante la encontraremos incluso de las piedras si hace falta, nuestras miradas recíprocas así lo dicen y sin mediar más palabras seguimos adelante, hasta donde haga falta.

Seguís avanzando sin hacer caso de los impedimentos climatológicos.

Después de unas horas vuelves a comprobar si hay señales de vida alrededor gracias a tus capacidades, para tu sorpresa descubres que hay un gran grupo, de unas cuarenta personas, en movimiento.

Decidís acercaros algo más para ver de quienes se puede tratar. Como sabeis hacia dónde van no os cuesta ir por detrás para poder verles sin que os vean, al hacerlo descubrís que parecen ser media compañía de la Alianza Azur. Visten trajes militares y pertrechos bélicos especializados para combate en el desierto.

-La Alianza Azur, si mal no recuerdo es un grupo de principados liderados por un hombre que no consigo acordarme, ¿no estaban en contra del Imperio?, ¿qué hacen aquí? -pregunto, quizás más para mí que para el propio Yulan, con los años he ido cogiendo una mala costumbre que es la de pensar en voz alta, me ayudaba en los momentos en que no estaba con Yulan para luchar contra mi soledad, y ahora lo hago casi de forma inconsciente -No sabemos que hacen aquí pero parece bien armados y preparados para una lucha, quizás estén buscando algo, de cualquier forma no servirá de mucho hablar con ellos, sigámosles con prudencia, dos siluetas en la lejanía del desierto pasan desapercibidas fácilmente, y si no podemos seguirles a mucha mayor distancia pero con mi detección de energía eléctrica. Vayamos pues a donde se dirigen, me parece más importante saber que hace la Alianza Azur en los alrededores de la ciudad de Khalib que lo que podría haber en la propia ciudad.

Durante algunas horas más lo seguís pero el tiempo pasa, y parece que los soldados se detienen.

Veis como sacan los petates y preparan tiendas para hacer frente a la noche, parece ser que vayan a donde vayan no llegaran hoy. Decidís que lo mejor es seguir indagando en qué trae a la Alianza Azur tan lejos de casa y por tanto os preparais convenientemente para hacer frente a la fría noche.

El fríos os sorprende y os cala hasta lo más hondo de vuestro ser. No sabiaís que los desiertos tuvieran una oscilación tan grande de temperaturas entre el día y la noche. Haciendo guardia esperais a que algo pase en el campamento, desgraciadamente no pasa nada hasta la mañana siguiente, momento en el cual, tras comer algo, y sobre todo beber agua, los soldados se lanzan de nuevo a la marcha.

Tras algunas horas más de caminata comprobais que se detienen nuevamente pero esta vez parecen estar preparando las armas. Os dais cuenta de que a escasos dos kilómetros se puede ver una pequeña aldea.

Miro a Yulan, sabe bien lo que le voy ha decir, susurra con los labios diciéndome "no", pero sinceramente prefiero pagar el riesgo a que pueda salir mal a derramar más sangre inocente:

-Lo siento Yulan, pero no puedo permitir que lo hagan, ésta aldea no se convertirá en otra Garrios, además, ya sabemos dónde buscar si algo sale mal, intentaré sonsacarle la información al de mayor rango de éste pelotón.

Me acerco con paso muy rápido, noto como los hombres empiezan a mirar extrañados corrientes de viento inusuales y trazos de una persona moviéndose a velocidades inhumanas, después de dar varios círculos alrededor de todo el pelotón y viendo sus miradas de miedo finalmente me paro justo delante de la formación del pelotón:

-Estáis en mi territorio, el de un Dios del Viento, quiero hablar con vuestro líder para saber los asuntos que os traen a tierras tan remotas, y después quiero que tiréis las armas y huyáis.

Los soldados me miran con suspicacia, que no se hayan abocado a una risa ante mí comentario no ha sido sino por mis rápidos movimientos, dudo que se hayan creído lo del Dios del Viento pero desde luego he atraído su atención y se muestran alerta.

Sin embargo no son mercenarios que contrates a una docena por un puñado de monedas de plata, son soldados de una fuerza hegemónica muy militarizada y saben lo que se hacen, rápidamente me empiezan a rodear mientras me apuntan con sus espadas y lanzas:

-¡Ríndete! -me gritan

-¡Si no vais a hacer caso a mis exigencias entonces moriréis todos y cada uno de los que estáis aquí!

En ese momento vuelvo ha gritar:

-¡Sh´ilhsúbb! -que en el idioma de mi alma y de mi Ki significa- ¡Arco Voltaico!

En ese momento un enorme relámpago me golpea mientras sigo manteniendo mi espada en alto. Después del relámpago vuelve la calma, todos están en tensión, hasta que otro relámpago cae con mi poder muy cerca de la formación, rompiéndola y llenando el lugar de gritos, luego cae otro rayo, y otro, y otro, poco a poco el lugar se va llenando de rayos que manejo a mi antojo, esforzándome en cuerpo y alma en que no dañen ningún tipo de ser vivo en lo que mis rayos alcancen, pero si lo suficientemente cerca de los hombres como para que crean que intento matarles:

-¡Todos moriréis, si no me dais a vuestro jefe y os largáis de mi territorio!

Algunos de ellos, los menos experimentados, rompen su voluntad y corren por su supervivencia, pocos segundos más me encuentro frente al líder del pelotón y todos los demás rompen su formación, huyendo por sus vidas, después de eso desactivo el poder:

-Dime humano, ¿qué te trae a mi tierra? -le digo forzándome con todo mi ser en no reírme e intentar mantenerme seria, procuro utilizar mis habilidades de oratoria en mentir y en saber poner expresiones que reflejen furia o algún estado de ánimo que le provoque al otro un gran terror, en circunstancias normales no lo haría pero después del espectáculo relampagueante seguro que no tiene demasiados reparos en decirme lo que quiero saber.

[Activo y mantengo Arco Voltaico durante tantos asaltos como sea necesarios para romper la formación, realizo elección de blancos para no dañar ningún tipo de ser vivo. Cuando solo quede el líder del pelotón utilizo Persuasión para engañarle de que crea que le estoy intimidando porque se encuentra en presencia de un Dios]

Con la rapidez más propia de criaturas sobrenaturales que de un simple humano te lanzas a atemorizar a los guardias.

Rápidamente empiezas a escuchar gritos de terror, pero la mayor parte de la formación se mantiene.

-¡Todos moriréis, si no me dais a vuestro jefe y os largáis de mi territorio!- les gritas mientras más relámpagos aparecen a tu alrededor dándote el aspecto de un infernal.

Sin embargo en ese momento escuchas algo

-Keira apártate.

Gracias a tu agilidad consigues esquivar el golpe. Unas centésimas de segundo antes de que escucharas la voz notaste que la dirección de los rayos empezaba a varias un poco, como si hubiese una fuente que los atrajera y los absorbiera.

El cielo se oscurece y todo poder es devorado por una gigantesca esfera de negra energía. Ésta se acerca a dónde estan los soldados y luego... nada. No se produjo ninguna deflagración o explosión, no hubo fuego ni llamas, ni esquirlas de piedra ni aire cortante, no hubo siquiera gritos de dolor. No les dio tiempo.

Allí, en el desierto, solo había muerte y mirando los pedazos destrozados Yulan sonreía.

Me acerco a Yulan con mirada atónita- ¿Cómo es posible? -me pregunto en susurros y lo repito mientras me acerco a Yulan - dime por favor que algo ha fallado en tu sortilegio y has hecho algo que no querías, ¡dímelo por favor!

La respuesta de Yulan es esa sonrisa incognoscible.

Era de esperar, todas las penurias sufridas han hecho mella en nuestra alma, y alguien de menor maduración como Yulan, que todavía es joven le ha corrompido psíquicamente, no se ha formado ni con una familia ni con un buen ambiente, solo sangre y muerte.

Pero no es excusa, ni para él ni para mí:

-Lo siento Yulan, por lo que voy ha hacer

No hacía falta ser muy rápida, simplemente no se lo esperaba, el bofetón que le propino a su mejilla es lo suficientemente fuerte como para romper su concentración y todo el ambiente mágico desaparece tan rápido como apareció.

Yulan me mira con cara de odio, me agacho y le miro fijamente:

-Nuestra misión es importante, y aunque me sorprenda decirlo, muchos inocentes van ha morir, y lo que es peor, es probable que algunos de ellos mueran a nuestras manos, y ellos no se merecerán ese destino. Sin embargo es cierto que luchamos por una causa aún mayor que sus vidas y las nuestras y eso lo justifica, pero si tenemos una mínima posibilidad de reducir esas muertes lo haremos, ¿y sabes por qué Yulan?, porque, al fin y al cabo, reducido todo no somos nosotros mejores que ellos, somos humanos y no tenemos derecho a matar otros humanos.

>>Escuchame Yulan, hemos adquirido poderes más allá de la realidad por un propósito, y tenemos una responsabilidad de no abusar de ellos, porque podríamos acabar como el Cardenal, obseso de su propio poder, hasta el punto que te devorará el mismo.

Abel, esta charla debe de ser el culmen de la hipocresía, que yo diga ésto, ¡yo!, quien tiempo ha intente matarle, que fui devorada por la ambición devoradora de la espada de Khalib, quien mato al Séptimo y solo quería venganza a la Inquisición, resulta tan hipócrita que da risa.

Pero, ¿qué voy a hacer?, no soy quien para decírselo pero alguien tiene que hacerlo y él me escuchará porque él me quiere tanto como yo a él, y sin embargo decirle ésto duele más que mil espadas en mi corazón.

¿Te acuerdas de la primera vez que nos vimos y te abracé, deseando con todo mi corazón calmar tu tristeza?, ha pasado mucho tiempo desde la última vez, y ésta vez significará que te apoyaré en tu camino, que es el mío, de una redención por nuestros actos pasados, con la esperanza de elegir mejor en el futuro. Te quiero Yulan, no olvides eso, de la misma forma que yo no lo olvido.

En ese momento le abrazo, y por un momento, me siento encontrarme en un remanso de paz incluso en medio de la más tumultuosa tormenta.

Al abrazar a Yulan notas que éste no responde, después de un incómodo momento le sueltas, ves que todavía tiene la mejilla roja por el bofetón que le propinaste. Sin embargo una nueva sonrisa, completamente distinta de la antior (si es que es eso posible), aparece en su rostro.

-Creete lo que necesites para poder seguir avanzando y matando gente, porque es lo que hacemos, y debemos seguir haciéndolo. Llámalo como quieras, pero en el fondo matamos a gente para proteger a otra, que en otras circunstancias nos querrían matar a nosotros. ¿No aprendiste nada de la historia de Khalib? ¿Cómo pude terminar él en ese lado de la balanza y nosotros en el otro? ¿Acaso no comprendes que es puro azar?

>>¿Sabes? en el fondo da igual, cree lo que quieras, pero si algo he aprendido es que tienes que matar más y mejor para que no te maten a ti. Suéltame ese royo puritano si quieres pero si no les hubiera matado ellos habrían venido contra nosotros.

>>Tenemos que sobrevivir, porque al menos nosotros tenemos una misión.

Dicho eso Yulan sigue adelante.

Supongo que tiene parte de razón, pero si desechamos completamente la esperanza en lo que creemos, no tardaremos en convertirnos en Khalib, y eso, no es azar.
El corazón de un ser humano no se conquista con una pocas palabras bien dichas, con el tiempo me escuchará, además, no pienso permitir que se convierta en una máquina de matar como pasó con los Inter Regnos, ya que él siempre me tendrá a mí, y siempre podrá ver que tiene a alguien a su lado.
Pero el poder nubla el juicio de la gente y los hace ambiciosos, lo conozco bien, y no es poco el poder que tiene ahora Yulan y no parará de acumular poder, cuando seas capaz de matar mil almas alzando tu mano, ¿qué valor tendrán esas almas para tí?

-Te sigo Yulan, recuérdalo

No me paro a mirar los cuerpos, si los volviese a ver vomitaría, además, no queda nada de ellos que nos ayude a descubrir nada, la única esperanza que tenemos es que la aldea que hay cerca tenga algo relevante, pero será difícil intentar buscar algo con unos aldeanos que han visto en el horizonte docenas de rayos y una bola engullelotodo.

Sigo caminando y con el rato consigo adelantar a Yulan, para intentar olvidarme del desastre que ha provocado y apaciguar la rabia que me consume por su comportamiento apático después de haber sesgado cientos de almas...

Seguís caminando, cerca esta la aldea que iba a ser atacada por los hombre de la Alianza.

Podríais ir allí e intentar conseguir suministros o podríais seguir por el desierto, también podríais intentar encontrar algo de provecho entre los cadáveres de los soldados muertos, pero debido al estado de éstos sería difícil encontrar algo de valor.

Me dirijo hacía la ciudad, ir por el desierto no es buena idea si ni sabemos por donde ir, los cadáveres tienen poco valor relativo a la misión y la única posible pista que tenemos se encuentra en el horizonte, por lo que el único camino que queda es ir hacia el poblado con la esperanza de encontrar algo, aunque sea un mapa o unas señas que nos digan ciudades próximas donde podamos encontrar más pistas.

Lentamente caminais hacia el poblado. Cuando llegáis os dais cuenta de que parece ser que no han sido testigos de la carnicería que se produjo cerca de sus casas, ya que todos parecen seguir con sus vidas.

El pueblo es pequeño, de unos cien habitantes aproximadamente, y parecen dedicarse sobre todo a la ganadería.

La gente os mira con suspicacia ya que no es muy normal ver a gente de vuestra nacionalidad por aquellos lugares.

Miro el poblado, sus habitantes nos observan con temor, no han pasado desapercibido lo que ha ocurrido hace solo unos momentos, miro a Yulan pero él no me devuelve la mirada, hasta a él le ha dolido lo que ha hecho, se observa desde más allá de sus ojos y su sonrisa, y su pretexto de "o ellos o nosotros".

Probablemente éste sea el poblado que dijo Khalib ya que aquí en especial es donde iban a atacar los soldados de la Alianza Azur, por lo que solo tenemos que buscar aquí aquello que estemos buscando, cojo a Yulan con delicadeza y nos vamos un segundo del poblado.

Saco el libro de los Séptimos y vuelvo ha leer rápidamente la historia, ya que me propuse ha copiarla directamente desde el folio que encontramos en la fortaleza de la Ordo Dracul, en la sala del Primero.

Tras consultar rápidamente el párrafo que quería ver le digo a Yulan:

-Ya me acuerdo, Khalib dijo que construyó una casa en el extremo norte de la ciudad, estando en ésta ubicación el Sol el norte debe de estar...aquí, en ésta dirección -digo señalando un lugar- por lo que al otro lado de la ciudad deberíamos de encontrar algo de importancia, conjura cualquier sortilegio que nos ayude a buscar fuentes de energía, ya que creo que ahí es a donde tenemos que ir. Si no encontramos nada ahí iremos al mercado, con la esperanza de que allí haya algo de valor.

Cuando empiezas a buscar cual podría ser la ubicación de la antigua casa de Khalib te das cuenta de que no hay ninguna "casa". Lo único que hay son tiendas ancladas de alguna manera a la tierra bajo la arena.

Éste parece ser un pueblo nómada que viaja cada cierto tiempo y que no se quedan demasiados meses en el mismo lugar, por ello te das cuenta de que no puede ser el lugar que mencionaba Khalib en su relato.

Yulan te mira decepcionado, parece que él ha llegado a la misma conclusión que tu. Seguís perdidos, en mitad del desierto sin saber porqué os han llevado hasta allí.

Cuando las fuerzas empiezan a avandonaros y la fatiga os consume un hombre se acerca a vosotros. Viste ropas hechas de tela fina y de color azul, parece un pastor más. Vais a hacer algún tipo de señal para que sepa que no hablais su idioma cuando os dice:

-¿Porqué estais aquí?.- el hombre tiene un marcado acento, pero al menos parece saber hablar latín.

-Saludos -intento decir despacio, para que lo entienda con la mayor claridad- nos hemos perdido, buscamos una ciudad que esté aquí cerca, pero no sabemos ni cómo se llama ni donde está con exactitud, ¿cuáles son las ciudades más importantes de aquí que tengan un amplio mercado?, ¿podría darnos un mapa?, le pagaré por las molestias si eso es lo que quiere.

El hombre parece algo turbado por tus palabras y parece desconfiar, sin embargo, tras miraros una segunda vez os dice

-Acompañadme.

El hombre se dirige hacia una de las tiendas más alejadas del poblado, allí os hace pasar. En el interior no hay mucho espacio para poder moverse cómodamente y os cuesta sentaros sin tirar nada. En el centro de la estancia hay una pequeña mesa de madera, encima de ésta hay unos vasos de cerámica o similar y también una especie de tetera, en el suelo hay unos cojines para que os podais sentar más cómodamente.

-¿Porqué estais aquí?- os dice.-¿porqué los imperiales estan cruzando el Ruhab Al´slib?

Intentais explicarle que vosotros no sabeis nada de eso, que solo sois simples viajeros, sin embargo el mira fijamente vuestro equipamiento en señal de que sabe que no sois ordinarios marchantes.

-Os daré comida y también un lugar donde descansar, así mismo os daré un mapa para que podais atravesar el desierto sin grandes problemas, sin embargo me gustaría que me dijerais porqué encontré soldados hace un par de días vistiendo esto.

En ese momento abre un pequeño cofre y de el extrae cascos que tienen las señales de la Alianza Azur. Parecen ser de exploradores.