DAI Gurren Dan
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 La historia de los Séptimos

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Porthos

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MensajeTema: La historia de los Séptimos   La historia de los Séptimos Icon_minitimeMar Oct 13, 2009 9:44 pm

12 de-------
Apenas acababa de explotar de nuevo el conflicto entre Kanon y Lucrecio cuando recibí la noticia de volver al estado papal.
Ahora me han ordenado unirme a un grupo de sacerdotes, debemos buscar una amenaza cuya sombra alargada se extiende desde la condenada Moth.
Me uniré a una unidad especial del Vaticano. Estará compuesta por siete de los más leales y poderosos miembros de la sección XIII.

Fecha ilegible
Cuando para por fin nos reunimos todos solo estábamos seis, nadie conoce al primero de los nuestros.
Hemos empezado la investigación, la criatura viaja rápido, hace tiempo que consiguió salir de sus tierras impías.




La siguiente anotación legible se encuentra pasando un puñado de páginas

La hermana Elisabeth ha caído en sus garras. La posesión de la criatura ha llegado hasta nosotros de una forma que no esperábamos. Anoche, Andolfios se encontraba haciendo guardia cuando escuchó risas y quejidos, la voz era la de una mujer, pero junto a ésta también se encontraba gruñidos guturales.
Cuando Andolfios llegó no encontró sino a Elisabeth sola, vestida con extrañas telas rojas vaporosas. Parecía en alguna suerte de trance.
Sin duda cayó de alguna manera en las garras de nuestro enemigo.
Como todos nosotros Elisabeth debe preparar a quien seguirá nuestra cruzada si fracasamos, ella ya lo hizo. Por tanto la dejaremos al cargo de un grupo de monjes en la abadía de Saint Tomas.

Nuestro viaje prosigue, pero parece que llega a su fin.
Hace un mes nos dividimos para cortarle el paso. Glirios, Andolfios y yo mismo iríamos bajando por el norte, mientras Astornus y Filior, que viajaron aprisa hacia el oeste, le cortarían el paso por el sur.
Si todo va según previmos la batalla debería ser en tres noches a partir de esta.
Si el señor esta con nosotros la siguiente anotación será para confirmar que la criatura ha muerto y que no hace falta seguir con esta cruzada.


Última edición por Porthos el Jue Feb 18, 2010 12:05 am, editado 1 vez
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MensajeTema: Re: La historia de los Séptimos   La historia de los Séptimos Icon_minitimeMar Oct 13, 2009 9:44 pm

La siguiente anotación, varias páginas más adelante esta escrita con un tipo diferente de letra, lo que indica que ha sido escrita por otra persona diferente.


Anoche llegó a mi este libro. Eso significa que mi maestro Falies Schneider viaja sabiendo que no hay victoria posible, seguramente como su maestro Zelias, antes que el.
Se supone que aquí se recogen las enseñanzas de los cazadores del Vaticano, para que los que dejamos atrás tengan más información que nosotros para derrotarlo.
El saber que morirás a manos de la criatura a la que persigues y que tu única aportación es la hipotética posibilidad de descubrir algo y plasmarlo en este sagrado texto para que los siguientes cazadores quizás puedan derrotarlo, es, francamente, desalentadora.
Pero con la fuerza del Señor llevaré a cabo esta misión para mi Iglesia y su Santo Oficio.


Ayer nos reunimos los Seis, nadie jamás ha visto a un Primero.
Acordamos dividirnos para buscarle a Él, tenemos mucho territorio que cubrir, afortunadamente el Imperio de Abel se extiende casi de punta a punta del continente.


Voy camino a los montes de Glockner, en el tranquilo y vacío principado de Lucrecio.
El Cuarto, Ian, nos ha convocado, parece ser que sabe algo de nuestra particular presa.


Cuando llegamos era casi demasiado tarde, Ian se había enfrentado en solitario, pero no contra Él, o ello, sino contra otro, su más reciente y poderoso discípulo. Ian nos dijo su nombre, Adrian Budarin, señor de los lobos y licántropos.
Desgraciadamente ninguno de nosotros le ha visto a EL personalmente.

Viajaremos en dos grupos, uno de ellos viajará hasta el frío norte mientras que otro se encaminará a las provincias sureñas del Imperio. El primer grupo tratará de encontrar información del señor de los licántropos. Nosotros, sin embargo, deberemos localizar el nuevo hogar de la criatura.



Hoy he conocido a quien elegiré para ser el siguiente Séptimo cuando yo ya no este aquí. Es un muchacho fuerte e inteligente, pero sobre todo me sorprendió lo fuerte que es la Fé de Cristo en él.
Puede que este muchacho tenga la fuerza de espíritu suficiente para hacer frente a la oscuridad infinita. Lo único que lamento es que seguirá siendo demasiado joven para cuando le toque jugar su papel.

Han pasado dos años, el adiestramiento del siguiente Séptimo ha terminado. Ahora me dirigiré a las montañas, según he oído, algo se mueve allá arriba.


La última anotación con ese tipo de caligrafía termina con lo siguiente:

Incomensurable poder…
Hay, que separarle de ella…
Su arma…
Su poder es inenarrable...
Tenemos que separarle de su arma y guardarla bajo el símbolo sacro.

Todo el propósito de mi vida muere con esta entrada. Que sirva a los siguientes cazadores para conseguir lo que ni yo, ni mis antecesores pudimos.
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MensajeTema: Re: La historia de los Séptimos   La historia de los Séptimos Icon_minitimeMar Oct 13, 2009 9:45 pm

El siguiente fragmento parece más reciente y hay más partes conservadas de forma que se pueden leer.


Tuve que viajar hasta el estado cardenalicio, allí me dijeron que era uno entre un millón, que el anterior Séptimo Schnaider había hecho una enorme aportación a la causa eligiéndome.
Pero nada de ello le sirvió, ¿verdad? Murió como tantos otros, como seguramente yo también tengo que morir. Solamente para poder descubrir algo que de una oportunidad a la Santa Madre Iglesia de limpiar el honor de tantos guerreros de Cristo que han caído.

Pero yo no me resignaré.

Mi vida valdrá más que unas líneas en un libro mohoso.



He conocido al Cuarto, a la Quinta, al Tercero y al Sexto. Nos hemos reunido en Arkángel, la capital imperial. Allí esperaremos al Segundo que viaja desde las tierras de Al-Enneth.
Si es como el resto dudo mucho que en la historia de la Iglesia se haya formado un grupo de cazadores tan poderoso como el nuestro.
Nosotros somos los elegidos, tenemos el poder suficiente como para hacer frente dos veces a la amenaza que nos asedia. Allí donde nuestros maestros fallaron nosotros lo conseguiremos.

Hemos estudiado con atención los viejos escritos y creemos que hemos dado con la solución. Separaremos a los esbirros del demonio, y luego le atacaremos como no se lo espera.
Ha sido atacado cientos de veces por nuestra organización y ya sabe cómo actuamos, no nos queda más remedio que inventar algo nuevo, que no se espere.

El perdón por nuestras acciones se lo dejo a Dios. Pero el nos puso en este lugar…

El Segundo y el Cuarto han partido hacia las lejanas estepas del norte. Allí prepararán el señuelo que el señor de Licántropos no podrá ignorar.
Cuando se haya marchado y dejado solo a su maestro, los demás atacaremos el corazón del mal.

Deberían comenzar en un mes.
Mientras, por matar el tiempo prepararé a otro Séptimo, como ha sido la misión de los Schanaider desde tiempos lejanos.

Ha pasado el mes. Hemos notado que el señor de los lobos y Licántropos, Adrian Budarin se ha marchado.

Sabemos que la criatura bajará al pequeño pueblo en la ladera de la montaña, allí le esperaremos.
Comenzaremos la lucha en la ciudad, donde jamás ningún miembro lo ha hecho antes. Donde Él no se lo esperará y dónde estará desprotegido. Somos conscientes de que casi la totalidad de la gente se verá inmersa en la lucha y que morirá.

¡Pero si nuestra estirpe ha sangrado por esta causa, también pueden sangrar ellos!

Lo importante es que acabaremos con el.

Una vez muerta la criatura sellaremos la espada con el crucifijo preparado por el Segundo. En verdad es el más poderoso entre nosotros…

Esta noche todo terminará.
No habrá más escritos en este cuaderno maldito.
No habrá más muchachos criados para morir en esta misión de pesadilla.
Porque yo le pondré fin.


Y que Cristo se apiade de las almas de los inocentes que morirán a mis manos esta noche.


Última edición por Porthos el Jue Feb 18, 2010 1:10 am, editado 1 vez
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MensajeTema: Re: La historia de los Séptimos   La historia de los Séptimos Icon_minitimeMar Oct 13, 2009 9:45 pm

El siguiente escrito esta pasando unas cuantas páginas. La caligrafía es malísima y la mayoría de las palabras tienen serios errores ortográficos.
A pesar de todo la idea general de lo que su autor quería decir sería algo así:


Todo se ha perdido.
Nuestro pueblo ha sido arrasado, toda la gente ha muerto…
Todo comenzó hará un mes. Unos extraños vinieron. No tendrían más que unos cuantos años más que yo, eran casi niños. Pero tenían un extraño fuego en sus ojos.
Uno de ellos, el más fuerte o arrogante me eligió a mi.
Me dijo que debería continuar una caza, pero que no me llegaría mi turno porque el la acabaría.
Estuvo dos semanas enseñándome dogmas de la Iglesia, pero como si el mismo no se los creyera, y sobre todo me enseñó a pelear.
Supongo que en esas dos semanas esa criatura infernal me enseñó más de lo que podría haber aprendido yo por mí mismo en una vida.

Pero hace unos días…

Por la noche se escondieron entre la multitud, eran las fiestas en agradecimiento del señor.
Cuando éste apareció se lanzaron cuatro contra el. Los ataques fueron devastadores, rápidamente la gente murió en mar de llamas y oscuridad. Pero algo inesperado pasó para ellos.
De la nada aparecieron los sirvientes del señor que fueron a ayudarle.
Para ese entonces la mayoría de la gente había muerto, intenté escapar de allí.

Después de dos horas de encarnizada batalla el ruido cesó, de repente sentí que algo oscuro se movía hacia el este, pero no pude siquiera ver qué fue.
Al cabo del rato bajé al pueblo. Como me temía todos estaban muertos. Cadáveres descuartizados por todos lados.
Intenté concentrarme como me enseñó aquella criatura maléfica que me había adiestrado y que luego había causado la muerte entre mi gente.
Solo detecté una vida. Me dirigí allí para comprobar que era ese horrible ser. Era el que se me había presentado como el Séptimo.
Tenía una gravísima herida en el costado y sabía que no tardaría mucho en morir. Me hacía señas así que me acerqué.

Entre los brazos llevaba una espada. Era de color azabache con tintes rojos parecidos a la sangre seca. Aquella arma desprendía una oscura sensación y me costó mucha fuerza de voluntad agarrarla ya que casi temía que se abalanzara contra mí. Podía sentir en aquel filo la oscuridad absoluta que había tomado cuerpo en forma de un hambre inagotable, que solo pedía una cosa… mi sangre…

Mientras mis ojos se perdían en el filo de la espada el Séptimo me golpeó, aquello me despertó de la ensoñación en la que había caído.
Acto seguido me dio un crucifijo dorado, su manufactura era como nada que hubiese visto yo anteriormente.
También me dio éste libro y me dejó instrucciones. Dijo tal que así:

“Sellarás el arma y con ella SU hambre
Siete metros de tierra pondrás entre ella y la luz del sol
Y como máximo castigo le impondrás la visión de Nuestro Señor poniendo justo sobre la espada maldita este crucifijo.


Cuando estos actos sean hechos escribirás lo que has visto en este libro pero te abstendrás de leerlo.”

Me hizo repetirlo todo tres veces, y acto seguido, murió.

Empecé a hacer lo que me pidió. A las pocas horas vino gente de la ciudad que esta más allá de las montañas blancas y ayudó a la reconstrucción del pueblo.
Mientras, yo trabajé en la tumba en la que tenía que poner la espada. Curiosamente la “tumba” quedó en medio de lo que sería la nueva plaza mayor.
Finalmente colocaron una estatua del anterior señor del pueblo, quien, como se empezó a decir rápidamente, había muerto intentando salvar a las gentes del pueblo. Dicha estatua fue puesta sobre la tumba que yo construí.
Y la nueva aldea tomó como nombre parte del nombre del antiguo señor.


Y así nació la aldea de Garrios.


En este punto tanto la letra como la ortografía mejoran notablemente aunque sigue siendo el mismo autor.

A los dos años me ordené sacerdote, y me quedé en la aldea al cargo de la capilla del Cristo Redentorista. La gente de la aldea me conocía como el hermano Fabrizio.
Aunque nunca dejé de practicar lo que el Séptimo me había enseñado.

Al cabo de dos años dos extraños hombres vinieron a la aldea. Pidieron hablar conmigo, y se me presentaron como el Segundo y el Cuarto. O mejor dicho, sus últimos discípulos.
Les di el libro que me dio el Séptimo y que yo, obedeciendo sus instrucciones, no había leído.
Tras leerlo, me lo devolvieron y me pidieron que lo leyera, y así yo me enteré de la extraña orden de la sección XIII del Santo Oficio, de los cazadores, del Mal que perseguían, y de la inmensa ironía que se había llevado a cabo en aquel pequeño pueblo que había erigido una estatua a uno de las criaturas más poderosas y oscuras que habían pisado Gaïa.

Me explicaron que sus maestros habían muerto en la campaña del Norte y que ellos habían decidido resucitar la Orden porque hacía poco el mal había vuelto a las tierras de Moth.
Por lo visto, Él fue herido, y se le consiguió separar de su Sed, pero no murió, de hecho viajó hasta el Este para recuperarse.
Desgraciadamente la Orden fue prohibida por el Santo Oficio después de los actos de crueldad llevados a cabo por los últimos cazadores y por tanto ahora tenían que trabajar fuera de la jurisdicción de la Iglesia.

Nos pusimos de acuerdo. Yo me quedaría allí, vigilando la tumba de la espada, y protegiéndola. Mientras los otros resucitaban la orden y buscaban información acerca de Él y su nuevo escondite en las impías entrañas de Moth.

Mi otra tarea sería encontrar a un sustituto, para cuando mis días acabaran.
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MensajeTema: Re: La historia de los Séptimos   La historia de los Séptimos Icon_minitimeMar Oct 13, 2009 9:45 pm

A partir de aquí solo queda un tipo de letra.


Hace un mes conocí al Séptimo, el me entrenó, me enseñó a usar la furia y la rabia de mi espada. Cuando le conocí ya estaba herido, pero me pudo pasar su conocimiento, cuando le dejé seguía sangrando, dudo que haya sobrevivido.
Después de darme el libro y encargarme la nueva responsabilidad me dijo que corriera al pueblo que había sido recientemente atacado por el señor de Licántropos, que consiguiera la espada, no importaba si tenía que matar a dos o a docenas, pero no podía dejar que la espada cayera en las manos de Él.

Cuando llegué a la aldea, ya no estaba, rastreé y los localicé cerca de Cedonia. Solo había que hacer humo para que las ratas salieran.

Volveré a pelear contra ellos en una semana. No saben en qué guerra se han metido. La espada ansía volver con Él.
Dejaré que Razakurr beba su sangre e iré a Brudge, donde me tiene que estar esperando el nuevo Sexto.

Porque ahora yo, Willem Schnaider, soy el Séptimo.
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MensajeTema: Re: La historia de los Séptimos   La historia de los Séptimos Icon_minitime

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