¿Atrapados? Huida hacia el norte.

-Si así son los desgnios de Dios, los aceptaré con alegría- digo para finalizar la conversación


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-Entonces callate y espera tu sentencia. Ya que dios es el unico que puede confesarte de verdad. Mientras tanto podrías rezar algo.-
Vuelve a decir Yulan con la misma sonrisa que antes


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Al cabo del rato la puerta se vuelve a abrir. Esta vez no es el Padre Alexias, sino que es un guardia. En uno de sus brazos lleva una especie de maletín, lo pone sobre la mesa y lo abre, de el extrae dos papeles, algo de tinta y dos plumas.
Os da una pluma y uno de los papeles a cada uno de vosotros.



En dicho escrito pone.

"Por la presente confieso que he servido a los poderes oscuros y que he permanecido en convivencia con demonios. me confieso asimismo parte de los poderes de la oscuridad y demonio.
He praticado la hechicería y las artes oscuras y he jurado el no parar hasta destruir la Santa Iglesia de Cristo."


-Podeis firmar esto ahora, o podeis firmarlo después de la tortura. Pero al final, como todos, firmareis.

-No pienso firmar algo que no he hecho.-
Dice Yulan con decision.
"Esto es por ti Nolan, no firmare esto aunque me cueste la vida en ello. El unico pecado que he hecho es traicionar a Nolan."

Luego Yulan mira apaticamente al hombre y le dice:
-No os voy a dar ese placer-


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"Vale, de una forma u otra voy a morir, pero no puedo hacerlo todavía, aún tengo mucho que hacer"

-¿Qué es firmar?, ¿donde tengo que firmar?, no entiendo nada, ¿qué es lo que pone aquí -haciéndome la ignorante
-Estúpida bruja, tienes que poner una X aquí y... -dice el guardia pero su frase se corta por un fuerte golpe al guardia con todas las fuerzas de Keira, un gran puñetazo para dejar inconsciente al guardia, aprovechándome de la sorpresa del rival.



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El guadia recoge los papeles, los mete con calma en el maletín y lo cierra.
Con mucha calma abre la puerta y se marcha.

Permanezco en silencio hasta que vuelvan los torturadores, esperando a que llegue un momento más propicio para golpearles


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-Así quieres demoastrar a dios que eres libre de pecados. Intentando pegar a uno de sus sagrados sirvientes.-
Dice Yulan riendose


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EL tiempo pasa, no teneis nada que hacer en vuestra celda salvo pensar en lo que se os viene encima.
¿tendreis la fortaleza de espíritu para no doblegaros ante la opresiva garra de la inquisición?

A las horas, no sabrías decir cuantas han pasado, se abre de nuevo la puerta, alguien dice algo y de repente la luz azulada se hace mucho más pesada. No es solo que os ahogue con más fuerza, sino que ahora además, parece tirar de vosotros hacia abajo incrmentando la gravedad en vuestros cuerpos.
Al poco caeis incoscientes...

Despertáis al rato. Estáis tumbados sobre unas mesas de madera, teneis encadenados los brazos y las piernas por gruesas cadenas de un acero que no habiais visto antes. Las cadenas llegan hasta las cuatro esquinas de la "mesa" y ésta parece medir dos metros por dos.

Sobre vosotros veis una de esas losetas, sigue emitiendo esa horrible luz azulada.
Cuando, haciendo esfuerzo intentáis ver lo que teneis delante veis a tres hombres, uno de ellos es el que os entregó los papeles. Ahora esta sentado detrás de un escritorio, preparado para escribir ya que delante suyo hay papeles y tinta.
Junto a él, operando unos mecanismos en las "mesas" hay otrod dos hombres, pero éstos en vez de armadura visten unas extrañas ropas negras, or recuerdan a los hábitos monacales, pero obviamente no lo son.
Los operarios notan que os habeis despertado y hacen girar unos engranajes que hacen que la mesa se ponga en vertical, de tal forma que lo podeis ver todo perfectamente. Gracias a ésto podeis ver una mesa que antes no habías avistado, en ella hay desde cuchillos hasta piedras redondas de unas 30 pulgadas de diámetro. También hay varios objuetos punzantes de distinta naturaleza.

Cada uno de los operarios agarra un instrumento de la mesa. Parece un artilugío usado por los carpiteros para agujerear la madera. Os ponen a los dos uno de esos artilugios en la pierna derecha.

-¿Quereis firmar?- pregunta el hombre en la mesa.

[si la respuesta es NO, haced una tirada de Frialdad]

Yulan cierra los ojos y dice con fuerza:
-No pienso firmar, algo que no he hecho-


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-Tengo una gran mision que realizar, algo importante hasta para la propia Gaia, el Padre Alexias cometió el error de no hacerle caso, pero vosotros aún podeís cambiar la situación, si no me haceís caso, el Señor de los Licántropos irá a por vosotros pues aquí es donde reside de momento la gran espada, el edificio se destruira y os recaerá sobre la conciencia por el esto de vuestras vidas que fuisteis los tres, los que pudisteis detenerlo, lo único que teneís que hacer es leer un libro que tengo en mis pertenencias, ¡es de suma importancia!, pertenecía a la Orden XIII, una orden de la Iglesia, ¿acaso no tengo razón?, ¿cómo puedo tener razón si no es porque lo que digo es cierto?, !leed el maldito libro si no me creeis, !por el amor de Dios¡ -exclama Keira, observandoi claramente como se apoderá de ella el miedo, pues no quiere volver a sufrir lo que ya ocurrió la otra vez, ya que ella sigue esperando con la vana esperanza de que alguien detenga eso.



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Los inquisidores ignoran completamente a Keira, parece que llevan en este "negocio" bastante tiempo y suponeis que han debido escuchar cosas de los más peculiares de gente que estaba también en vuestra situación.

Cuando decís que no veis como el que estaba detrás de la mesa empieza a escribir. Acto seguido los inquisidores de negro aprietan el artefacto contra vuestra pierna y empiezan a hacer girar la manecilla al otro extremo, de tal forma que se va clavando en vuestra piel más y más profundamente el dolor es simplemente atroz y estais apunto de desvaneceros, pero no lo conseguís.
Cuando el hierro atraviesa completamente vuestra pierna lo empiezan a retirar lentamente para que goceis del dolor.
Cuando lo retiran se aproximan nuevamente a la mesa, de ella agarran una bara de metal de unas 20 pulgadas de largo, se guego es exactamente el mismo que el que tenían el artefacto con el que os han agujureado la pierna.
Introducen el metal en vuestra herida, y entonces os fijais en los bordes irregulares de éste, parece que se pueden apretar clavijas en el. Mientras experimentais una nueva oleada de dolor os preguntáis en un ricón de vuestra mente qué se puede apretar ahí.

-¿Firmais?- vuelven a preguntar.

[Si decís NO haced una tirada de resistencia al dolor con un penalizador de -15 ]

-N...no firmar...é algo que... no he...hecho-
Dice Yulan lleno de dolor.


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Keira no dice nada, esta demasiado aprisionada del dolor como para responder a algo, solamente
sigue pensando cada vez con más fervor a que alguien vaya a rescatarla



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El escriba vuelve a apuntar algo mientras los otros dos reciben la orden de continuar.
Después de haberos clavado el hierro en vuestra pierna y haberlo dejado allí se acercan nuevamente a la mesa.
Esta vez agarran las piedras cierculares. Reconoceis dichas piedras como las que se usan para afilar cuchillos.
Miden unas 30 pulgadas de diámentro, tienen 4 pulgadas de grosor y por cómo las cogen con las dos manos parecen terriblemente pesadas.

Dejan un momento la piedra en el suelo y accionan algo que hace que la mesa empiece a girar hacia la horizontal, de forma que asciende unos 60 grados.

Vuelven a coger la piedra y entonces veis en ella algo que no habíais visto hasta ahora, y es que en el centro de ésta hay un agujero. Curiosamente es del mismo grosor que el hierro que teneis en vuestra pierna...

Lentamente introducen el hierro por el agujero de la piedra. Cuando llega al final se vuelven a aproximar a la mesa y de ésta cogen una gruesa arandela y una especie de llave inglesa de cierto peso. Introducen la arandela y la hacen girar con la llave, de tal forma que la pesada piedra de afilar se queda terriblemente unida a vuestra pierna.

Cuando terminan y os sueltan la pierna notáis cómo la gravedad empieza a atraer a la piedra hacia el suelo y lentamente empieza a desgarraros, pero el ángulo de la mesa hace que esteis parcialmente en horizontal y por tanto la piedra os provoca una inmensa cantidad de dolor, pero no llega jamás a desgarraros la piel.

-¿Firmais?- preguntan con tono apático.

[Si la respuesta es NO debeis hacer una tirada de Resistencia al dolor. Si el TOTAL de la tirada el menos de 100 sucumbis al dolor y firmáis]

- Aunque Firme esto yo no soy culpable de nada. ¿Que Ahora viene la mejor parte.?-
Dice Yulan con una especie de sonrisa.



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Pero, sin embargo, no puedo más, el dolor es demasiado hasta para mí.
-¿Donde hay que firmar?, ¿donde hay que firmar? -pregunto mientras grito de dolor
Me entregan la hoja y firmo mientras mis manos tiemblan del miedo y el dolor:
-¿Estais seguros de que no sois vosotros los demonios?, llevadme a mi celda antes de irme a mi muerte, ¿quieres?



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Los dos empezais a gritar de dolor, pedís que os entreguen los papeles, ahora mismo firmaríais cualquier cosa, incluso venderíais a vuestra propia familia, lo que fuera para detener el desgarrador dolor que os consume.

Cuando Keira firma el papel que le trae el que estanba escribiendo lo último que escucha antes de caer incosciente a causa del dolor es:
-Ya te acuerdas de cómo se firme eh?

La oscuridad aparece, os devaneceis.

Cuando despertáis volveis a estar en vuestras celdas. Cuando sentís el dolor mirais a vuestras pierna. La rueda de afilar sigue ahí...

Al rato la puerta se abre.
-Se os ha juzgado y declarado culpables. Mañana al anochecer se ejecutará la sentencia.

Acto seguido la puerta se cierra y os deja a solas con vuestro dolor...

-Supongo que esta es la lección, por traicionar a un amigo. Espero que a Nolan no le pase nada malo, con este tema. Fue un error que nos acogiera. Ahora no tendría que huir de la iglesia Me pregunto como nos mataran mañana.-
Dice Yulan con un tono triste después de una sonrisa.



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Apenas siquiera puedo permanecer consciente, excepto por las pocas palabras que había dicho el guardia.
Todo comenzó en la aldea de Garrios, consiguieron escapar por los pelos de la aldea, fueron atrapados por los esclavistas, y a punto estuvieron de venderla, aunque, ahora que ha visto como se ha ido encauzando todo, quizas habría sido mejor que se hubiese quedado como esclava.
Después de eso fue salvado por Nolan, y más tarde atacado por Willem y, ahora atrapada por la Iglesia.
Todo era una rueda de dolor y penurias, no había nada dulce por el camino, ¿por qué tenía que llevar ella la carga?,
¿a que tanto dolor?, ¿por qué?
Viendo la rueda, ahora se daba cuenta de que quedarse completamente quemada no era lo peor.
Porque, había momentos donde podías traicionar a cualquiera, el dolor, como objetivo, es el de advertir al individuo cuando estaba en el sitio incorrecto, por eso siempre quitamos las manos del fuego, porque nos quema y nos produce dolor.
Pero, en los casos extremos como este, se utilizaba el dolor como medida de persuasión, ya que al fin y al cabo esta en el cuerpo, es algo que no se puede quitar y con lo que se convive con él por el resto de los días.
¿Cómo podían hacer algo así?, ¿acaso existía tanto dolor?
Si sobrevivia a esto, juraría hacer pagar a la Iglesia por esto.
Ahora lo único que quería en este momento es poder, puro poder para poner el mundo en la dirección correcta, la suya.
Al fin y al cabo, ¿por qué había que impedir que Él tuviese la espada? -piensa Keira durante largo tiempo
Ahora solo quedaba esperar y recibir sentencia.


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Las horas pasan, os cruzais algunos comentarios, pero sabeis que no hay nada que decir, porque todo esta dicho.
No gastaréis las últimas horas que os quedan con vida en reproches de quién es la culpa de qué.
Os habeis dado cuenta de que hay peligros mucho mayores que vosotros mismos, y que al final, permanecer unidos, puede ser lo único que os salve.

Fueron vuestras disputas personales las que os hay llevado hasta el cuartel de la inquisición, y ahora comprendeis eso. Ciertamente la guerra es vasta en su extensión, y los daños que produce son muchos.
Ahora que os aferrais a vuestros últimos minutos os preguntais si fue tan malo lo que hizo el otro. ¿No sois vosotros los únicos que escapasteis de Garrios? ¿No teneis un enemigo común? entonces... ¿A qué tanto odio entre vosotros?

Por supuesto que se cometieron errores, pero...
¿No esta en todo corazón capaz de amar la capacidad también de perdonar y ser perdonado?

Desde luego si no es la camaradería y la esperanza será el miedo y el dolor quien forge la unión.
Lástima que hayais tenido que llegar al extremo de la cuerda del destino para comprobar que hay algo más grande que vuestro propio ego.

Contáis cada hora como lo que es. Las últimas de vuestra vida.
Sentís que a lo lejos, muy lejos seguramente, alguna oscura criatura se ríe, ya que vuestra prematura muerte puede marcar su triunfo defenitivo.

Entonces lo oís. Una sacudida como una explosión, golpea desde pisos por encima de vuestras cabezas, pero aún así la resonancia de dicho poder es tan fuerte que podeis sentirla.
Antes de que os podais preguntar qué pasa arriba se escuchan los gritos. Gritos de dolor y de líquido cayendo y manchando suelo y paredes.
El retumbar se hace cada vez más fuerte mientras más gritos de dolor nacen y más vidas se apagan.
El último golpe es tan fuerte que notáis como por encima de vuestras cabezas, una losa con el símbolo de la inquisición se quiebra.


Una luz azulada se apaga...

Al fin el rayo de esperanza, la posibilidad de escapar de este autentico infierno, en forma de una gran explosión que inutiliza esos extraños aparatos que anulan los poderes.
¿Qué es lo que podría estar pasando?, ¿acaso Adrien viene a buscar la Sed de Él?, ¿una extraña organización desconocida para el público ataca la inquisición por algún extraño motivo?, ¿podría ser que alguien fuese a buscarnos?
De una forma u otra a Keira todo eso no le importa, solamente quiere salir de aquí, pero para eso tendrá que curarse las heridas, y antes de eso quitarse el engranaje enorme.
A punto está de arrancarselo de la pierna cuando piensa, mientras suda de la angustia:
-Yulan, Yulan, ¿no eres tu el mago?, haz algún conjuro para quitarnos esto de encima, ¡rápido!


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“¿Que diablos esta pasando allí arriba? Además tendré que preguntar algunas cosas a Keira”
Piensa Yulan confundido. La luz no esta. Yulan vuelve a sentir el poder que fluye por sus venas de nuevo. Pero el dolor persiste y lógicamente ambos no se pueden mover. Por suerte no les han encadenado, así que después de algunas gesticulaciones y ensalmos; las piedras de afilar caen al suelo siendo inofensivas para los cuerpos de Yulan y Keira.
{Atravesar lo solidó. Coste 80. La suma de las presencias no podrá ser superior a 100. Lo mantengo 1 cada 20 (4)}

- ¡Venga vamos! Con eso podremos atravesar cualquier cosa que no tenga influencia mágica. Y al parecer dios nos ha salvado.-
Dice Yulan con una sonrisa burlona


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Al estar anclado a vuestra carne el artilugio no se desprende de vuestra carne al hacer el conjuro.
[Quítate los puntos de ZEON conrrespondientes]

-Maldita iglesia, esto no me lo esperaba. Bueno no te preocupes tengo otra opción.
Arrsal van darkenn doroska-
Dice Yulan mientras hace unos extraños gestos.
Acto seguido la piedra toma un brillo dorado y a continuación se disuelve en arena blanda. {Transformación mineral coste 40. Transforma cualquier mineral en orto. Puede afectar hasta diez Kg y treinta de presencia. Efecto añadido: +5 presencia y +diez Kg. (x4)}

Después Yulan y Keira se pueden levantar dejando la arena en el suelo.


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